𝗖𝗼𝗹𝗱 𝗗𝗲𝗰𝗲𝗺𝗯𝗲𝗿 𝗻𝗶𝗴𝗵𝘁!

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𝐉𝐮𝐞𝐯𝐞𝐬 𝟐𝟒 𝐝𝐞 𝐝𝐢𝐜𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞.
𝟖:𝟎𝟎 𝐩𝐦.
La cena de navidad.

El clima estaba particularmente agradable en el exterior y aunque el cielo pronosticaba lluvias y el hombre del clima en el noticiero, una fuerte nevada, parecía que todo iría muy bien para el final de la noche.

Cuatro medias estaban colgadas en la chimenea de ladrillos, cada una de un color distinto y nombres grabados en hilo plateado que destellaba cuando las luces del pino artificial le daban directamente.

Había un gran cantidad de dulces y un par de juguetitos en una sola media, la de su hermana Jina, quién era una pequeña niña de cinco años que aún creía en Santa Claus, pero que de alguna forma, solía disfrutar mejor de los dulces que de los juguetes, así que sus padres simplemente se esforzaban por darle lo que quería y eso se reforzaba en el número de regalos con etiquetas con su nombre, los cuales era superior sobre las otras tres personas de esa familia.

Había tomado un descanso después de su labor en la cocina. Año con año, desde que cumplió los trece, su aporte para la cena de navidad había sido ayudarle a su madre con el banquete que solían preparar. Cualquier cosa que se le ocurriera tendría a Eunwoo ahí a su lado para incitar sus experimentos, darle apoyo moral, lavar los platos o llamar de una buena vez al pollo frito.
Pero esa noche se habían ido por algo sencillo. Pollo toscano, por esa razón habían terminado temprano y él había podido ducharse con calma, arreglarse con el esmero que merecía la ocasión y prepararle el baño con la bomba colorida, que tanto le gustaba a Jina y aún así había tenido el tiempo suficiente para sentarse en el sillón individual a contemplar el parpadeo de las luces y la escarcha en las esferas rojas y doradas que adornaban el árbol.

La navidad era su temporada favorita en el año. es decir no siempre puedes estar feliz las veinticuatro horas incluso si la niña más pequeña de la familia está siendo un fastidio, gritando lo mucho que odia su vestido pomposo.

Cerró los ojos y caló un poco del aroma a manzana y canela que desprendían el montón de velas aromáticas situadas en puntos estratégicos al rededor de la casa y se dijo que todo estaba bien, porqué su hermana se veía tierna y su padre la reprendió cuando intentó quitarse el vestido en medio del vestíbulo argumentando, "Pronto serán las nueve, Jina, la hora en la que Santa emprende el vuelo, ¿quieres quedarte sin tu regalo?" Porqué en efecto, además de los que ya estaban bajo el árbol, tenía escondida dentro de su closet una caja el doble de grande de la más voluminosa ahí, esperando ser destapada por la manos desastrosas de una niña de cinco años, una completa mimada.

Pero estaba bien, porqué él ya tenía veinte, recién había ingresado en la universidad y había recibido el día anterior lo que le dijo a su padre que quería, pero que no estaba ni de cerca de serlo en verdad.

Apoyó el codo en el descansa brazos del sillón y sostuvo su mentón sobre su palma. Se había perdido en la fogata falsa de la chimenea.

Cada año pedía cosas diferentes; una consola de video juegos, un nuevo teléfono móvil, set de libros, incluso una absurda patineta que usó una sola vez y le costó mucho menos que a su hermana, dejar de lado aquel regalo, para comerse los dulces, pero nunca se sintió realmente feliz con esas cosas materiales, pues sabía perfectamente lo que su corazón quería.

El ding, dong, del timbre retumbó en sus oídos sacándolo de esa profunda ensoñación que empezaba a teñirle las mejillas de rosa.

Los Cha habían sido amigos de los Yoon desde que las cuatro figuras principales, se conocieron en la universidad. Había sido una tradición de todos los años desde su primer año de vida, compartir la mesa con esas dos personas a las cuales consideraba parte de su familia. Tres años después apareció Sanha en el plano y habían sido buenos amigos, hasta que el instituto se cruzo en sus vidas y el menor aparentemente había decidido que Eunwoo ya era un adolescente de diesiseis años bastante mayor para un niño de trece y de la manera más sutil pasó a modificar su amistad por algo más cordial que fraternal y de verdad que le había dolido, pero supuso que terminaria por aceptarlo y creyó que lo hizo, hasta el año pasado, cuando Yoon Sanha llegó dos doras tarde a la reunión y cuando preguntó a su tía contestó con una sonrisa y un encogimiento de hombros. "Fue a la casa de su novio, a desearle a su familia una feliz navidad" Y había sido suficiente para amargarle la cena, aunque después haya llegado con la sonrisa más bonita que alguna vez le vio decorando su aún más bonito rostro.

𝟷𝟸 𝒟ays of 𝒞hristmas | 𝐄𝐔𝐍𝐒𝐀𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora