Renegado: Clan de Sangre

Capítulo 13 - Miembro débil

—Wow, espera un segundo —se quejó Row —. ¿De verdad estás considerando amenazar a una familia?

—Lo dices como si se tratara de un ciudadano ejemplar —respondió Nakai, Row quedó en silencio unos segundos, cuestionándose si era la opción correcta.

—No los lastimarás ¿verdad?

—No lo haré ni será necesario, Elena ha querido sacar a su hijo de esa vida desde hace años y poniendo a Cortez tras las rejas es la mejor forma, ha sido de ayuda en el pasado, no veo motivos para que no lo sea ahora —explicó mientras tomaba las llaves de Forajida, en eso Naz lo tomó del brazo deteniéndolo.

—Quizá deberías ir con Dakota, si Wendigo aparece será bueno tenerla de apoyo —consideró su tío, Nakai de un tirón se soltó de su mano.

—Si crees que dejaré que Dakota enfrente a esa cosa al menos que sea la última alternativa estás demente —respondió con seriedad.

—No seas terco, ya viste el daño que puede hacerte, llévala como apoyo —

—¡No! —exclamó Nakai —. No dejaré que pierda la oportunidad de alejarse de esta mierda de vida y poder ser normal, así que se queda donde esté a salvo y fin de la discusión ¿Entendido? —preguntó, Row podía predecir la amenaza oculta en sus palabras, Naz no tuvo más elección que asentir.

—Probablemente necesites algo para cubrir tu identidad —dijo Row antes de levantarse de su silla y dirigirse a su mesa de trabajo la cual estaba cubierta por una manta —. Aún faltan unos retoques, pero servirá —dijo al remover la tela que cubría lo que a primera vista parecía un traje táctico de color negro en la mitad superior de un maniquí, venía a juego con un casco.

—Ya te dije que una armadura me limita —dijo Nakai rechazando la propuesta.

—¿Crees que soy estúpida? Esto no es un chaleco antibalas cualquiera —dijo mientras abría el cierre del torso y se lo quitaba al maniquí, se asemejaba a una chaqueta, Row se lo arrojó al Renegado, al atraparlo con su mano de inmediato notó que el material de esa prenda no era común y se le hacía muy conocido.

—Esto es...

—Fibra Corvyniana —le interrumpió Row —. ¿Recuerdas esa armadura alienígena que íbamos a entregar a los jefes de las pandillas? Pues la saqué de la caja mientras hablabas solo y la conserve, he trabajado en ella desde entonces —explicó mientras tomaba el casco del maniquí —. Admitiré que estaba algo maltratada, pero imaginé que sería de ayuda, retiré las placas metálicas e incluso logre usarlas para cortar la cota debajo de ellas, perdiendo muchas herramientas en el proceso, el casco tenía cableado y todo tipo de sistemas adentro, pero ninguno funciona sin autorización de un alienígena aparentemente y parece que este soldado recibió una golpiza durante la invasión, me deshice de todo eso y tuve que unir varios trozos —seguía comentando acerca de su trabajo.