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POV OLIVER

La estábamos pasando muy bien. No sé en qué momento me había animado a invitarla a bailar, pero realmente era divertida.

Bebía de a sorbos pequeño su vaso de cerveza y movía las caderas de lado a lado, de manera hipnotizante.

Era hermosa. Pero nunca iba a decírselo.

Recogió su cabello y cada movimiento que realizó me tuvo encandilado.

De pronto algo en mi creció, un deseo, una llama. La tomé de la mano y nos dirigí hacia el piso de arriba para tener más privacidad. Ni siquiera sabía que quería, ni qué le iba a decir. Pero quería estar a solas con ella.

Cat se dejó guiar y en cuanto nos detuvimos en el pasillo, sonriente por su estado de ebriedad me preguntó.

-¿Qué hacemos aquí?-

No le respondí. No sabía que decirle.

"No sé, solo quería estar contigo."

Imposible.

Mis ojos comenzaron a desviarse, sin poder controlarlos, hacia sus ojos y finalmente a sus labios.

No, maldición. Tenía que parar. Ésto estaba mal. Tenía que pensar en frío, recordar por qué había llegado hasta acá.

-¿Estás bien?- preguntó con su dulce voz y ceño fruncido, y eso bastó para que mis impulsos me tomaran.

Respondí que no y con firmeza, mandé todo al carajo.

Y la besé.

Maldita sea, lo que no tendría que haber hecho...

No había podido evitarlo.
Y para mi mala suerte me estaba fascinando.  Sus labios eran tan dulces como lo había imaginado el otro día en la playa.  Me tenía atontado. Sólo podía pensar en lo mucho que me estaba gustando.

Comenzó a mover su boca con timidez y todo en mí explotó. Cat iba a enloquecerme.

Como si fuera un balde de agua fría una imagen se cruzó por mi cabeza y me separé de ella, con la respiración agitada.

-¿Qué sucede?- preguntó confundida.

Pero ni siquiera le respondí, simplemente huí de su lado.
Ahora quería estar lo más lejos posible de ella.

Lo lamento Cat. Es lo mejor para los dos.



POV CATHERINE
Después de estar perpleja unos instantes, sintiendo que aún mis labios picaban pidiendo más, decidí bajar.

Lo vi hablar con uno de sus amigos pero parecía querer ignorarme. ¿Qué estaba mal con él? Me sentía tan frustrada. Sobre todo porque había seguido su maldito beso.

Que tonta había sido.  Tendría que haberlo detenido o alejarme yo misma.

Me encontré con Jo al fin y bailamos un rato más juntas, pero no estaba alegre. Y a pesar de que me preguntó cientos de veces que me sucedía le dije que después hablábamos. No tenía ganas en ese momento.

De vez en cuanto observaba la figura de Oliver, pero él ni siquiera se percataba de mi presencia.

A la madrugada la fiesta terminó y volvimos al auto de mi amiga.

-Oh Cat, la remera de Oliver- habló en cuanto subimos al vehículo y vió la tela sobre el asiento trasero.

-Si la quiere que la venga a buscar- respondí enojada. Ella me miró sin comprender.

-¿Pelearon de nuevo?-

-Pf ojalá- murmuré mirando por la ventana mientras se movía el auto -Fue peor. Me besó-

-¿¡Qué?!- me miró por unos instantes desviando la vista del camino.

-El estúpido me besó y luego se fue sin decirme nada. Y me ignoró el resto de la noche-

-Qué carajo... ¿Por qué haría algo así?-

-¿Besarme?- pregunté confundida.

-No tonta, eso no me sorprende, se nota que le gustas. Hablo acerca de irse-

-Yo que sé, es un loco- me crucé de brazos. Ni siquiera quería seguir pensando en él.

-¿Te gustó verdad?- insistió Jo.

-¿Qué dices?-

-El beso, te gustó. Por eso estas tan enojada.

-Claro que no, solo... Me sorprendió-

Un silencio se instaló debajo de la sonrisa de mi amiga.

Llegamos a mi casa y tomando una vez más esa maldita remera bajé luego de darle una abrazo a Jo.

¿Quién eres realmente? (2° Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora