- Te pusiste impertinente y... bueno, Louis, permíteme que me refiera a tu otro yo como Thanatos, que es el nombre que él prefiere...
- Sí, sí, ya me lo dijiste. Continúa...- Louis estaba deseando saber todo lo que había sucedido con ansia.
Edward contó la historia, sin interrupciones esta vez:
- Thanatos se puso impertinente. Yo me atreví por una vez a contestarle, y gracias a eso conseguimos el coche. En el viaje al pueblo más cercano, se durmió. No pasó nada importante.
» En cuanto llegamos, intenté despertarle, pero él me dijo, y de muy malas maneras, que yo hiciese lo que quisiese, pero que a él le dejase dormir. Y eso es justo lo que hice.
» Volví a montarme en el coche, y conducí y conducí sin parar hasta llegar aquí, Raccon City. Thanatos seguía durmiendo, así que pensé que no le importaría que yo fuese a una discoteca; total... ¡si no se enteraba absolutamente de nada de lo que pasaba a su alrededor!, ¡estaba profundamente dormido! Bueno, al menos eso es lo que yo pensé en un principio.
» Después de la discoteca, fui a casa de la chica con la que había estado bailando; creo que no hace falta que te diga lo que hicimos- hizo una pausa, le miró con cara pícara, y le guiñó un ojo. Luego, siguió hablando-. Bueno, pues en cuanto acabamos, volví a tu lado... al de Thanatos, que diga. Y él despertó; estaba muy, pero que muy enfadado.
» - ¿¡Cómo te has atrevido!? ¡Me ibas a abandonar, ¿eh?! ¿¡Acaso no te ofreciste como mi sirviente!?
» Me dio unos cuantos golpes... sin importancia- añadió rápidamente, para "quitar hierro" al asunto-, y me obligó a que fuésemos a un hotel, para alojarnos allí durante un tiempo hasta que, tal y como él dijo literalmente, su proceso finalizase.
» Cogimos habitaciones contiguas, pero separadas obviamente, y claro, Thanatos no tardó en llevarse a chicas dentro. Yo por esa noche pasé de él, y me fui a dormir; tanto viaje en coche me había dejado hecho polvo.
» A la mañana siguiente, fui a su habitación. El espectáculo que me encontré era... era... indescriptible... horrible...- suspiró y cerró los ojos; al abrirlos agitó la cabeza, como si la imagen de ese recuerdo aún estuviese delante suyo-. Las dos chicas estaban muertas, y todo lleno de sangre, como era de esperar, pero eso no era lo malo; lo malo era que se las estaba comiendo, ¿entiendes? Canibalismo puro: ellas recién muertas, su carne cruda y ensangrentada... y él comiéndoselas. No sé si me vio o no, supongo que sí, pero no dijo nada. Siguió a lo suyo, como decimos ahora.
» Pasado un rato, cuando una de las chicas ya había sido engullida por completo y la otra casi del todo, Thanatos se dio la vuelta y me miró. Su cara estaba cubierta de sangre, y lucía una satánica sonrisa.
» - ¿Te ha gustado el espectáculo?- me preguntó con una gran dosis de ironía en su voz.
» Yo no respondí, y eso debió de molestarle. ¿Pero qué iba a decir? ¿Qué me había repugnado total y absolutamente su acción? ¿Qué del asco que me había producido casi había vomitado? No, claro que no podía responder; eso que le habría dicho él lo habría captado ya en mis pensamientos, aunque no dijo nada, seguramente para así poder seguir mejor con su pesada bromita.
» - Ven aquí y come; te dejaré un poco- me dijo.
» ¿Él siendo amable? No. Lo hacía porque sabía que le iba a decir que no, y así tendría otro motivo más para pegarme y hacerme daño.
» - ¡He dicho que vengas y comas!- chilló. Ya estaba enfadado otra vez.
» - No- le respondí, obviamente.
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Proceso Ligspea
HorrorUn ritual satánico nada más nacer, que culmina con el asesinato de la madre del recién nacido, iniciado a lo oculto; un suicidio; una vertiginosa carrera de violencia, droga y crimen. Las palabras de una vieja loca: "Siete pecados: soberbia, avaric...