Capítulo 6

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Y Edward no se equivocaba: Thanatos ya no pudo volver a tocarle, puesto que apenas era capaz de verlo.

Pero la preocupación que nuestro fantasma sentía hacia Louis, iba en aumento. Ya no pasaban más de dos días sin que Thanatos le controlase, y cada vez disminuía más el tiempo entre posesión y posesión; además, también duraban cada vez más. Todo ello se debía, seguramente, a que Louis se volvía más y más inseguro por instantes, convirtiéndose así en un ser más débil y manipulable.

- ¿Ves? No soy capaz de cerrarte mis pensamientos, soy un inútil- decía, con las lágrimas aflorándole en los ojos.

Entonces Edward sufría, pues veía cada vez con más claridad lo que iba a pasar, ya de forma irremediable.

- Confía más en ti mismo, Louis, por favor. ¿A qué se debe tanta inseguridad y desconfianza?- le preguntó una vez, intentando llegar a la raíz del problema.

Louis suspiró, y bajó el tono de voz, como si pensase que alguien más podría oírle.

- Es que últimamente... no sé, joder... me siento perdido, como si estuviese dividido en dos... Porque a la hora de tomar una decisión, de confiar en poder hacer algo, mi interior me dice "sí", y al instante "no", "confía" y "desconfía", ¿entiendes? Es como si mi conciencia se revelase contra mí.

Edward negó con la cabeza, en un gesto de preocupación.

- No debes hacer caso de tu conciencia- dio más énfasis a estas palabras, que crearon en Louis el efecto esperado.

- ¿Por qué?- preguntó, en un tono que demostraba curiosidad y confusión al mismo tiempo.

- Porque yo soy ahora tu conciencia. No debes escuchar "tu interior", sino a mí.

«¡Claro! Y así estaré a tu entera disposición, y tendré que hacer todo lo que tú me digas, ¿no?»- pensó Louis.

- No, sabes que nunca haría nada que te perjudicase. Además, yo no puedo obligarte a hacer nada; simplemente, aconsejarte.

- ¡No leas mis pensamientos!- protestó Louis, dejando crecer la semilla del enfado en su mente.

- Aprende a cerrarlos- le contestó Edward tranquilamente, intentado que su amigo no le viese afectado por su comportamiento.

- ¡¡No puedo!!

La ira empezó a inundar también su corazón; eso era una mala señal.

- Cálmate, o Thanatos volverá a salir. Concéntrate, venga; puedes conseguirlo.

- ¡¡He dicho que no...!!- Louis experimentó una dolorosa sacudida, más fuerte que otras veces, que ambos amigos sabían lo que significaba.

«Thanatos te ha vuelto a controlar, y parece ser que el pecado que hoy le regirá será la ira, o la soberbia... Madre mía, Louis, ¿cuándo aprenderás?»- pensó Edward con pesar, y dando un suspiro de resignación.

- ¿Dón estoy?- Louis no soportaba que Thanatos le controlase. Cada que esto sucedía, él quedaba sumido en la oscuridad, viendo y oyendo cosas tan extrañas como aterradoras.

Un grito desgarrador de dolor sonó muy cerca de donde él se encontraba. ¿Sería alguien a quien también controlaba un ser tan horrible como Thanatos? Otro grito sonó, aún más cerca; pero esta vez era de terror.

- Es... ¿estás bien?- preguntó, sin saber exactamente hacia dónde dirigir la pregunta, y mucho menos a quién.

Algo blanco pasó por delante suyo, pero iba a tal velocidad, que Louis no fue capaz de distinguir qué había sido. Sonó otro grito, ya a su lado. Y justo en ese momento, algo le cogió por la muñeca y le dio un tirón hacia abajo, haciéndole caer en el suelo, si es que había, pues la oscuridad le impedía saberlo. Al menos, su cuerpo se había apoyado en algo duro.

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