Luna Escarlata [Terminada]

XIV

Sasuke~

Me preocupa que siga dormido, si esa bestia lo tiene prisionerota no podré usar el sharingan, lo utilice en el entrenamiento, usarlo más de dos veces al día me cansa demasiado y quiero tener energía para todo el día.

Miro al rubio recostado en su cama, se ve cómodo, mi mano se mueve hasta su frente y acaricio el inicio de su cabello.

—Un heredero de Dinastía —susurro sin poder creerlo aún.

No había escuchado sobre alguna Dinastía Uzumaki, siento curiosidad.

—Papá…. Lo prometiste… No me dejes —se comenzó a remover de su lugar alejando mi mano, sus párpados seguían cerrados, pero de igual forma aparecían lágrimas pequeñas.

—Naruto… —Intento calmarlo acariciando nuevamente su cabello y cuando lo toco abre sus ojos.

—¿Cómo llegué aquí? —preguntó

—Te desmayaste y te traje…

— ¿Ah, si?

—Dime Naruto, ¿Cuánto recuerdas? —pregunto y alejé mi mano.

—Fui a verte… estabas en el suelo y luego desperté aquí…

Odioso zorro.

— ¿Nada más que eso? ¿No recuerdas el beso?

— ¿Beso? ¿Seguro estas bien? —me mira y frunzo el ceño

—Tsk mierda —me levanto y le doy la espalda.

—Estas raro, Vampiro de clase

—Es mejor que descanses, iré a decirle a los profesores que aún no despiertas…

—Con el permiso de…

—No te lo estoy pidiendo, es una orden como príncipe de una Dinastía —informo

—Teme —maldice y salgo de la habitación.

Para estar más seguro que Naruto no saldrá cerré la puerta con llave, si ese zorro puede tomar el control de su cuerpo no sé que más podrá hacer.

Avise a los profesores de la ausencia de Naruto, ellos entendieron y luego de terminar las clases me encontré con Suigetsu, puedo ver que sus clases tampoco son tranquilas al notar sus rasguños.

—¡Sasuke! —se lanza sobre mi— ahhh que cansancio, no tienen compasión…ese Kakashi es un…

—Sí sí, pero debe ser mejor que el entrenamiento de mi padre, no es así —digo caminando con Suigetsu encima

—Por supuesto, al menos tu padre debería saber cuando su hijo ya no puede continuar… —mencionó y sonreí

—Mi padre… debería saber que los secretos entre familia, no duran mucho