Cap 37

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Narra Selene

Me dolía la cabeza, cómo era posible que me duela la cabeza? Estaba por explotarme, tuve que apoyarla en la pared pero obviamente no iba a causar ninguna diferencia.

Llevaba meses sin beber sangre, hasta sentía las ganas de vomitar, pero qué cosa vomitaría?

- Hola Selene - este enfermero era todo un psicopata, será por su mentalidad? o por su horrenda cara? Creo que los enormes ojos que tenía lo hacían parecer más loco - vine a darte..tu medicina del día - sacó una jeringa con mezclas de quien sabe que, será una mezcla de todos los venenos sobrenaturales? Si debía se sincera, me daba algo de intriga.

Apartó unos mechones de mi cabello para luego pasar la aguja por mi cuello, debía hacerlo? Obviamente debía hacerlo si quería salir de aquí, rápidamente enrede la cadena que sujetaba mi brazo en su cuello ahogándolo, con la otra mano desnude su hombro para encajar mis colmillos y beber algo de sangre, solté un jadeo y lo dejé inconsciente.

Me quite las cadenas que me sujetaban y salí de la celda escuchando las alarmas, unos enfermeros aparecieron y corrieron hacia mi, los golpee pero noté que aún me faltaban fuerzas.

- Sel? - escuchar la voz de Peter me desconcentro como para que me golpearan con esas varas eléctricas - qué haces aquí?

- Sel? - escuchar la voz de Peter me desconcentro como para que me golpearan con esas varas eléctricas - qué haces aquí?

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- no ves que estoy ocupada?! - le grite rompiéndole un brazo a un hombre.

- estás muy débil

- no es obvio?!

- podrías dejar de gritarme?! - hice que un enfermero chocara contra su cristal - no te ves muy bien

- Gracias, Peter - dije sarcástica para sujetar la cabeza del enfermero y golpearlo más fuerte contra el cristal de su celda, veo cómo sonríe y le da unos toques a su brazo - idiota - enredé mis piernas en el cuello de uno y me lancé hacia atrás hasta sentir algo punzante en mi brazo, mierda.

- eres toda una traviesa Selene - note la sangre seca en su hombro y un leve enrojecimiento en su rostro - me encanta - susurra en mi oído.

- tócala, y te rompo la cara maldito pervertido - él lo ignora y desde atrás me inyectan algo en el cuello debilitándome por completo.

- creo que necesitarás un compañero - me lanza a Peter quien me sujeta, cierran la celda dejándonos solos, se sentó con la espalda contra la pared y me tuvo entre sus piernas con mi espalda contra su pecho.

- si te soy sincero...te eche de menos - murmuró suspirando en mi oído haciendo erizar mi piel - aunque me hayas dejado aquí, por lo que veo, el karma hizo su parte.

- por favor...cállate - me sorprendió el hecho de que hizo lo que le pedí, me acomode contra su pecho y sin darme cuenta caí dormida sintiendo sus brazos aferrarse a mi.








[...]








Sentí su penetrante mirada siguiéndome a cada movimiento que mis extremidades hacían.

Me acomodaba, él me miraba.

Me levantaba, él me miraba.

Sin importar qué insignificante movimiento hacia, lo encontraba mirándome.

- se te perdió algo? - solté sin muchas ganas de soportar su acoso.

- si, unos besos, pero como te ves del asco dejare que descanses - corre los ojos golpeando mi cabeza con la pared - ya hablando en serio, hace cuánto no bebes sangre?

- hace cuanto estamos encerrados juntos?

- un mes? Quizás dos

- ahí tienes tu respuesta - sentí cómo se sentaba junto a mi.

- bebe - me extendiendo su brazo.

- no, Peter. No voy a tomar tu sangre, te debilitaras

- y? Ahora, ya, bebe - suspiré y me pegue a él, tome su brazo y sentí mis colmillos lastimando mi labio al momento de que el olor a su sangre entró por mis pulmones, sin dudarlo clave mis colmillos jadeando al sentir ese exquisito sabor, escuche como gruñó levemente mientras me atraía más a él.

Al terminar no aleje su brazo de mi boca hasta que no quedara rastro de sangre, sin darme cuenta, al segundo, ya estaba sobre él besándolo ferozmente sus manos estaban en mi espalda sosteniéndome hasta que reaccione, me separe y caí sentada en sus piernas, estaba muy sorprendida y confundida por lo que acaba de pasar que simplemente mire hacia otro lado.

- eso fue una increíble forma de decirme "Gracias Peter por darme de tu sangre, no sabes cuándo te extrañe" - rodee los ojos quitándome de encima suyo.

- tengo que salir de aquí

- yo también participo en tu plan? - se levanta.

- según, me eres necesario? - me acerco al vidrio viendo el pasillo vacío, mire la habitación la cual era igual a la mía solo que con menos seguridad, muy sencilla.

- hace cuánto llegaste aquí? - me senté en la única cama de la habitación.

- creo que...un mese después de haberte dejado aquí - suspiré poniendo mis codos sobre mis rodillas y cubriendo mi rostro con mis manos, estaba cansada - puedo acostarme? - él asiente y me termine recostando pegada a la pared, sentí su peso junto a mi acomodándose sobre el colchón.

- lo lamento - lo oigo susurrarme - no quería que pasara nada de esto

- lo se - me gire quedando frente a frente - muy en el fondo, algo en mi lamenta haberte metido aquí - él ríe un poco.

- lo se - nos quedamos mirando - extrañaba tenerte conmigo, me calma el solo saber que estás aquí - sonreí un poco - tienes hambre?

- no - conteste en voz baja.

- te ves más delgada de lo normal, aunque te ves algo mejor después de darte sangre - dijo dejando una caricia en mi mano.

- tú sangre no es como los de las demás - solté con sinceridad - no para mi

- qué significa?

- de verdad creí que ya lo sabías - suspiré y solté leves quejidos al darme vuelta - descansa Peter - lo oigo suspirar y acomodarse dándome un poco de espacio para no molestarme, lo cual agradecí pero a la vez me disgustó.

Me odiaba a mi misma, lo amé, lo odié, lo amo? Lo odio? Si, pero necesito sentir su tacto, su calor contra mi piel fría, admito que soy algo bipolar en ciertas cosas, pero en estas situaciones es en donde no sabría si enojarme conmigo misma o sentirme calmada.

- Peter - hable en voz baja, una parte de mi quería que no me escuchara, la otra deseaba que si lo hiciera.

- si? - si terminó haciéndolo.

- estaría mal si te pidiera que me abrases?

- está mal si te pidiera que nos metamos dentro de las sábanas? Hace algo de frío - reí y nos sentamos, él movió las únicas dos sabanas y las puso sobre nosotros, me recosté y él tapó mi lado para luego hacerlo sobre si mismo - puedo?

- por favor - susurre, lenta y cuidadosamente sentí su brazo rodearme haciéndome suspirar, definitivamente necesitaba su calor, su pecho se pegó a mi espalda mientras se aferraba a mi sintiendo como sus músculos se relajaban al momento que su cuerpo tocaba el mío, caí dormida tan rápido que lo agradecí en momentos así.

𝐏𝐫𝐞𝐝𝐚𝐭𝐨𝐫 - 𝔭𝔢𝔱𝔢𝔯 𝔥𝔞𝔩𝔢 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora