Voleyball y pánico.

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Mizuhara llegó a aquella cancha rectangular luego de correr por varias cuadras. Con la respiración agitada, se sentó sobre el piso de la misma, observando a su alrededor.
Había una pelota de voley en el suelo, a unos metros de donde estaba la ojiverde. Ella se levantó y la tomó.

— Vamos a ver si sigo siendo una buena rematadora después de tantos años. –habló para si misma.

Un rubio teñido la miraba desde aquella puerta de metal, esperando a que la fémina se percatara de su presencia.
Luego de unos minutos de espera, se resignó a acercarse.

— Si quieres... puedo levantártela. –Mizuhara volteó rápido, observando al rubio con una notoria sorpresa.

— Kozume-senpai, gusto en conocerlo. –hizo una reverencia, el chico se acercó a ella.

— Dime Kenma, no me gustan las formalidades, Mizuhara-san. –esbozó una leve sonrisa.

La de cabellos multicolores se descubrió a sí misma encandilada por su sonrisa, con un leve sonrojo en sus mejillas.

— Dime Apple, después de todo es mi apodo... tampoco me gustan las formalidades, disculpa. –le devolvió la sonrisa algo apenada, rascando su nuca.

Kenma no pudo evitar sonrojarse levemente, por fin había conocido a la chica que le robaba tantos suspiros y ahora una de sus sonrisas era dedicada a él.

— ¿Quieres jugar? Fui el armador del Nekoma, aunque creo que ya lo supiste en tu stream... –la de orbes verdes se sonrojo rápidamente, pero asintió feliz.

No todos los días jugabas a tu deporte favorito con el chico del que estás enamorada hace años.

Mizuhara caminó a buscar la pelota y regresó a donde estaba, pasándole la pelota por el aire. El rubio la atrapó y en un toque limpio se la levantó, Mizuhara corrió y saltó, llegando hasta los dos metros de altura y rematando la pelota fuertemente.

— Shoyo-chan me enseñó a hacer eso, aunque me va mejor de líbero. –confesó rascándose la mejilla.

— Conoces a Shoyo, era de esperarse que seas tan brillante. –al instante se arrepintió de lo dicho y ambos desviaron la mirada con sus rostros más rojos que una fresa.

Un silencio incómodo se apoderó de la cancha, uno que Mizuhara decidió romper.

— Es curioso que nunca nos hayan presentado, teniendo casi el mismo círculo amistoso, ¿sabes? Siempre quise acercarme a hablarte, pero sabes cómo se pondrían los fans si interactuáramos... –el rubio, sorprendido ante sus palabras, dejó la pelota en el suelo y se acercó a la fémina.

— Tienes razón, los fans obsesionados apestan, ¿por qué no dejan a uno vivir su vida en paz? ¿Es esto lo que es llamado "ser famoso"? De significar eso, yo ya no quiero serlo. –la multicolor se sorprendió de la misma forma, mirando al rubio.

La distancia entre ellos iba acortándose a medida de que ellos se acercaban. No sabían lo que estaban haciendo, sus cuerpos actuaron por si solos sin pensar en lo que estaba pasando.

El sonido de una persona persona cayéndose entre los arbustos los hizo reaccionar y separarse.
Un grito los hizo percatarse de que no eran los únicos en ese establecimiento.

— ¡BOKE, HINATA, BOKE! ESTABAN A NADA DE HACERLO Y LA CAGAS CAYÉNDOTE.

— ¡YA NOS EXPUSISTE A TODOS, REY! –gritaron Oikawa y Tsukishima molestos, a la vez.

— ¿Podrían explicarme qué hacen todos aquí? –Mizuhara mantenía una mirada psicótica, la cual dejó helado hasta al rubio a su lado.

Sugawara soltó el teléfono apenado, al parecer los habían estado grabando todo ese tiempo.

Twich - Kenma Kozume × OC.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora