21.- En Tus Brazos Encuentro La Paz.

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Y así transcurrió la noche. Las fieras estaban bastante alegres y los Uchihas un poco más. Eran los que habían decidido que se encargarían de manejar, así que no tomaron; pero no fue necesario para poder disfrutar de la agradable noche. 

Deidara había desaparecido en medio del lugar detrás de una morocha, mientras que en la barra Sasori estaba intentando ligar con una rubia voluptuosa y hueca. En la pista estaba la pelirrosa bailando bastante apretada con su novio.

—Si no dejas de moverte así, no respondo de mi—.Sasuke la miro con una sonrisa divertida.

—Es así la vida Panterita, la música se baila bien pegados—.Esto se lo dijo muy sensual mientras le tomaba la pequeña cintura entre sus manos y la acercaba mas hacia si. La pelirrosa estaba al límite de la desesperación.

—Sasuke..No me digas "Panterita" porque sabes que me desquicia—.El chico la miró provocativamente y acercó su rostro al de ella, tomándole la barbilla con la mano.

— Mmmmm sería un peligro que perdieras el control, Pan-Te-Ri-Ta—.La pelirrosa no aguantó más y lo besó salvajemente. Las manos de la chica se enredaron en su cabello y el chico inconcientemente la fue llevando hasta la pared del cantobar, acorralándola contra esta. Una de sus manos la apoyó contra la pared, mientras la otra tomaba su cintura.

El calor comenzaba a recorrerlos por todo su cuerpo. Sakura se separó de él y le succionó fuertemente el cuello, provocando que el chico suspirara de satisfacción. Ella lo atrajo más y se dedicó a jugar con su piercing de la lengua. El azabache estaba perdiendo los estribos, tenía unas fuertes ganas de hacerla suya en ese mismo lugar y ese mismo momento. La pareja se separó y sonrieron cómplicemente.

—Hey serpiente, ¿Por qué no nos vamos a jugar al auto? —El chico sonrío divertido. La tomó de la mano y se disponían a irse cuando se escucharon gritos histéricos y cosas que se rompían. Al mismo instante que esta pareja se deleitaba con el otro, en una mesa había un hermoso azabache de coleta con su novia de cabello de fuego.

—Yaaaaaaa no seas amargado, dame un besito—.

—¡Akari, basta! Está tu hermano y ambos sabemos que es un histérico—.

— Pero él lo aceptó, no seas malito.. un besito no le hace mal a nadie—.El chico sonrió divertido.

— Sabemos muy bien que hace unos días los besitos castos terminaron en otras cosas—. Akari no pudo evitar sonreír con prevención mientras recordaba esos momentos. Ella se lo había dicho, lo iba a sacar bueno, y vaya que lo había hecho. Con un simple roce de yemas el chico la seguía y mientras todos dormían, o comían o salían, ellos dos disfrutaban de la adrenalina y se daban "cariño" mutuo. Y vaya que el azabache aprendía rápido, la cantidad de cosas que habían hecho en un simple fin de semana eran incontables.

—Mi hermano me ha visto en tantas situaciones que no creo que un simple besito lo traume—.El chico suspiró y le dijo.

—Está bien borrachita, solo un beso—.La chica asintió sonriente para luego besar delicadamente a su pareja. Obviamente que eso no sería todo, la pelirroja comenzó a intensificar el beso y una de sus manos se dirigió a la entrepierna del joven, éste suspiró al sentir el tacto suave de su novia, luego cortó el beso para mirarla entre enojado y divertido.

—Pelirroja ¿Qué dijimos?—.

—Es imposible no tentarse—. Acto seguido lo besó. El chico trataba de usar su autocontrol pero la chica era imposible, sus manos lo acariciaban delicadamente. Pasados unos segundos ambos estaban acalorados, la pelirroja se había subido arriba de él, una de las manos del azabache se había perdido bajo la remera de la chica. Estaban perfectamente a gusto y sus mentes solo pensaban en una cosa.

Entre Fierros, Música y Rebeldía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora