❝ Dicen que el primer amor
es el más hermoso, doloroso
y ciego de todos. ❞
┈─ambos creyendo al otro muerto pero, sin querer admitirlo, avanzan en distintos caminos. Ahora con el arca en el suelo y una guerra a nada de explotar, las cosas se compl...
EL SOL YA NO SE VEÍA, había sido completamente opacado por el oscuro color del cielo junto a la brillante Luna, acompañada de las estrellas.
Se habían alejado más de lo que pensaban, y desde aquella última pregunta ya ninguno había abierto la boca, estaban completamente alertas a su alrededor, cuando a unos metros, divisaron el claro brillo naranjo de una fogata.
- deberíamos ir por otro lado - susurró la pelirroja. Pero él no la escuchó y avanzó unos pasos más.
- pondremos en práctica lo que te he enseñado - la bajó de su espalda.
- Espera, no querrás decir que los mataremos ¿verdad? Son personas - exclamó en tono bajo.
- ¿entonces puedes matar peces y conejos que no te harán daño absoluto pero, no a quienes no durarían un segundo en matarte? - cuestionó levantando una ceja, arrimandole una de las espadas que usaban en las prácticas. - tu eliges ser la presa, o el cazador.
Después de decir esto, se agachó y comenzó a avanzar, dejandola atrás.
Ella lo pensó un momento, sabía que no podría sobrevivir sin matar a nadie por como llevaban las cosas, pero aún así ¿dónde quedaba su humanidad? No, no lo haría, a menos que fuese completamente necesario.
Se agachó y escondió detrás de un arbusto, esperando el regreso de su acompañante, viendo como el mismo se deslizaba como una silenciosa serpiente.
Miró a su alrededor asegurándose que nadie los viera o atacara sorpresivamente, fué en ese momento cuando a lo lejos, vió pequeñas luces rojisas a lo lejos, acercándose hacia su posición.
Intentando no dejarse llevar por el pánico hizo todo lo posible para llegar a Sariel, escondiéndose detrás de un árbol junto a él, este la miró y ella apuntó en dirección a las antorchas que se aproximaban.
Le pareció verlo maldecir, antes que le hiciera una seña, indicándole que suban a los árboles, ella asintió y con miedo de hacer ruido que los descubrieran, trepó cuidadosamente, intentando no hacer que su muñeca herida quisiera gritar, se colocó en una posición que pudiera ver alguna parte del cuerpo del chico.
No se había equivocado, no pasó mucho hasta que pisadas fuertes y constantes se hicieron presentes, haciendo que los terrestres bajo ellos se pusieran alertas, claro que al tener de frente a aquellos caballos, se calmaron, reconociendolos como parte de los suyos.
Por desgracia para Derieri, comenzaron a hablar en su idioma natal, haciendo que entendiera algunas pocas palabras, entre ellas; Campamento Skaykru
Se movió ansiosa, necesitaba preguntarle a Sariel que rayos decían y que planeaban. Le frustraba el poder entender a medias, no sabía si era lo que estaba pensando o todo lo contrario, no pasó mucho cuando los terrestres apagaron la fogata y se subieron a sus caballos, retirándose del lugar todos.
Cuando los sintió a una distancia prudente bajó del árbol, al mismo tiempo que él también lo hacía, se acercó impaciente.
-¿y bien? ¿Qué decían? - relamió sus labios
- caminarán hacia tu campamento, la comandante les dió dos días para irse o los mataran, les quedan unas pocas horas - la miró fijamente, mientras ella mantenía una expresión preocupada, procesando la información.
Después de quemar a la mitad de su ejército ¿están dispuestos a negociar por la paz? ¿Qué estaba pasando? Parecía, que tendría que volver antes de tiempo, eso significaba encontrarse con la realidad otra vez, no sonaba tentador, Y Clarke estaba ahí, pero sabía que había gente que aún no la escuchaba, su gente la necesitaba, debía volver.
- Sariel yo-
- Esta bien, debías irte en algún momento - la interrumpió, entendía que ella no era como él, tenía gente que le tenía aprecio y la necesitaba allá, sin embargo, ninguno de los dos pensó encariñarse tanto con el otro en tan pocos días. - Sigue hasta el este a partir de aquí, manten la luna a tu derecha y llegarás, espero que te sirva lo que hemos practicado.
Asintió levemente y extendió la espada al chico, pero este la negó
- Quedatela, yo tengo otra -
- claro, y se te da mejor el arco y flecha - la pequeña sonrisa que tenía se agrandó cuando las comisuras de labios contrarios se levantaron un poco, suspirando, le dió la espalda dispuesta a caminar, aunque no dió ni cinco pasos cuando volvió hacia él - sabes? Puedes venir conmigo
Él caminó unos pasos más hacia ella, colocando su mano en el hombro de la chica, negando.
- nos volveremos a ver - afirmó
- Sariel escucha
- sé lo que le hicieron al terrestre de Trikru, no soy bienvenido ahí
- me dijiste que quieren un Tratado de paz, entonces no te harán nada - soltó un suspiro ante la insistencia de la pelirroja - ellos me escuchan, si les cuento como me salvaste más de una vez, me creerán - ambos comenzaron una guerra de miradas, la cual Derieri no estaba dispuesta a perder - por favor
Soltando un sonoro resoplido, pasando su mano por su frente, asintió, sacándole una sonrisa a Derieri contagiandolo a él también, debía estar loco, meterse en territorio enemigo por una de los suyos que conoció hace unos días. Aunque si lo pensaba bien, desde hace años, siempre estaba en tierras ajenas.
- camina antes que me arrepienta - le pasó por su lado, emprendiendo viaje - debemos ser rápidos y sigilosos, si el ejército de la comandante marchará a tu campamento probablemente los rodeen y nos complicaran la entrada, lo más seguro es que nos encontremos con algunos.
Suspiró, eso significaba que tendría que matar a personas a sangre fría, tal como ellos lo hacían con su gente.
Odiaba el hecho, de estar perdiendo su humanidad, y no poder hacer nada para evitarlo, porque era tal y como dijo Sariel.
Matas o te matan.
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Tengo una duda, si Bellamy les parece malo y no les gusta el personaje, mi pana ¿qué hacen acá?
