Nuestros primeros pasos ☁ Jaeyong

8 ☁ Calmly

Domingo, hermoso domingo.

Taeyong estaba feliz de que aquel día llegará. Desde pequeño lo ha considerado su favorito. ¿Por que? Bueno, por muchas razones que, a medida que crecía, iban variando.

De niño, adoraba los domingos porque ese dia su padre llegaba temprano de su antigüo trabajo en la panaderia y su madre descansaba de su ajetreado trabajó en la oficina, entonces podían pasar todo el dia en familia, los cuatro juntos.

Al crecer un poco más, su amor por los domingos paso a ser por las clases de baile a las que asistía con Ten cada fin de semana, ademas de que eran muy divertidas y la pasaba muy bien, al acabar el horario solían pasar el resto del día en la casa del otro, tan solo divirtiéndose y pasandola bien.

En su adolescencia, su aprecio por el ultimo día de la semana era debido a que, en su opinión, era el más tranquilo de entre todos los demás, mayormente los viernes y sábados eran aprovechados para salir a divertirse, ¿quien saldría a alocarse un domingo? No solo por una posible resaca y el cansancio de un sábado agitado, sino porqué la mayoria de los negocios y centros de entretenimiento populares estaban cerrados los domingos, entonces no quedaba más opción que quedarse en casa o salir a una tranquila caminata y para Taeyong, no había nada más que pudiera pedir que eso.

Y ahora que estaba cursando su adultez, su amor por los domingos no había disminuido en lo absoluto, siendo ahora, su anhelo por ese día, el único dia libre de Taeyong y Jaehyun, un dia entero que antes era solo para ellos dos y que ahora compartian felizmente con su bebé.

Por eso, cuando abrió los ojos esa mañana, lo primero que hizo, luego de recuperar la consciencia, fue sonreír al percatarse del nuevo dia que estaba comenzando a traves de su ventana y que se encargado de aprovechar al máximo.

Talló sus ojos, dejando salir un largó bostezo a la vez que levantaba su cabeza y le echaba un vistazo a su bebé. Era extraño que este no lo despertará como cada mañana, solía comenzar a dar señales de actividad entre las 7 y 8 de la mañana, era muy raro que abriera sus ojitos más tarde que eso, pero al parecer el también quería aprovechar aquel domingo a su manera.

Sonrio apenas con ojos perezosos al ver a su bebé dormir boca arriba con sus bracitos extendidos a los lados de su cabeza y su pequeño pecho subiendo de arriba a abajo, marcando su tranquila respiración. Deseó darle un beso en una de sus abultadas mejillas, pero se resistió a hacerlo para no despertarlo y comenzar su día con un llanto disgustado.

Cerró los ojos lentamente y estiró su cuerpo a lo largo de la cama mientras dejaba salir un suave quejido y giraba sobre el colchon hasta chocar ligeramente con el cuerpo a su lado. Despegó ligeramente sus párpados y se aferró a uno de los brazos del menor para luego hundir su nariz en su cuello, atrapando el olor tan rico de su loción y soltando un pequeño suspiro de gusto.

—Hyunie...—Llamó muy bajito contra su piel con la nula esperanza de que el menor lo escucharía y despertaría del mundo de los sueños. No se sorprendió en absoluto al no recibir respuesta alguna.

Se obligó a despegarse del cálido cuello de su esposo para erguir su cabeza y lograr ver el estado apacible de su esposo. Sus comisuras se curvaron hacia arriba al detallar su rostro dormido, la forma en la que su abundante cabello castaño estaba desordenado sobre la almohada y como su pecho se movía marcando sus serenas respiraciónes, las cuales salian de entre sus labios entrecerrados. Definitivamente esa era una imagen que jamás se cansaría de ver al despertar.

Pensándolo bien, prefirió dejarlo dormir un poco más junto a Mark, era casi doloroso despetar a esos dos cuando se veían tan lindos mientras dormían, asi que simplemente se arrastró mas cerca de su esposo y depósito un pequeño beso en su mejilla seguido de una pequeña caricia sobre su pecho cubierto por la pijama y como era de esperarse, Jaehyun no se movio en absoluto, durmiendo como todo un tronquito.