IV

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Es un día muy lindo para salir a dar un paseo, es soleado y muy fresco. La familia Tomlinson aprovecha para ir al parque que está por su casa. Un parque muy amplio, con zonas verdes hermosas y juegos entretenidos para todos los niños y niñas.

—Niñas vamos, apúrense si quieren estar un gran rato.—  Jay llama a sus hijas para que salgan de la casa rápido. Ella está con su hijo mayor esperando a las pequeñas.  —Hijo, en el parque quiero hablar contigo—  le mencionó con una sonrisa hermosa, este aceptó.

Las cuatro niñas bajan apresuradamente, ya que, quieren ir lo más pronto posible al lugar, irán caminando pues el parque no queda lejos de su casa.

Caminando las gemelas al frente sus hermanas mayores atrás de éstas van su madre junto a su hermano mayor.

Caminan sin prisa pero se nota la impaciencia de las más jóvenes, pronto sólo tienen que cruzar la calle para llegar al parque.

Todos están calmados, miran a la izquierda y derecha para proseguir con el camino.

La familia en proceso de cruzar la carretera están a la mitad de la calle asustados por el sonido de un automóvil sin control y a toda velocidad se dirige a ellos. Todo es muy rápido, el auto había salido de la nada.

Louis actúa de inmediato, protegería a su familia de todo lo que el pudiese.

Todos están estáticos, sin saber qué hacer, sin saber qué dirección agarrar. Louis extiende sus brazos para usar su poder del tiempo, para tratar de hacer algo. Logra detenerlo y de inmediato se asegura de colocar a su familia segura y a salvo en el pavimento.

Justo a tiempo se alejaron, antes de que el vehículo perdiese aún más el control y empezara a dar vueltas, luego chocara contra un árbol dejando el automóvil destrozado. Se escucha a personas gritando asustadas, todo fue muy inesperado. Por suerte el conductor sale de la camioneta sin golpes graves.

El señor está con un celular en mano, llamando al tránsito, trata de hacer algo ante el desastre. Va hacía la familia Tomlinson, en ese momento Louis y su madre le están preguntando a las niñas si se encuentran bien.

—Les pido una disculpa, mi vehículo se descompuso y no pude controlarlo.— Louis todavía con un Aura color vino le iba a responder bruscamente.

—Por suerte todos estamos bien y nadie salió herido— interviene Jay con una sonrisa para agilizar el ambiente.  —Por suerte este increíble muchacho logró intervenir antes de que pasara una tragedia.— el señor felicita también para controlar la tensión entre todos. —Exacto, mi hijo es maravilloso— Jay contesta orgullosa siguiendo la corriente. Louis solo le queda sonreír triunfador ya un poco más calmado. —Gracias.— contesta

El señor se da cuenta que la ayuda ya está llegando, y procede a despedirse.

—Nuevamente, les pido mil disculpas. Lamento lo ocurrido— La familia Tomlinson acepta y se despide.

—Bueno, hemos venido al parque, ¿no?— dice Jay feliz para cambiar de tema y distraer a las pequeñas de lo ocurrido. Todos retomando nuevamente su caminata al parque.

Las niñas están felices por al fin llegar.

—Mamá, ¿podemos ir a jugar?— pregunta Lottie ansiosa.
—Claro, amor. Vayan pero no se alejen demasiado— Las cuatro hermanas corren a los juegos. Jay ve a su hijo mayor —Vamos, bebé. Quiero que hablemos— este acepta en silencio absoluto y van directo a las bancas que están cerca de las niñas.

Toman asiento tranquilamente, disfrutando de la tranquilidad de las zonas verdes.

—Hijo, lograste evitar un terrible accidente, cada día estoy más orgullosa de ti— después de esas palabras lo abraza cariñosamente.

—Gracias, mamá. Pero casi no lo logro— su madre se separa del abrazo, con incredulidad en el rostro. —Louis, sabes que todavía no manejas muy bien tus poderes, y deberías de sentirte orgulloso por lo que hiciste hoy. Eso estuvo más que bien.—   dice muy segura.

—Ahora, no puedo creer lo grande que estás, en un mes cumples los diecinueve y aparte en tres meses te vas a la academia—   La última frase la dice dramáticamente

—Oh, mamá. Tranquila les vendré a visitar—

—¿Qué quieres hacer para tu cumpleaños? Ya que será el último antes de que te vayas— dice con nostalgia. Louis ve a su madre con neutralidad en su rostro —Mamá, lo dices como si me fuera y nunca volviera. Pero ya que insistes, quiero una cena con toda la Familia y tal vez ir a tomar algo tranquilo con Calvin. Es lo único que quiero antes de irme ya que no los veré tan seguido.—

Jay lo ve con gracia y ternura —Esta bien hijo. Así será— contestó para después darle un beso en la mejilla.

—No se tú pero yo estoy ansiosa por la academia— le dice mirando en dirección a las niñas.

—Yo también, no veo la hora para poder manejar mis dones y mis emociones. Tú lo viste, casi no duró tanto el tiempo detenido.— responde Louis, con su madre prestando atención.

—No digas eso. nos salvaste y no puedes presionarte, lo hiciste increíble. De no ser por ti posiblemente tendríamos algo roto— terminando esa frase llega Félicité escuchando a su madre —¡Oh! Es cierto Lou, gracias. Estuviste increíble.—

Voltean para a ver a la niña que acaba de felicitar, ella continúa —Emm... mami, queremos helado. ¿Nos puedes comprar helado a todas? Lou, ¿quieres un helado? ¿Y tu mamá?—  Louis se voltea dramáticamente alegre hacía su madre.   —¡Claro que quiero un helado!— los tres empezaron a reír. —Está bien, dile a tus hermanas que iremos por helado—

Louis y su madre van directo a los juegos del parque donde están las pequeñas.

—Hijo, no te estreses por eso, ¿okay? Eres increíble vas a lograrlo todo— Ya reunidos con todas la niñas Jay les avisa —Vamos por unos deliciosos helados y luego a la casa, Mark llegará pronto— Con eso empiezan su caminata hacia la heladería.

Entrando al local su madre les pregunta         —Niñas quieren conos con dos bolas de helado ¿cierto?. Lou, tu un granizado ¿verdad?— Pregunta aunque sabe la respuesta. —Sí— Sus hijos contestan al mismo tiempo. —Perfecto, espérenme en la mesa y cuando este la orden lista, ¿me ayudarías, Lou?— Las niñas caminan a la mesa más cercana, Louis asiente con la cabeza y va detrás de sus hermanas.

—Hola, me puedes dar cuatro conos de helado con 2 bolas de sabor fresa y vainilla, un granizado, una banana split y una paleta. Por favor.—

La nueva cajera quedó anonadada. —Por supuesto—  continua con la orden sin problema, y recibe el efectivo.

Después de un pequeño lapso de tiempo salió un chico con el pedido. —Lou, ven— Llama Jay.

Entregándole a su hijo el granizado y la banana Split y ella llevando los conos junto la paleta. Los dos agradecieron al chico que les entregó el pedido, este le sonríe coquetamente a Louis.

Van directo a la mesa donde se encuentran las niñas, entregándoles un cono a cada una de ellas.

—Los comeremos en el camino, vamos.—La familia hace su camino a casa. A la mitad del camino Louis termina la conversación pendiente —Gracias, mamá y trataré de pensar positivamente lo de hoy.—

Ahora todos están más tranquilos y felices.

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