¿Quién eres realmente? (2° Libro)

Prefacio

Terminé de pintar mis labios de color rojo y me miré por última vez al espejo.

Suspiré. Estaba tan nerviosa, era la primera fiesta importante a la que iba a ir. Había ido a algunas pocas antes pero  no tan convocadas como ésta.

Acomodé un poco más mi vestido negro y tomé mi bolso.

Bajé la escalera hacia la planta baja y me encontré con mamá y papá sentados en el sillón, abrazados viendo una película.

Me encantaba el amor que tenían, ojalá algún día yo pudiera tenerlo también.

Desde que se habían conocido eran inseparables. Él había sido paciente de mamá y así nació el amor.

-Ya me voy- hablé ansiosa, esperando sus miradas.

-Oh hija- mamá se puso de pie y me miró con admiración -Estás hermosa, disfruta mucho-

-No te acerques a ningún muchacho- habló pronto papá. Su ceño estaba fruncido aunque sonreía. Era tan sobreprotector conmigo.

-Thomas- murmuró mamá -Tiene 16 años-

-Casi 17- acoté pero nadie pareció escucharme.

-Por eso mismo- respondió.

Anne rodeó sus ojos y volvió a dirigirse a mí.

-Que tengas una noche increíble, cuídate- besó mi mejilla.

-Estás hermosa hija- sonrió papá con orgullo.

-Gracias- respondí aún más nerviosa y me dirigí a la puerta principal.

-Ah hija- habló de nuevo papá -Pasado iremos a cenar a la casa de Matt-

-¡Genial!- me alegré.

Matt era mi hermano. Era tres años mayor que yo, y desde hacía unos meses vivía solo.
La verdad lo extrañaba mucho pero por fortuna no se había mudado lejos. Y tenía la casa para mí sola prácticamente.

-Adiós- volví a despedirme y atravesé la puerta.

Sobre la acera se encontraba Jollie, mi mejor amiga, que manejaba un auto gris oscuro. La conocía desde los diez y éramos inseparables.

-Al fin, ya me estaba quedando dormida- se burló al verme subir.

-Perdona -reí -Papá me distrajo, mañana cenaremos con Matt-

Jo se mordió el labio inferior con picardía, sonriendo.

-Ni se te ocurra- la señalé con mi índice seria.

Jo estaba fascinada con mi hermano. Como casi todas las chicas del instituto.

Puaj.

Él era el más parecido a mi mamá: cabello marrón claro, ojos claros. Pero tenía esa mirada seria e imperturbable de papá.

En cambio yo tenía cabello oscuro como papá, con ojos claros. Gracias a Dios no tenía el humor de ellos. Era divertida, como mamá.

-Es broma, es broma- se rió mi amiga -¡Aquí vamos!-

Sonreí emocionada. Sentía que ésta iba a ser una gran noche. Inolvidable.