Nuestros primeros pasos ☁ Jaeyong

21 🌻 Missing you

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| Dos semanas después|

Desde que era pequeño, Ten había odiado los secretos, hasta los más simples y pequeñitos, Ten los odiaba, por la simple razon de que los secretos siempre venian acompañados de mentiras. No importaba que fuesen mentiras piadosas o que tuviesen un fin "justificable", seguían siendo mentiras y era una de las cosas que Ten más detestaba.

Y detestaba mucho más mentirle a John.

Bueno, siendo justo consigo mismo, no le estaba mintiendo, en realidad no tendría la oportunidad de hacerlo con lo poquito que se habían estado viendo esa semana. Entre sus horas extras en la pastelería, el cargo de John en la radio y sus pequeños trabajos junto a las entrevistas, el tiempo que tenían para estar juntos se había reducido a unas dos horas antes de dormir los dias de semana y a los domingos, los cuales ambos tenían completamente libres, pero aun asi, tenían muy pocas oportunidades para hablar a solas, debido que sus escasos tiempos libres los ocupaban para ir a visitar a su pequeño ahijado, cosa que Ten disfrutaba muchísimo, sin embargo, justo antes de dormir, el arrepentimiento llegaba al no haber utilizado ese tiempo para hablar con John sobre lo que lo estaba agobiando últimamente.

Mucho más ahora, sabiendo que, debido a los pequeños trabajos que John aceptaba hasta conseguir un empleo fijó, junto a su horario en la radio, lo harían estar fuera todo el día, una total porquería si se lo preguntaban al tailandés. Si antes apenas tenían tiempo para estar juntos, a partir del dia siguiente ya ni siquiera lo tendrían y eso obligaba a Chittaphon a decirle a Johnny sobre sus sospechas esa misma noche sin falta porque luego dudaba poder tener la oportunidad.

Y si, todavía eran sospechas porque Ten aun tenia mucho miedo de comprobarlo. Aunque en el fondo, evitaba a toda a costa hacerse una prueba porque quería compartir ese momento con John, le entristecía la sola idea de hacerlo solo.

En la completa soledad de su habitación a las 10:05pm, el pequeño tailandés se abrazó a si mismo sentado sobre la cama, sintiendo el frío del ambiente. Como si no fuese suficiente estrés por un día, la calefacción en el departamento se había descompuesto esa mañana y cuando fue a avisarle al casero, este le comentó cuanto costaría. Era demasiado, deberían buscar la manera de reponer el dinero que extraerian del depósito, lo cual significaría ajustar su presupuesto. Eso fue suficiente para estresar a Ten durante todo el día.

Al llegar a casa esa tarde se aseguró de prepararse algo caliente, una simple sopa instantánea y colocó dos mantitas extras en la cama de Diaval para que que durmiera lo más calentito posible. Por su parte, solo se colocó uno de los suéteres enormes de Johnny y optó por cambiar sus cómodos pantalones cortos para dormir por unos pantalones de chándal, acompañados por dos pares de calcetines. Si, dos, porque solo uno no bastaría para calentar sus pobres pies.

Apoyando la parte trasera de su cabeza contra el respaldo de la cama, Ten miró hacia un punto fijo de la tenuemente iluminada habitación y se permitió perderse por completo en sus pensamientos.

Su rostro se arrugó en una señal de tristeza y desesperación. Tristeza por no saber a ciencia cierta que era lo que estaba sucediendo con él y desesperación por no estár seguro de si quería saberlo o no.

"¿Estamos listos?"

Se preguntó en su cabeza y sus ojos se cerraron, tratando de frenar las lagrimas que caían sin parar por sus mejillas.

"¿John estara tan feliz por la noticia como Taeyong me aseguró aquella vez?"

La incertidumbre ciertamente lo estaba matando.