Entre Fierros, Música y Rebeldía.

2.- Molestia.

— Arriba preciosa—. Sakura alzó los ojos y se topó con unos espectaculares ojos Ónix que la miraban intensamente mientras le ofrecían una mano para levantarse. La chica lo analizó detalladamente. Piel nívea, hermosos y fríos ojos color negro, cabello azabache, le parecía muy conocido pero algo no cuadraba. Tenía unas extrañas marcas debajo de sus ojos y el cabello bastante largo recogido en una coleta baja, algunos mechones rebeldes se le escapaban por la cara dándole un aspecto sexy. La ojijade quedó algo bloqueada y mucho más, cuando el joven le sonrío de lado. Sakura no supo en que momento le tomó la mano y se levantó, mientras se sacaba uno de los auriculares.

—Esa caída debió doler, ¿Estás bien? — El chico la miró con un dejo de preocupación en su rostro.

"Y éste, ¿de dónde salió? InnerSaku: No lo sé, pero me recuerda a alguien.. Saku: A mi también, es tan raro. InnerSaku: ¡Está tan bueno! Saku:¬¬"

— ¡Itachi, deja a esa niña y ven a jugar! —. El grito la sacó de sus pensamientos. 

 El chico suspiró y sin apartar la vista de la pelirrosa gritó:

—Ya voy Hidan, no molestes. Bueno creo que será mejor que vuelva o vendrán a arrastrarme hasta el campo, espero que estés bien, fue un gusto, eeeh...— El joven miró a la pelirrosa para que ella completara la frase con su nombre.

—Sa-Sakura Haruno—.

—Encantado Sakura-Chan, yo soy Itachi Uchiha, espero que estés bien—. El morocho sonrío, le dio un beso en la mejilla y se fue trotando hacia donde estaba su equipo. Karin dio un fuerte golpe al piso con su pie y pegó un alarido de odio, las otras féminas miraban a la Haruno con incomodidad, pero había un azabache que estaba completamente indignado con la escena que acababa de ver. Sakura se colocó los auriculares y como si nada siguió trotando.

—Jóvenes la señorita Haruno está bien, así que.. ¡No dejen que la llama de la juventud se apague y sigan corriendo! —.

—Si Gai-Sensei, por la llama de la juventud—. Gritó un chico con corte de taza y cejas muy pobladas bastante afeminado, que traía un traje verde, al igual que el profesor.

La clase transcurrió tranquila, Gai Sensei ordenó que en la última recta de la clase, las chicas jugarían volley y los chicos futbol.  Sakura "de repente" sintió un dolor muy fuerte en su tobillo que la obligó a guardar reposo los minutos restantes. 

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Las clases habían concluido y la mayoría de los alumnos ya se habían ido, la pelirrosa estaba apoyada sobre una pared esperando que su madre la fuera a recoger. Al pasar su mirada por la puerta de la escuela, no pudo evitar quedarse mirando a un chico de pelo azabache con destellos azules, vestido con una camisa blanca, un pantalón de vestir negro con zapatos y corbata del mismo tono que iba saliendo del lugar. Sakura abrió los ojos de par en par al darse cuenta que era el Uchiha menor, éste por alguna razón alzó la vista para chocar con la de ella. Ambos se miraban intensamente, hasta que una limusina negra apareció en la calle y el Uchiha desapareció dentro de ella. Sakura se sacudió la cabeza y miró hacia el cielo, parecía que iba a llover y su madre no aparecía. Comenzó a pensar lo peor y se quedó mirando las nubes que se agolpaban sobre ella. Mientras tanto la limusina pasaba enfrente suyo y dentro, el azabache la miraba sin que ella se enterara.

"Está por llover, no sabe que el colectivo pasa a dos cuadras. InnerSasu: No es como si nos importara mucho, ¿o si?.  Sasuke: Realmente no, que se moje ¬¬."