10 ☁ Chaos

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Taeyong bajó del vehículo después de inclinarse hacia el asiento del piloto y darle un beso en los lábios a Jaehyun, a modo de despedida.

Se colgó su mochila negra al hombro luego de cerrar la puerta y se alejó unos pasos, rodeando el auto y subiedo a la acera hasta quedar de pie junto a la ventanilla del conductor, desde donde Jaehyun lo observaba con una dulce sonrisa.

—Vendré a recogerte cuando salga del trabajo. Te avisaré en cuanto esté en camino.—Le hizo saber Jaehyun desde el interior del auto.—Espérame adentro, ¿si?—

—Entendido—Le aseguró el mayor, realizando un pequeño saludo militar y Jaehyun sonrió con suavidad por el gestó.—Que tengas suerte en el trabajo, Hyunie.—

—También tu, gatito, aunque se que no la necesitas.—Taeyong le sonrió, sus mejillas sintiéndose ligeramente calientes por segunda vez en el día. Necesitaba huír antes de terminar como un tomate en medio de la calle.

—¡Ok~! Hasta pronto.—Pronunció antes de darse la vuelta y comenzar a alejarse en dirección a su lugar de trabajo.

—¡Espera!—Exclamó Jaehyun a sus espaldas, haciendo que Taeyong se detuviera y regresará su mirada hacia él con curiosidad.—¿Y mi beso de despedida?—

Taeyong frunció el ceño, confundido.

—Ya te lo di en el auto.—

—¿Lo hiciste?—Cuestionó desconcertado, claramente haciéndose el tonto.—No lo recuerdo.—

—¡Si! ¡Fue hace solo dos minutos!—Declaró, tratando con fuerza de no reír por las caras raras que hacia Jaehyun, fingiendo estar recordando o intentandolo.

—Hmmm... Tal vez deberías besarme otra vez, solo para estar seguros.—

Taeyong río y negó con la cabeza, pensando en que su esposo era un actor de primera, sin embargo, viendo que el tiempo no dejaba de correr en su contra, simplemente se regresó al auto a la vez que Jaehyun sacaba su cabeza por la ventanilla.

El mayor tomó sus abultadas mejillas, dejándolo quieto mientras él se inclinaba y juntaba sus labios en un amoroso beso, uno que duró apenas unos segundos, pero que al juzgar por la sonrisa en el rostro de Jaehyun al separarse, supuso que sería suficiente.

—¿Puedo pedir otro?—Bueno, tal vez no lo era.

—¡Ya vete!—Entre risas, Taeyong se alejó antes de ser tentado nuevamente y observó a Jaehyun quitar el freno de mano, sin borrar esa preciosa sonrisa de su rostro.

—¡Ok~! Hasta pronto.—Le devolvió las palabras y arrancó el auto, no sin antes dedicarle una ultima oración a su gatito.—Te amo.—

Taeyong suspiró, como si fuese un adolecente enamorado, adolescente ya no era, pero enamorado lo estaba hasta el copete por ese hombre.

—Y yo te amo a ti.—Correspondió con una cálida sonrisa y balanceó su mano en el aire, dando una ultima despedida a medida que el auto avanzaba. Jaehyun le sonrió una última vez antes de dar vuelta a la esquina y desaparecer por completo de su vista. Dejando detras a un pelinegro con su corazón latiendo con fuerza y una suave sonrisa boba en sus labios.

Tomó una profunda respiración y se giró de regresó al local frente a él, visualizando la pastelería que había dejado de frecuentar desde hace casi dos meses.

El sol mañanero daba sobre ella con pereza, iluminando apenas el enorme cartel con la conocida imagen de snoopy, un cupcake siendo sostenido por su patita y grandes letras anunciando el nombre de local. Una sonrisa se dibujó en el rostro de Taeyong, ansioso y nervioso por entrar nuevamente a ese lugar que ha llegado a amar y considerar como su segundo hogar.

Nuestros primeros pasos ☁ JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora