𝗕𝗹𝘂𝗲 𝗖𝗵𝗿𝗶𝘀𝘁𝗺𝗮𝘀!

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Otra fría y melancólica mañana. El clima a través de la ventana estaba pesado, lúgubre, como si de una tarde de octubre se tratase y no de una mañana de diciembre. Llovía a cantaros y el cielo no parecía querer cambiar a un color más amigable que un oscuro y apático gris.

Lee Dongmin había despertado a eso de las ocho; hacía tanto tiempo que no estaba consciente tan temprano. El cántico de Moon Bin en la sala, el olor a chocolate y los pasos apresurados de su perro corriendo hasta su habitación, hicieron una mezcla de felicidad y tristeza en conjunto con las pastillas para dormir en la mesita de noche.

El cachorro saltó a la cama y le miró con esos ojos expectantes y esperanzados, como si entendiera a la perfección lo pesado que era día con día para su humano, levantarse de la cama.

—A que el día está muy triste hoy ¿Cierto? —preguntó con una ligera sonrisa nostálgica, tomándole de las orejas, acariciándole la cara. —Se supone que la navidad debe ser blanca y no azul.

Se encogió de hombros lo suficiente para soltar un suspiro fuerte, e ir directo a la cocina, con el cabello despeinado y cubriéndose apenas con la bata del pijama tibia.

—Despertaste temprano. —comentó el muchacho, dibujando la sonrisa encantadora que ya le conocía. Estaba preparando galletas y dando un último toque a los adornos navideños de la mesa.

Se habían mudado juntos hacía un mes. Nadie en su familia le había dado su visto bueno. Aún es muy pronto, decían y por supuesto que él lo sabía, aún podía escuchar la voz de Yoon Sanha llamándolo en medio de la noche para desearle la mejor de las navidades.

Pero Moon Bin, era un buen chico, habían ido al instituto y a la universidad juntos y siempre hubo una amistad sincera entre ellos, de verdad creyó que serían los mejores amigos por siempre, pero ese no era el plan del destino, precisamente después de ese día.

Había sido en enero del año pasado, habían pasado tan sólo un par de semanas desde que un horrible accidente automovilístico le robó a su prometido para siempre. La noticia la recibió una hora después de los hechos y el único que se compadeció de él, que era un desastre empapado en lágrimas, fue Moon Bin y lo llevó a la carretera a Bucheon, en medio de la noche, cuando le habían prohibido que fuera.

Desde ese momento había estado al pendiente, pero Dongmin parecía no sufrir como lo esperaban para haber amado tantísimo a Sanha, como se lo juró una tarde de septiembre, cuando se arrodilló ante él en el punto más alto de la torre de Namsan.

Hasta esa noche de enero, cuando bebió más de la cuenta y finalmente, se rompió.

Lloró tanto que en algún punto creyó que se ahogaría, probablemente ya lo había hecho y por eso ya no tenía la sensación de la necesidad de oxígeno. Un par de tipos en el bar, llamaron al primer contacto en su agenda, "Amor..." pero nadie nunca contestó. La siguiente opción, fue Bin y no tardó ni cinco minutos en llegar al recinto.

Era egoísta y lo sabía, no lo quería de la misma forma, jamás lo haría, pero al menos podía ser ese remedio de hombre, lo que aún quedaba de Lee Dongmin con él y nunca se quejó por todas las veces que mencionaba al chico en el día. Podía soportar que los únicos momentos de felicidad del hombre  fueran cuando recordaba al que alguna vez fue su prometido.

Asintió brevemente.

—¿Por qué no vas a ducharte mientras preparo el desayuno?

Se limitó a repetir nuevamente la acción. Y lo hizo, se duchó en medio de un bloqueo mental en el que actuaba por pura inercia.

Era la primera navidad sin Sanha desde que lo conoció hace cinco años. Cuando iba caminando por el centro comercial, a toda prisa intentando conseguir un regalo decente para el bebé recién nacido de su hermana, algo pretencioso para la siguiente generación. Se tropezaron entre Ladurée y Biscuiteers.

𝟷𝟸 𝒟ays of 𝒞hristmas | 𝐄𝐔𝐍𝐒𝐀𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora