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Las lágrimas invadieron mis ojos al verlo. Tenía moretones en sus brazos, y una venda en su cabeza.

Me acerqué sigilosa y me senté en la silla que estaba al lado de la cama.

-Hola Oliver...- murmuré. Con suavidad apoyé mi mano sobre la suya, que descansaba con tranquilidad sobre las sábanas. -Lamento no haberte atendido el teléfono... Pensé que era lo mejor para no hacerte sufrir, pero ahora me arrepiento tanto. Quisiera volver a ver tus hermosos ojos brillar, tu sonrisa... Anoche descubrí una vez más que estoy profundamente enamorada de tí. Y no sé si eso es bueno o malo pero te quiero, y no lo puedo evitar.  Te extraño. Por favor despierta- un sollozo me cortó la voz.

Con amor me acerqué a sus labios y dejé un tímido beso en ellos.

-Te espero- susurré y abandoné la habitación con dolor.

🌼🌼🌼🌼🌼

Ya habían pasado 6 horas desde que la operación había concluído, pero todavía él seguía dormido.

-¿Quieres un café?- me preguntó Mat.

Negué con una sonrisa forzada.
Había comido un sandwich hacía unas horas.

-Voy por uno para mi y regreso- se despidió acariciando mi espalda.

Mamá estaba atendiendo a otros pacientes  y papá sentado a mi lado.

Al otro lado de la habitación, la mamá de Oliver estaba sentada hablando por teléfono.

No voy a negar que la situación era sumamente incómoda, pero por lo menos era mejor de lo que esperaba.

De pronto, mamá vino corriendo hasta la habitación y entró.
Todos nos pusimos tensos, e incluso su mamá se puso de pie.

-¿Qué pasó?- balbuceé sin obtener claramente una respuesta.

Los minutos pasaban lentamente y Anne no salía.

De pronto, lo hizo.

Cruzó la puerta.

Nos miró y sonrió.

-Despertó-

Corrí a abrazarla y agradecerle.
Escuché las exclamaciones de su madre de alegría y sonreí aún más.

-Cat- me habló de pronto y me giré sorprendida a verla. -Pasa a verlo primero, voy a hablar con tus padres-

Dos emociones cruzadas pasaron por mí. Primero alegría de que al fin lo vería. Y luego nerviosismo. Mis padres también estaban confundidos.

Asentí con una sonrisa y los dejé.

Ingresé rápido, a diferencia de la vez anterior, a la habitación. Y lo ví.

Al fin, lo ví.

Estaba recostado, con sus ojos abiertos, mirando hacia la ventana. Se lo veía tranquilo y feliz.

-Oliver- susurré emocionada acercándome a él.

Y me miró.

Por un instante temí que estuviera enojado, porque no le había respondido las llamadas.  Temí incluso que me echara, que ya no quisiera verme.

Pero en cuanto su sonrisa apareció, el alma me volvió al cuerpo.

-Cat- habló suave.

Me acerqué aún más y tomé su mano.

-¿Cómo te sientes?-

-Un poco dolorido, pero estoy bien-

-No sabes que felicidad siento al verte, lamento tanto no responder tus llamadas...-

-Lo sé- me interrumpió con su voz débil -escuché lo que me dijiste hace unas horas... Parecía dormido pero no lo estaba- sonrió pícaro.

-¿Escuchabas todo?- pregunté sorprendida.

-Si, era raro. Escuchaba pero no podía moverme. Cuando sentí tus labios sobre los míos... Casi enloquezco por no poder besarte-

Sonreí con ternura, mi corazón se movía desesperado.

-Eso lo puedo arreglar-

Con cuidado pegué mis labios a los suyos, sintiendo en mi vientre mariposas.
Me separé luego de unos segundos.

-Te extrañé tanto Oliver-

-Y yo a tí... Me quedé tan mal cuando te fuiste...-

-No hablemos de eso ahora. Estás bien y eso es lo importante-

Oliver me observó en silencio mientras yo repartía caricias sobre su mano con mi pulgar. Sentí que quería decirme algo y lo confirmé cuando volvió a hablar.

-Cat, yo también me enamoré de ti- soltó de pronto.

Lo miré a los ojos. Joder, eso también lo había escuchado.

Espera, ¿Él también?
Una alegría inmensa me invadió y no pude hacer más que sonreír.

-¿En serio?-

-Si, y ayer fue tan increíble estar juntos...-

De pronto la puerta se abrió, interrumpiéndolo.

Volteé a ver quien era y me quedé helada cuando encontré la respuesta.

Mis padres y la mamá de Oliver estaban aquí.

¿Quién eres realmente? (2° Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora