𓏲 09 | final

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El resto de los miembros se encuentran fuera de casa, cumpliendo cada uno con distintos horarios pendientes. Seonghwa es el único presente en aquella sala tan espaciosa.

Está más aburrido que nunca. Ningún programa transmitido en la televisión resulta lo suficientemente interesante. Nada es capaz de captar genuinamente su atención. Sólo desea que su ahora novio llegue pronto, especialmente para que ambos puedan pasar un rato juntos y en privado. Si su percepción del tiempo no es incorrecta, no falta demasiado para que eso finalmente suceda.

Yeosang empezó a asistir a terapia un par de días después de que hubieran logrado solucionar los asuntos pendientes entre ellos. Luego de una charla grupal, decidieron que lo definitivamente correcto era tratar profesionalmente aquella notoria fobia de la que el chico padece. Sí, Park puede calmarlo exitosamente durante las noches, pero el rubio necesita lograr alcanzar aquel estado de relajación por su propia cuenta, si es que tiene intenciones de evitar desarrollar una marcada dependencia en el mayor.

A raíz de aquel acuerdo, Hongjoong tuvo que enfrentar una pequeña discusión con el mánager, pues este alegaba que sería irresponsable por parte de Kang perderse un par de ensayos a causa de sus citas en el hospital. Sin embargo, las cosas terminaron por darse de la ya planeada manera, especialmente porque el líder utilizó sus mejores cartas, transformadas en argumentos sólidos para cumplir su objetivo. Kim es una persona absurdamente convincente cuando se lo propone, y no dudó en sacar provecho de aquel marcado rasgo suyo.

La puerta principal se abre y por ella cruza Yeosang. De manera casi automática, el de cabellos castaños sonríe y abre sus brazos de forma tierna cuando el menor lo divisa en el sofá. Le extraña lo desanimado que el recién llegado luce. Cuando camina hacia él, sus pasos son ejecutados con desgano. El alegre color que de costumbre ilumina su bonito rostro —incluso cuando no está sonriendo— no se encuentra presente, y eso es una especie de bandera roja para Seonghwa.

Kang toma asiento junto a su pareja sin enunciar una palabra y le da aquel dichoso abrazo por el que el chico tanto espera, recargando su mentón en el hombro ajeno y dejando salir de sus labios un suspiro desbordante de cansancio. El mayor frunce el ceño, sin comprender exactamente lo que sucede. De igual forma, decide acariciar la espalda del más bajo durante el par de segundos que considera necesarios antes de separarse con cuidado.

—¿Qué pasa, bebé? ¿Por qué esa cara?  —cuestiona Seonghwa con suavidad, atrayendo al más joven hasta sentarlo sobre su regazo, claramente con colaboración del muchacho. Por la razón que fuera, Yeosang le demostró sentirse genuinamente cómodo en aquella específica posición, y a él no le molesta en lo más mínimo saber eso. Resulta bastante útil conocer a detalle lo que a su compañero le agrada si de cariño se trata.

El más joven aprieta un poco los labios—. Tengo miedo de que la terapia no vaya a funcionar... —admite con pesadez, sacando de su pecho aquel temor que lo acompañó desde el momento en que buscar y recurrir a la apropiada ayuda profesional se volvió más que una simple idea, fantasiosa al inicio.

—¿Por qué no lo haría?

—Todavía no muestro ningún progreso, ni si quiera tengo una pequeña idea del origen de todo esta... Toda esta estupidez — se expresa sin filtro, haciendo más que visible la frustración que se provoca a sí mismo con sus inevitables dificultades.

Yeosang es una persona impaciente cuando se trata de sus avances como persona, sea cual sea el ámbito del que se esté hablando. Quiere lograrlo todo en el trayecto de tiempo más reducido posible, y aquello es un factor que juega totalmente en su contra en ese específico momento de su vida, siendo una importante piedra en el camino que sólo le genera más estrés y retrasa su ya de por sí lenta resolución.

𝐒𝐋𝐄𝐄𝐏𝐓𝐀𝐋𝐊 | seongsangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora