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Al comenzar una nuevua semana. Taeyong se sintió muy positivo.

Después de pasar por 5 dias difíciles y confusos, estaba convencido de que estos que venian serían mejores, ¿por que? Porque el creia fielmente en aquel refran que decia "Luego de cada tormenta, sale el sol", había sido su lema desde hace años.

Y Taeyong pudo sentir los primeros rayos cálidos ese dia cuando despertó abrazado a su esposo, usando su pecho cubierto por una camisa gris como almohada, algo que no había tenido la oportunidad de hacer por semanas debido a las noches agitadas, en las cuales Mark demandaba la atención de sus padres en horas insospechadas y éllos debian estar alertas en todo momento. No había tiempo de acurrucarse ni era muy práctico tampoco. Sin embargo, esa noche Mark parecido dormir muy a gusto y feliz después del agradable masaje que le dio su papá Jae, ya que solo se despertó una sola vez durante la madrugada para que le cambiarán el pañal y se durmió al instante de terminar su biberón, permitiéndo a sus padres descansar otras plácidas horas y acurrucarse juntos sin sus inocentes celos haciendo aparición.

Para Taeyong fue inevitable no sentirse revitalizado después de escuchar el tranquilo corazón de Jaehyun latiendo bajo su oreja, sentir el rico aroma impregnado en sus prendas y su cuello y contemplar la paz de su rostro mientras dormía. Permaneció alli durante varios minutos, alimentando cuatro de sus cinco sentidos con la presencia de su esposo, hasta que su bebé desperto, pidiéndole atención en su lindo lenguaje de bebé.

Al levantarse de la cama con cuidado para atender el llamado de su retoño, Taeyong percibió sus energías llenarse hasta el topé cuando cargó a Markie en sus brazos y este se acurrucó contra su pecho, brindándole su calorcito y amor puro.

Si, su semana sería maravillosa, de eso estaba seguro.

Luego de pasar al baño a cepillar sus dientes, tarea dificil con un bebé en brazos, cabe recalcar, Taeyong bajo a la cocina, siendo recibido por los saltos emocionados de Ruby dándole los buenos días. Con una sonrisa y después de muchas caricias a su pequeña mascota, sirvió una buena cantidad de comida en su platito de metal y la dejo comer mientras él se disponía a hacer el desayuno. Al cabo de unos 20 minutos, Taeyong ya lo estaba sirviendo a la vez que el cafe de Jaehyun terminaba de hacerse en la cafetera y el biberón de Mark era agitado por su mano para disolver bien la formula.

Dejó la pequeña botella sobre la mesa al batirla lo suficiente y luchó por no quemarse mientras vertía los huevos revueltos en los platos, acompañando unos cuantos vegetales. Suspiró con fuerza, cambiando a Mark de un brazo al otro, sintiéndose agotado por el peso extra que cargaba, mas eso no le impidió sonreír al ver la manera en la que Mark se abrazaba a él como un hermoso bebé Koala, buscando su calor y escondiendo su carita en su cuello, haciéndole cosquillas con su calentito aliento y su naricita suavecita de botón. Era una sensación tan hermosa que casi lograba omitir el dolor en sus brazos. Casi.

Se encontraba pensando en como llevar a la mesa ambos platos a la vez con una sola mano para ahorrar tiempo cuando Mark comenzo a patalear y hablar su lenguaje de bebé en voz alta contra su oído. Antes de que Taeyong pudiese desconcertarse por la repentinamente emoción de su pequeño, una ronca y conocida risa lo hizo voltear, dando con la imagen de Jaehyun recién levantado de la cama, siendo todo cabellos revueltos y ojitos cansados, tan bonito. Al unir miradas con él, Jaehyun estaba sonriendo de aquella manera que derretía a Taeyong de pies a cabeza.

—Delatado por mi propio hijo, quien lo diría.—Soltó con diversión y acortó la distancia que lo separaba del mayor para inclinarse y besar sus labios. Taeyong casi suspira de gusto por el dulce beso.—Buenos dias, gatito.—Pronunció al separarse, sus labios aún rosandose tiernamente con cada palabra.

Nuestros primeros pasos ☁ JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora