Luna Escarlata [Terminada]

XV

Naruto~

—¿Quién se cree ese idiota? —digo molesto y voy hasta la puerta.

Forcejeo varias veces, pero no se abre, ese príncipe de segunda me encerró. Maldito.

— ¡Aah imbécil! —grito golpeando la puerta, dejo mis brazos y cabeza apoyadas sobre la madera al terminar— yo sólo...

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—Otra vez aquí —digo viendo el mismo lugar oscuro y el agua de color extraño.

—Naruto —una voz ronca me llamaba.

—Tú, dime por qué estoy aquí de nuevo, quién eres y dónde me trajiste —pregunto como si no hubiera más preguntas, cómo un zorro puede ser así de grande o por qué si quiera puede hablar.

—Eres igual de curiosa que Kushina... reaccionó de igual manera cuando aparecí frente a ella… —mencionó riendo un poco.

—Y quién es ella…

—Mi pequeño, Kushina Uzumaki es tu madre… —responde y se acerca a mi, pero una gran reja aparece antes de que eso pase— gth… si que duele...

—Ella… ella está viva, no es así —mi corazón estaba revuelto, mi cabeza ardía de tanto pensar y mis emociones eran un verdadero caos al preguntar aquello.

Pero lo que el zorro no dijo, fue ese silencio aquel que desgarro mis esperanzas.

—Naruto —por fin habló— no puedo asegurar nada, porque cuando naciste se eliminó la herencia de tu madre, es la única debilidad que tenía la Dinastía Uzumaki.

—La herencia sólo la tiene el siguiente heredero

—Asi es, sin embargo… No podemos decir que ella está muerta o viva…

—Y ESO QUÉ —grito colerico— que más da si esta viva o no….ñ

—Naruto entiendo lo que sientes, viví estos años junto a ti, conozco cada sentimiento que pasó por tu corazón, sé de las dudas y preguntas que el no pertenecer a ningún lugar te ha dado... —el zorro pasa una de sus garras por los barrotes— puedo hacer que todo eso quede en el olvido… sólo espera unas lunas más… Y todo lo que una vez te quitaron te será de vuelto…

—Sólo quería saber si tenía una familia…

—La tienes… jamás olvides esto, miéntras esté vivo —se acomoda de nuevo— seré la familia que te quitaron…
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—Todo eso, y ni siquiera le pregunté su nombre —digo y tras ver que no puedo salir, me acuesto de nuevo.

Kurama…

— ¿Hm?…

Su nombre es Kurama…

—Esa voz….

Mi pequeño... no tengas miedo…

La puerta se abre de repente y Sasuke se acerca a mi con el rostro inexpresivo.

—Lo siento —dice y me sorprendo cuando me abraza.

—Eres realmente raro —digo completamente helado, tal vez no sea malo un abrazo.

—Kurama… —una breve imagen de cuando había ido a buscar a Sasuke se hizo presente y seguidamente el recuerdo de un beso— T-tú…

Me tense tras recordar la presión de sus labios, rápidamente mi rostro se calentó ¡Qué mierda le pasa!

—Naruto… quiero contarte sobre algo —susurró en mi oreja, ¡Por qué hace tanto calor aquí!

Él se sienta en la cama de Suigetsu, hablando de ese, ¿Dónde está?

—Lo que te contaré —suspira— es un tanto difícil para mí, pero es mejor que mentir…

Me siento en mi cama y lo miro sin saber que decir realmente, ha estado extraño, quiza sea lo de ese beso, bajo la mirada intentando evitar recordarlo de nuevo.

Sasuke comenzó a contarme sobre la Dinastía Uzumaki, su Herencia, herederos, hasta que llegó a hablar de mis padres, quedé con la boca entreabierta y el sentimiento amargo se instaló en mi pecho.

—No soy un vampiro —digo

—Técnicamente y biológicamente, serias llamado híbrido, ya sabes mitad humano, mitad vampiro —explica y desordeno mi cabello con mis manos— lo sé, es complicado de digerir todo a la vez, pero eso explica ese peculiar aroma que expide tu sangre… y el porque atrae a vampiros…

Me le quedo mirando unos segundos.

—También —ladeo el rostro un poco— te atrae ese aroma, verdad

—Eso es cierto, al principio creí que era el aroma del mar, era agradable, fresco y atrayente, me había hipnotizado... —continúa y siento mis mejillas arder

Su voz era realmente excitante, todo lo que dijo sonó más a un cumplido que una explicación y me avergüenza pensar eso, tal vez sólo me besó por que mi aroma lo atrajo, no fue por gusto.

—Es increíble, un híbrido entre vampiros —digo y una sonrisa aparece en mis labios— tan malo era amar a un humano como para matar a toda una Dinastía…

—Lo era, pero amar no es malo, es peligroso y por eso amamos, es como una persecución, tienes esa adrenalina corriendo por tus venas y no quieres parar de sentirl que vuelves a cometer otro crimen con tal de no olvidar aquella sensación... —comentó y sentí mi pecho arder, seguro dice todo aquello por la princesa

—Que cursi resultaste, ¿Acaso ese caparazón de acero ya tienen fuego que lo derrita? —digo y lo miro

Esa mirada es penetrante e intensa…

—Tengo que decir que es nuevo para mi, jamás había sentido lo que siento ahora…

—Oh, pensé que la princesa y tú se conocían desde pequeños —desvío la mirada.

— ¿La princesa?

—No te hagas, sé que tienes un compromiso con ella…

—Ah si, pero eso no sucederá…