Capítulo 47

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Todos los personajes son de la serie Boku No Hero Academia (My Hero Academia) del mangaka Kōhei Horikoshi. Esta historia sólo utiliza los nombres de los personajes para entretenimiento sin fines de lucro.

La historia está basada en la novela de Linda Howard "El Hombre Perfecto", si deseas leer la historia original para comparar las tramas, envíame un mensajito y con gusto te paso el archivo PDF.

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Aoyama seguía forcejeando Uraraka hasta que Hatsume en su desesperación tomó las pastillas que le había dejado Mina y se las metió a la boca. Obviamente se tardó, pero Uraraka al parecer estaba tan desesperada por tener un momento de paz que se las tragó así sin agua, o por lo menos si lo hizo con una, porque empezó a escupir pedazos del medicamento aún en trozos.

Los gritos empezaron a disminuir y entonces Aoyama aprovechó para sujetar a Uraraka mientras la abrazaba y así quedaron hasta que se hincaron en el piso. La chica al parecer se había rendido en su deseo de obtener el cuchillo, pero el maquillista no la iba a soltar hasta sentirse totalmente segura.

Hatsume veía con espanto la escena, un gran accidente pudo haber ocurrido de no haber reaccionado a tiempo. Aoyama estaba llorando mientras intentaba cantarle algo a la chica, pero en vez de mostrar una escena reconfortante, parecía más de una película de terror, su voz estaba quebrada y al parecer el medicamento le estaba haciendo efecto, porque su cuerpo empezaba a ponerse débil, lacio, y en verdad parecía que era un cadáver.

Siguieron así por bastante tiempo hasta que el cuerpo de Uraraka dejó de moverse, y aun así quedaron otro tiempo más hasta que alguien tocó la puerta. Era la seguridad del hotel, al parecer alguien había reportado los gritos y el ruido proveniente de su disputa.

Hatsume se las arregló para tranquilizarlos mientras Aoyama llevaba a una Uraraka inconsciente de vuelta a la cama, y a pesar de que aún había oscuridad en el cielo, ya no la acompañó, sino que se regresó a la sala donde Hatsume se había sentado en silencio, y la imitó.

Para distraerse un poco, Aoyama tomó la caja del medicamento que estaba en el suelo para saber exactamente cuánto tiempo estaría Uraraka dormida, no se volvería a confiar, seguramente había escuchado su conversación con Hatsume y la pobre no pudo con la culpa y todo lo que cargaba de más.

Después de leer por completo la cajita decidió hacerla a un lado y mirar fijamente a su compañera, le dolía la cabeza, y seguramente ella se sentía mucho peor. Porque tenía los ojos muy abiertos mientras lagrimeaban, y él sabía que estaba igual.

— Creo que debemos de llamar a sus padres... — Dijo en voz baja él — Para decirles... que está... bien, creo — Dudó con cada palabra que dijo, pero no sabía cómo romper el hielo, él se quería referir a la situación de Yaoyorozu, pero ¿Cómo le diría a unos padres que su hija había intentado suicidarse?

— Debemos de llevarla con un especialista — Respondió Hatsume — Internarla en un centro especializado de ser necesario, no puede continuar así.

— Hawks es muy buen coaching motivacional. — Señaló rápidamente, pero Hatsume le dedicó una mirada llena de odio.

— ¡No la voy a llevar a una secta! — Le regañó, y el pobre hombre respingó del susto.

— Pero... — Intentó defenderse, más prefirió quedarse callado. Así que para romper la tensión que había formado decidió levantarse para ir a la habitación. — Iré por el celular de Uraraka. — Anunció.

— Bien, esconderé los cuchillos de la cocina — Le apoyó Hatsume y lo imitó.

Aoyama tomó el celular que ya estaba totalmente cargado y se dirigió a la mesita de la cocineta, donde Hatsume ya había puesto los cuchillos en el congelador. ¿Por qué ese lugar? No sabía, pero los escondió perfectamente debajo de una bolsa de hielos abierta para hacer que los cubitos cubrieran toda la superficie.

Un Hombre Casi Perfecto [Kacchako] CompletoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora