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Un híbrido de ojos azules y un castaño de gabardina azul se encontraban en la cocina de  aquella casa intentando cocinar galletas

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Un híbrido de ojos azules y un castaño de gabardina azul se encontraban en la cocina de  aquella casa intentando cocinar galletas.

- Pero porque pones la harina junto con los huevos! Va primero con la azúcar!- se pudo escuchar el grito del castaño.

- Lo siento- contestó el otro por lo bajo haciendo que sus orejas cayesen también.

El castaño soltó un suspiro acariciando la cabeza de este e iniciando la preparación nuevamente.

Y ustedes se preguntarán... ¿Para qué estarán haciéndo esto?

La razón es simple, la mañana siguiente sería el cumpleaños del pequeño castaño de ojos verdes, sus cinco años. Al no saber que regalarle, preguntaron a sus amigos, pero ninguno supo responderles, en un momento, cuando se habían dado por vencidos, el pequeño de cabello bicolor les había dado la idea.

No lo pensaron demasiado más, tomaron las cosas y comenzaron, aunque estaba el pequeño inconveniente de que el peliplata no tenía experiencia en la cocina, ya era la tercera vez que rehacían la preparación.

Tenían la fortuna de que aquella mañana ninguno de los pequeños había despertado, y sus dos compañeros habían salido temprano. Aunque el mantener silencio se les complicaba un poco.

Comenzaron nuevamente con la preparación, parecía ser la buena.

- Tenemos que dejar reposar la masa- dijo el castaño quitándose su gabardina e intentado agarrar su cabello, algo largo, en una coleta.

El peliplata al ver que no podía, soltó una risita para luego ponerse de puntas y hacerlo el mismo, dejando tieso al contrario.

- Gracias-

Sus ojos se conectaron y el tiempo parecía haberse parado, como si la gravedad lo quisiese, sus cuerpos acortaban la poca distancia que los separaban.
En silencio, juntaron sus labios en un simple contacto, un simple toque que había provocado estragos en los cuerpos de ambos.

Las manos del más alto se dirigieron a la cintura del híbrido, este subía lentamente sus manos por el torso del  castaño llegando hasta su cuello y aferrando sus manos en los hombros de este.

Aquel tímido contacto que mantenían se intensificaba de a poco, ninguno quería separarse, el momento era tan perfecto... pero lo perfecto no dura.

La puerta de aquella casa fue abierta, provocando que ambos se separasen con un fuerte sonrojo en sus rostros.

- He vuelto... - las palabras de Auron parecían quedar siempre en el aire cuando entraba en escena.

Una ceja se alzó en el rostro del de sudadera blanca, analizando la situación.

- Oh..- su cerebro parecía haber comprendido lo que pasaba. Se quería golpear, ya que era algo evidente por el gran sonrojo que cargaban los otros dos en su rostro y el ambiente que habían formado.

Llegada Inesperada [RebornKunn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora