La protagonista

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La miró de pie.

Estoy mirándola con la vista escondida en mi libro favorito.

Esta ahí de pie, luciendo exactamente cómo es: hermosa.

Su piel pálida y perfecta, su cabello lindo y radiante, su vista sobre un libro que disfruta sin un ánimo mínimo de vergüenza de estar en medio de la librería.

Sabe que es la protagonista, le gusta serlo.

Yo odio ser la protagonista.

Lo detesto.

Aborrezco cada mirada que me dan, rehuyo a toda clase de atención y egoístamente me preguntó mirándola detrás de un libro:

¿Qué se siente ser así?

¿Haz visto esa clase de chicas, que brillan por su propia luz?

Que les importa un carajo lo que el mundo piense de ellas.

¿Qué son adorables sólo por ser ellas mismas?

Si bueno, yo no soy así.

Su sonrisa viaja a una chica que le pregunta algo, una sonrisa ladeada y ya pueden llamarse amigas.

Un chico la mira de reojo, está nervioso de siquiera acercarse.

Un ángel en medio de la tierra.

Esa chica de bello cristal.

La que sabe que puede deslumbrar en cualquier parte, la que se siente libre...

Esa que son difíciles de encontrar.

La luz de la fiesta y que ríe y todo mundo lo hace, la que puede ver al sol sin temer a quemarse.

Esa clase de chica que te hace pensar: Wow, ¿Soy suficiente?

Y sé que no debería pensar así.

Sé que no es fácil llegar a sentirse así.

Pero ella luce como si lo fuera, fácil, sencillo... eso llamado amarse a sí mismo, me queda tan grande el saco como lo es su corazón.

No es culpa suya que me sienta tan malditamente triste.

Pero empiezo a pensar que es difícil también para alguien ser así...cristal, brillo y oro, sentirse protagonista.

Yo no sé nada de lo qué hay en su vida, ni de sus sombras ni de sus máscaras ni de la lucha con la va caminando por ahí, en esta ciudad que juzga más rápido de lo que puedes esperar.

Honestamente la envidio a raudales, no por la ropa o por lo bella que es, la envidio por verse y sentirse cuál es.

Por qué hay algo de magia escondida por ahí al saberse querida, saber que funcionas, amarte a ti misma, saber lo que vales, aceptarse a sí misma y ser lo que uno es.

En todo este tiempo lo he sabido muy bien, la magia, el secreto de aquello que no ves.

Dejar de compararme.

Saber que también soy protagonista, la chica que veo ahí, la que quiero ser, la chica de miel y cristal, la que es su propia heroína, la de confianza infinita.

Y sé que es difícil.

Créeme, lo sé.

Pero eso no importa, no lo hace, me veré en el espejo (empezaré por ahí) haré lo que amo, que sienta que valgo, me pintaré los labios y que se vayan al carajo aquellos que piensen que el tono rojo no va al color de mi piel, empezaré a leer también en los lugares que quiero, seré libre, seré libre...

Y si un día, me ves por ahí... parada, cerca de ti, leyendo este libro que me costó conseguir y te sonrió de esa manera que te hace sentir así...

Te lo prometo, algún día tú también, estarás aquí.

De lo que corre por mis venasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora