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Todo el resto del día, recibí llamadas de Oliver al teléfono.
No le respondí.
No porque no quisiera hablar... Al contrario, moría de ganas de hacerlo. Pero entendía que era lo mejor.

Quizá había sido una locura, una estupidez, que intentemos hacer como si el pasado no estuviera en nuestro presente.

Por siempre mi papá sería el que había matado al suyo. Y nada de ese dolor causado podría ser ignorado.

Ver a su madre tan rota al verme, tan sorprendida y confundida, me hizo sentir peor aún.

Oliver y yo no podríamos jamás estar juntos. Pensar en una relación de amor... Era hacer sufrir a nuestras familias.

No quise salir de mi cuarto hasta la noche, cuando papá entró a la habitación preocupado.

-Hija, no has comido en todo el día...-
Murmuró sentándose en mi cama. Comenzó a repartir caricias en mi espalda.

-No tengo ganas- respondí seca.

Un silencio nos invadió. Permanecí con mis ojos cerrados. No tenía ganas de lidiar con su mirada culpable ahora.

-Tu madre me contó lo que pasó...-

Abrí mis ojos. Imaginaba que seguro me iban a castigar por haber ido a la casa de Oliver...
Se lo había contado a mamá porque fue la que me vió entrar llorando, y no me quedó otra opción.

-No te voy a decir nada respecto a la no noche - suspiré agradecida - Sólo necesito que sepas que me siento muy responsable de ésto. Y que lo voy a arreglar. Oliver es un gran chico, y he visto el amor que hay en sus miradas cuando están juntos. Voy a hablar con su madre...-

-Por favor, no- abrí los ojos de prisa -Esa mujer nos odia, y siempre lo hará-

-Déjame intentarlo- murmuró

-Ya está, todo está bien. No te preocupes- volví a cerrar los ojos. Estaba muy cansada, anoche no había dormido casi nada y luego de contarle todo a Jollie y a mamá estaba exhausta.

-Te dejaré descansar. Abajo en la heladera te dejamos la cena. Te quiero-

-Te quiero-

El colchón se movió producto de que se puso de pie, y a los segundos se escuchó la puerta cerrarse.

No pude evitar derramar una lágrima por toda la situación. Papá se sentía responsable de mi sufrimiento... Pero, ¿Cómo se iba a imaginar que sus acciones podían tener tanto impacto en el futuro?

Suspiré e intenté dormir una vez más.

🌼🌼🌼🌼🌼

-Cat...- sentí que me tocaban el brazo -Cat...-

Maldición. Ya les dije que no tengo hambre.

Pero... ¿Esa voz? Es Mat...

Abrí mis ojos confundida.

-¿Mat que haces aquí?-

Se veía preocupado. No entendía que estaba mal... Tan solo no había comido ayer.

-Cat, tenemos que ir al hospital- frunció sus labios.

-¿Le pasó algo a nuestros padres?- me senté de golpe en la cama.

-No... Ellos están bien... - noté que no sabía como decirme la verdad.

-Por favor habla- lo apuré.

-Es Oliver. Tuvo un accidente con  el auto y está internado-

Todo mi mundo se vino abajo cuando escuché esas palabras.

Debo haber puesto una cara terrible porque mi hermano comenzó a balbucear palabras sin sentido de que todo estaría bien.

¿Todo estaría bien?

No le había respondido ayer ninguna de sus llamadas. Lo había ignorado pensando que era lo mejor para él.  Y ahora estaba en el hospital...

Sentí mi pulso débil, mi corazón latir como un loco y una presión en mi pecho.

Y sin poder contenerlo, un mar de lágrimas desbordó de mis ojos.

Mat me abrazó con cariño y susurró en mi oído palabras de aliento:

-Tranquila Cat, mamá lo está atendiendo. Todo va a salir bien. -

Me alegró saber que nuestra madre lo estaba cuidando. Ella era la mejor doctora que conocía. Pero... No sabía si sería suficiente.

-Vamos para allá- ordené entre lágrimas.

Asintió en silencio y luego de que me vistiera, fuimos en el auto hasta la clínica.

¿Quién eres realmente? (2° Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora