Confié en ti.

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¡Hola mis bonitos lectores! Este ha sido lejos el fic más ridículo, soft y relajado que he sacado en mi vida, la verdad me divertí mucho escribiéndolo aunque solo fueron siete días, muchas gracias a todas las personas que me acompañaron en esto y lo convirtieron en algo especial, de verdad, no hay gratitud suficiente para expresarla.

Mil gracias por tanto cariño.

¡Espero que les guste!

¡Espero que les guste!

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—Te ves emocionado. —Sus manos se congelaron sobre el ordenador, la estridencia con la que latió su corazón fue delirante, él alzó el mentón, la sonrisa pícara que Max Lobo le regaló le heló la sangre—. Hoy es el día ¿verdad?

—Lo es. —El castaño se acarició el pecho de manera melodramática.

—Crecen tan rápido. —Él se levantó de la mesa para poder estrechar al rubio entre sus brazos—. Pareciera que fue ayer cuando llegaste a mi cuidado. —Aunque al más joven le desagradó el contacto, él no lo apartó. Fue ese hombre tan infantil quien le mostró la verdadera paternidad mientras estaba fuera—. Y hoy regresaras a ver a tu esposo y a tu hijo.

—Futuro esposo. —El más alto negó.

—Confío en tu encanto. —Que le desordenase los cabellos con tanta violencia arruinó el look que estuvo creando por cuatro horas, él chasqueó la lengua—. Eres como el padre que se fue a comprar cigarrillos pero tú sí volviste Ash, me siento orgulloso. —Una vena le saltó de la frente.

—Esa es una terrible comparación. —La conmoción atrapada en los ojos del profesor lo hizo suspirar.

—¿Tu marido no te cobra pensión? —Con un golpe en el estómago él apartó a Max—. Ya, no te molestaré más. —El rubio bufó antes de guardar su tesis y cerrar el computador—. Aunque dos años es mucho tiempo, quién sabe, quizás llegues y Buddy le diga «papá» a Sing. —Aunque Aslan Jade Callenreese era el orgullo de esa facultad era un lujo poderse burlar de él.

—No digas cosas asquerosas, viejo. —La mandíbula se le tensó, sus palmas se convirtieron en puños—. Y él siempre puede enviudar. —La piel del más alto se erizó.

—Tus celos dan miedo.

A los 20 años Ash Lynx terminó su carrera en Columbia, aunque él no sabía quién quería ser cuando recién aceptó la beca, la respuesta lo golpeó como un balde de agua fría cuando su padre lo llamó borracho. Los débiles encontraban a alguien incluso más débiles que ellos y los lastimaban, ellos solo querían poder y a quien pisar, era repugnante que eso se viese entre padres e hijos, sin embargo, ocurría. Y la injusticia era inhumana, si la ley hubiese sido eficaz Griffin podría haber sido su tutor legal, no obstante, el sistema era una mierda. Por eso él haría justicia por los más vulnerables, él decidió convertirse en trabajador social para proteger las infancias, él tuvo la suerte de conocer a la libertad pero no todos la tenían.

Terminar su carrera en un tiempo récord no fue un desafío al estar ahogado en la pasión, Eiji Okumura no solo era su enamoramiento, no, él era su inspiración, fue la determinación del moreno lo que lo mantuvo cuerdo mientras su cordura pendía entre el estrés y la desolación, Max Lobo fue el padre que siempre deseó tener pero nunca se le concibió durante esos años. Y ahora estaba listo, él tendría que regresar a Columbia por medio semestre para terminar su tesis, sin embargo, planeaba volver con su familia a ese lugar.

Dear future husband.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora