CAPITULO 3: Los fundadores

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-¿Qué te pasa? ¿Por qué pareciese como si el agua te quemara?- Dije demasiado intrigada y preocupada

-Elena se acercó a mí y me miro a los ojos.

-No pasó nada, te di el vaso con agua y bebiste un poco, ahora, tienes mucho sueño y vas a dormir.



A la mañana siguiente desperté y mi hermana se encontraba en el pequeño sillón que se encontraba en mi habitación.

-Bueno, al parecer ya nos podemos ir, piensan que fue migraña así que a cualquier indicio de dolor tenemos que venir al hospital, por más leve que sea ¿de acuerdo?- Pregunto mi hermana.

-Está bien, ¿Crees que haya sido por eso?

-La verdad ya no se ni en que pensar, fue una cosa demasiado extraña.

-Dímelo a mí- Dije mientras sonreía y me levantaba de la camilla para cambiarme e irnos a casa.

Cuando llegamos a casa entre y por alguna razón sentí como si alguien me estuviera observando, pero preferí no darle importancia. Lo primero que hice fue llegar a la cocina pues me moría de hambre, ya que no había comido nada el hospital debido a su terrible sabor.

Abrí la puerta del refrigerador y comencé a sacar cosas para prepararme algo para comer, Mi hermana subió a su recamara y yo me quede allí. Después de media hora mi hermana bajo y yo seguía en la cocina.

-Creo que tendré que ir a comprar más comida- Dijo mientras soltaba una risita.

-Lo siento, me moría de hambre- Dije un poco apenada.

Subí a mi cuarto y me metí a duchar, cuando salí tenia demasiado sueño así que preferí dormir.

Mientras dormía comencé a sentir esa extraña sensación de nuevo, esa que sientes cuando alguien te mira fijamente, era demasiado incomodo, tanto que no pude dormir. Ya no aguantaba así que abrí los ojos y cuando voltee vi una silueta, pestañee y me talle los ojos y cuando los volví a abrir ya no había nada.

A la mañana siguiente me desperté y por mi cabeza paso la imagen de aquella silueta, Me di una dicha rápida y baje a desayunar.

-Hola- salude entrando a la cocina.

-Hola enana- Dijo mi hermana.

-Ya te dije que no me digas enana, aparte soy más alta que tú, aunque no discuto que en lo vieja me ganas.- Dije riéndome y ella solo bufo.

-Que graciosa, ¿Quieres que te lleve a la escuela?

-No gracias, creo que iré caminando.

Tome una manzana, mi mochila y mi celular y salí de la casa.

De camino me encontré a Elena. Cuando la vi por mi cabeza paso el recuerdo de la noche del hospital.

-Hola Allison, ¿Cómo te encuentras?

-Hola, creo que me encuentro mejor, gracias por quedarte anoche conmigo Elena.- Dije tratando de no que mi voz se escuchara normal, pero creo que no funciono

-¿Pasa algo?, te noto un poco nerviosa.

-No, no me pasa nada... creo que debo irme- Dije mientas me alejaba y ella me miraba extrañada.

Entre al salón de clase y me senté en una de las mesas vacías, cuando Caroline se sentó a mi lado.

-Hola- Dijo mientras acomodaba sus cosas en el pequeño pupitre.

-Hola

-¿Te pasa algo?

-No, bueno si, que paso la vez que saliste del hospital tan deprisa.

Allison... ¿Una nueva Doppelganger? ~Vampire DiariesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora