Capítulo 8

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Pensando en lo que acababa de suceder, decido darme una ducha caliente. Tal vez de ese modo logre disminuir la tensión acumulada. El agua que cae sobre mí cuerpo también me ayuda para aclararme las ideas. Después de esto no hay vuelta atrás, prácticamente le he chupado la polla sin consentimiento... Aunque al parecer lo ha disfrutado. Se vino en minutos.

Esto es algo, pero no todo lo que quiero hacer con él. Quiero que me folle por primera vez, quiero que ruegue por hacerlo. Quiero que desee poseer mí cuerpo con el mismo deseo que yo tengo del suyo. Pero aún no es tiempo, debo seguir con lo que he estado haciendo. Jugaré con él un poco más, hasta que no pueda resistirlo.

Al salir de la ducha, me visto con nuevas prendas que obtuve de mí mochila. Uso un mínimo de maquillaje sólo para seguir viéndome madura y dejo mí cabello mojado. Acto seguido, salgo del cuarto y me encuentro con JiMin sobre su cama con la mitad de su cuerpo metido entre las sábanas. No me mira cuando busco en su armario un par de bóxers y un pantalón chandal, la camisa será en otra ocasión. Por alguna razón se encuentra enojado conmigo, ni siquiera protesta cuando descubro su cuerpo desnudo y le coloco las prendas sin vacilar. Lo he visto ponerse rojo pero no abrió la boca para nada.

—Date la vuelta, te quitaré esto —sus ojos esperanzados me miran —Y te esposare a la cama, no te dejaré suelto. No sé lo que podrías hacer esta vez.

—Tranquila, no te ataré y comeré el coño sin tu permiso. Si eso estás pensando...

—¡Mierda JiMin, lo pillo! ¡No vayas a joder con que no lo has disfrutado! —estoy cabreada con él, después de ayudarlo a descargarse se está comportando como un idiota. Cuando libero las manos de JiMin de sus espaldas, rápidamente lo esposo a las barras de su cabecera, esta vez sólo su mano izquierda. Pues me da pena que ni siquiera pueda rascarse, eso ha de ser una verdadera tortura.

—No... —titubea.

—Sabes... Todo el semen que has dejado en mí boca decía lo contrario —le digo con arrogancia y él se pone rojo nuevamente. Este hombre sólo sabe avergonzarse y ponerse tímido. Adorable.

—¡Cállate!

—Tu te callas. El que te haya chupado tu deliciosa polla no quiere decir que puedes ser un bocazas conmigo. —digo todo esto tapando la boca de JiMin, un gemido resuena en mí mano. Sonrió por ello —Dormiré aquí está noche. —sus ojos se abren con sorpresa —Dije dormir, tranquilo que no haré nada. A menos que lo pidas —digo coqueta y lo suelto.

—Pero tienes el cabello mojado. No puedes dormir en mí cama de ese modo. —decido ser paciente con él por esta vez y no lo reprendo por decirme qué hacer. Sin embargo, me dirijo a secar mí cabello lo suficiente como para volver a la cama. —¿Contento? —asiente —Ahora duerme.

No pasa mucho tiempo hasta que caigo dormida, ha sido un día agotador.

A la mañana siguiente JiMin me despierta sacudiéndome de un lado a otro.

—Mmm, déjame —le digo para que deje de perturbar mí sueño.

—Despierta Ana.

—¿Qué? —abro los ojos forzosamente.

—¿Y tus pantalones? —lo observo confundida antes de contestar.

—No sé, supongo que me los quité a mitad de la noche. Es incómodo dormir con ellos —le explico —Espera, ¿por eso me has despertado?

—No, necesito ir al baño.

—Ah..

Luego de hacer todo el proceso de las esposas y colocarme los pantalones, acompaño a JiMin al baño. Tuvimos una pequeña discusión sobre si debía quedarme allí o no, al final decidí que no. Y como ya había despertado, fui a preparar el desayuno. Opté por algo fácil como pan tostado, huevo, arroz y leche. Una vez listo hablé a JiMin, quien apareció en la cocina minutos más tarde. Aún estaba sin camiseta, pero le dije algún tipo de excusa sobre lo difícil que sería cambiarlo con sus esposas. La verdad es que me gusta verlo de ese modo, es agradable a la vista. Su precioso, pequeño y delgado cuerpo, con sus abdominales mínimamente marcados y su piel crema tan clara como un pastel de arroz. Siento unas ganas inmensas de pasar mi lengua por toda su piel...

—¿Qué estás pensando? No dejas de mirarme como si quisieras comerme. —oh, si supieras.

—Pues... Si. Tengo hambre. —intenté distraerlo volviendo la vista a mí plato de comida.

—¿Verme te dió hambre? —pregunta insinuante.

—Claro, pareces un pastel de arroz.

—Oh, me han dicho eso antes —sonrie y yo me pierdo un instante en su sonrisa. —Algunos fans me llaman Baby, es muy gracioso —vuelve a sonreír recordándolo.

—¿Y las mujeres con las que te acuestas como te llaman? ¿Daddy? —sus ojos examinan mí rostro buscando una reacción, yo me mantengo neutra.

—Comienzo a creer que quieres ocupar el lugar de esas mujeres. ¿Es lo que tengo que hacer para que me dejes tranquilo y te vayas de mí casa? ¿Tengo que dejar que me chupes la polla de nuevo? O quieres que te-

Palmeo con fuerza la mesa para callarlo, lo miro furiosa por su atrevimiento. Por sus palabras me di cuenta que me estuve comportando demasiado flexible con él, no puedo mostrarme débil o creerá que puede salirse con la suya. Inmediatamente camino hacia él, lo tomo firmemente por sus cabellos y lo levanto de su silla. JiMin gime de dolor pidiéndo que lo suelte pero no me importa. De esa manera lo llevo de vuelta a la habitación, lo empujo dentro y cae de rodillas dándose un golpe que lo hace maldecir.

—Que te quede claro, JiMin. Que haré lo que me de la puta gana contigo. —dicho esto cierro la puerta y vuelvo a la cocina. Maldito hijo de puta.

Me paso toda la mañana respondiendo mensajes de JiMin, respuestas simples y cortas para dar a entender que está ocupado en otros asuntos. Finalmente llego a los mensajes de JungKook.

Jungkookie:
JiMin hyung
Necesito hablar contigo
JiMin Hyung, estás ahí?
Iré por tu casa.

Estos mensajes envío JungKook ayer, justo después de lo leído hay más mensajes de hoy.

Jungkookie:
JiMin hyung, me dijo mánager hyung que estarías de viaje.
Fui por tu casa y había una mujer
No sabía que tenia una nueva amiga, Hyung. Es muy bonita.

De verdad, JungKook tiene mucho por decir. Pero esto me ha dado una idea increíble, si funciona podría demostrar a JiMin lo que está perdiendo. Entonces escribo el mensaje...

JiMin:
Lo siento Jungkookie, si estuve ocupado últimamente.
Ya volví del viaje, necesito hablar contigo. Es sobre tus opiniones e ideas para el álbum, aún no me las has dado. ¿Puedes venir esta tarde?

La respuesta de JungKook tardó dos horas en llegar. Abro el mensaje con impaciencia. ¿Por qué tarda tanto este muchacho en responder?

Jungkookie:
Claro hyung, estaré allí en una hora.

Miro la hora, son las dos de la tarde. Bien, alistaré todo para el show. Esto será divertido, o eso espero.





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THE PLAN 计划 - Park JiMin (pjm) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora