XXV

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En clase de matemáticas Louis y Harry deben hacer una práctica en pareja del tema visto en la clase pasada.

—Louis, yo no vine a la clase pasada porque tuve una reunión y no quiero que nos atrasemos— comenta el rizado, marcando su hoyuelo en una sonrisa convincente.

Con el ceño fruncido el ojiazul toma un cuaderno y se dispone a explicar con toda la inocencia de la situación.

—Solo debemos factorizar. Debemos dividir los números en a, b y c, después aplicar la fórmula para sacar el factor común y por último poner en la calculadora la raíz cuadrada— explica el castaño con una sonrisa —Cuando lo entiendes es fácil.— Termina con una sonrisa.

—Claro, bebé. Pero ya tendremos tiempo para que me expliques, por ahora no quiero que nos atrasemos, ¿adelantarías tú?— pide acariciando el mentón del contrario. Le encanta ese lado nerd de él.

Louis toma la hoja de prácticas —Haré los primeros y luego lo intentas tú, ¿te parece?—

Con un asentimiento Louis comienza haciendo que el rizado le preste atención.

Unos minutos después el ojiazul ve a Mateo entrar y dejarle unas hojas a la profesora y de ahí él ve a su amigo y a Harry juntos, por lo que decide acerse a Louis.

—Hola, Lou ¿cómo estás? Hablé con mi madre y ella quiere darte una recompensa o ayuda, por ayudarnos en la cafetería— explica poniendo sus manos en el escritorio.

Antes qué el castaño pueda responder el rizado lo hace primero.

—¿Por qué Louis tendría que recibir algo de tu madre?— cuestiona Harry arrugando su semblante.

El pelirrojo baja la mirada y sonríe para sí mismo. —Porque mi madre siempre está presente en todo, no es mi culpa que tus padres no lo estuvieran y no sepas que es eso.—

El ojiverde suelta una carcajada seca.

—¿Por qué piensas qué eso es cierto? ¿De dónde mierda sacaste esa información?— pregunta elevando levemente su voz, sonando agresivo.

—Lo escuché, y es obvio.—

—No me vengas con esas mamadas, no trates de jugar un juego el cual no sabes ni entiendes— amenaza el rizado y en ese preciso momento la profesora les indica que el aula no es lugar para hablar, sacando a Mateo.

Antes de que acabe la clase, Harry tiene la hoja en frente, listo para intentarlo.

A su lado el castaño observa detenidamente el procedimiento y nota como de Harry sale una leve aura, y puede notar que el rizado está nervioso, tímido y hay un poco de torpeza cuando escribe, ya que, su malestar se ha ido.

—Amor, ¿estás bien?— interroga Louis.

Con eso Harry lo voltea a ver con el ceño fruncido relajando su expresión al instante de ver la expresión del contrario. —Sí, bebé. No tienes nada de qué preocuparte.—

Louis decide colocar una mano en su hombro mientras se separa de él, quitándole la mirada con una sonrisa.

Al paso de unos minutos se da cuenta que lo sigue viendo y el ojiverde sigue con una actitud de inquietud, ya que, él mismo se percata de su propia aura.

Este último suspira al terminar con la hoja y cierra sus ojos para disimular sus sentimientos, pasándole la hoja a su amigo.

Cae en cuenta que Harry ha tenido este comportamiento varías veces y solamente es con él, sospecha de algo pero todavía no se quiere apresurar o hacerse ilusiones.

—¿Le puedes entregar esto a la profesora? Necesito recoger unos libros antes de ir a la cafetería. Te veo ahí, amor.— avisa Louis apurado al escuchar el timbre y despidiéndose del ojiverde.

Una vez que Harry está por entrar a la cafetería ve a Louis hablando con un chico y, aparentemente, es nuevo en la academia.

Están por despedirse y el rizado no había notado qué hay un segundo chico.

El primer chico, el cual estaba hablando con el ojiazul, coloca su brazo en los hombros del castaño presentándolo con el otro chico.

Es algo muy sencillo y sutil para despedirse y Louis le hace gracia mientras camina hacia la cafetería, donde ve entrar a su amigo.

Corre un poco para lograr alcanzarlo y percibe una molestia por el aura, la cual el día de hoy anda más expuesta de lo normal.

—Hey, ¿algo pasó? Hace un momento estabas bien— interroga el castaño.

El rizado contesta cortante pero su amigo insiste más en el tema.

—Está bien, Louis. Sí, me molesta que hables con absolutamente todo el mundo. ¿Ahora eres guía turístico de la academia o qué mierda?— explota el ojiverde.

En ese momento se le acercan Zayn, Niall y Liam, preguntado qué pasa, porque sus auras empiezan a incomodar a los demás.

Lo cuál el más alto niega y Louis decide que no se va a quedar callado.

—Los putos celos otra vez, piensa que soy de su propiedad el imbécil— explica el ojiazul.

—Hmm, me han dicho que los celos son por amor— vacila el moreno, recibiendo un golpe leve en su cabeza por parte de Styles.

—Sí, eres mío— dice simple.

—Estás sumamente equivocado, no lo soy— contradice Louis.

—¿Seguro? ¿Quieres jugar? Para comprobar lo obvio— ofrece el rizado.

—¿Más juegos, Styles?— comenta con una sonrisa ladina.

En eso Harry toma por la cintura a Louis para llevarlo a la mesa de siempre y sus amigos van por la comida de todos.

Louis es llevado y en su interior hay un remolino, al fin el ojiverde acepta sus sentimientos.

El ojiazul ve que solo hay cuatro sillas y voltea hacia el rizado el cual ya está sentado, todavía un poco molesto.

—¿Qué pasa? ¿No te vas a sentar?— pregunta Harry señalando la mesa.

—No sabes contar, ¿verdad?—

—¿Disculpa?—

—Cariño, solo hay cuatro sillas, por lo tanto hace falta una más— explica en un tono sarcástico, haciendo pausas entre palabras.

Harry lo ve directo a los ojos volteándolos, mientras le sonríe coquetamente, atrayéndolo por la cintura, para finalmente sentarlo en sus piernas.

—Problema resuelto. Mejor así, de paso todo el mundo ve que eres mío.—

Louis no responde y le quita la mirada mientras ve a sus amigos llegar. Disimula que en su interior siente un poco pánico y probablemente su rostro se encuentre sonrojado ante todos los actos pasados. Ya no retiene o disimula su aura, ahora se siente un poco más cómodo y quiere darle a él rizado esa seguridad.

—¿Nervioso, cariño?— comenta el ojiverde dándole un beso en su cuello.

Seguidamente el castaño niega y ya solo se relaja y se recuesta en Harry.

—Veo qué ya están bien— menciona Liam repartiendo la comida.

—Nosotros siempre estamos bien— aclara el rizado.

Louis ve que, efectivamente, Harry sí acepta lo que hay entre ellos y se abre ante sus sentimientos.

El castaño quiere confirmarle eso a todos y con una sonrisa se voltea un poco y observa los labios del ojiverde, para finalmente besarlo con pasión y posesividad.

—¿Ahora quién es de quien?— cuestiona Louis con una sonrisa y una ceja elevada.

Un capitulo mientras empiezo exámenes :)

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