Capítulo 11

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Me duele todo el cuerpo, este sofá no es tan cómodo como aparenta, sólo es bonito y costoso. Son las 4 a.m. cuando despierto, necesito una cama. Después de beber un vaso de agua en la cocina, decido ir a dormir con JiMin, aunque él no lo quiera sospecho que estará muy somnoliento como para discutir.

Minutos más tarde cuando entro a la habitación me llevo una enorme sorpresa, él no está en su cama. Mierda, ¿dónde se ha metido ahora?. ¿Se estará ocultando de mí? Doy un vistazo por toda la habitación y me detengo en la luz proveniente debajo de la puerta del cuarto de baño.

—Ji... —quise llamarlo pero me detengo cuando escucho un sonido. Me acerco más y poco a poco voy entiendolo todo.

—Mm, ah —un gemido seguido de varios suspiros se escuchan a través de la puerta. Podría jurar que JiMin se está masturbando, o tal vez podría estar enfermo. Escucho por unos segundos más y los sonidos continúan de igual manera hasta que van tomando intensidad. Esto tengo que verlo. Es allí cuando decido abrir la puerta de golpe.

—JiMin... —digo y me quedo paralizada. JiMin abre sus ojos como platos cuando me ve parada allí.

—¡Ana! —dice finalmente y un hilo de semen espeso sale disparado hacía la taza del váter. JiMin cierra los ojos y no puede evitar gemir. Mis sospechas fueron confirmadas, se había estado jalando la polla.

—Wow JiMin, me hubieras llamado y te ayudaba. —le digo coqueta. Su rostro se pone rojo de vergüenza. Cómo puede logra arreglarse la ropa y sin mírarme lava sus manos hasta que sale del baño pasando por mí lado sin decir una palabra. Lo sigo —¿Sabes? Me has puesto caliente, dame una mano a mí también — bromeo con él pero permanece neutro. Quita las sábanas y se acuesta dándome la espalda. Me acuesto a su lado y él reacciona girándose para enfrentarme.

—¿Qué haces?

—Dormir —pongo los ojos en blanco.

—Aqui no. No quiero que duermas aquí.

—Me importa un pimiento lo que quieras. Lo haré aquí y punto —me acomodo dispuesta cumplir mí palabra —además, puedes necesitar una ayuda y aquí me tendrás cerca para ello. —subo y bajo las cejas insinuante.

—Cállate.

—Dime JiMin, ¿Qué te ha puesto caliente? —para su sorpresa, me monto sobre él, con mí vestido puesto hago contacto de una mejor manera con su entrepierna. —¿Fue lo que te dije esta noche, o recordaste que me follé a JungKook en tu sofá? —él no se inmuta así que continúo —¿Quieres que te lo haga de la misma forma que se lo hice a él?

En esa posición muevo mis caderas, haciéndolo pensar que es de este modo como se lo hice a JungKook esta tarde. Hago presión directamente en su polla, él no puede evitar suspirar y cierra sus ojos, sus labios forman una O perfecta. Sonrío, lo tengo justo como quería. Está excitado, lo siento crecer cada vez más cuando me muevo sobre él. Y es en ese mismo instante cuando me detengo. JiMin abre sus ojos vidriosos de repente y me observa confundido en medio de la excitación.

—Hay que dormir —me recuesto a su lado para taparme con las sábanas, él está totalmente incrédulo sobre lo que acabo de hacer. Yo sonrío de manera disimulada —Buenas noches.

Por un rato largo sólo lo oigo suspirar y moverse en la cama. Cuando estoy a punto de quedarme dormida, JiMin se levanta y camina nuevamente al baño. Escucho la llave del agua correr, ¿se está dando una ducha? Me preocupa porque mojara su ropa ya que no puede quitarse la camiseta.
Entro al baño y lo encuentro en la tina, está sumergido desde su cintura hacia abajo y se ha levantado la camiseta. Cuando me ve me pide que me vaya, o más bien me grita, y lo hago. Lo he dejado tan caliente que necesitó tomar un baño, me río tan fuerte que seguramente me ha escuchado pero no me importa. JiMin vuelve a la cama minutos después y es entonces cuando puedo dormir. Ha sido una noche larga.

Un pequeño movimiento que ha intentado parecer sutil me despierta, pero no abro mis ojos aún. Fingiendo seguir dormida me propongo averiguar lo que sucede. Siento unas manos por todo mí cuerpo y eso me inquieta un poco, ¿Qué está haciendo? JiMin está tocando mis pechos con descaro, no puedo negar que me ha encendido un poco pero, es como si estuviera buscando algo. Lo siento detenerse y alejarse, es entonces cuando caigo en cuenta. ¡Las putas llaves!

Me levanto de un tirón de la cama y es cuando veo a JiMin cruzando la puerta de la habitación.

—¡Hijo de...

No logro terminar la frase porque JiMin cuando me ha oído ha comenzado a correr a toda velocidad hacia la salida. ¡Se está escapando! Salgo tras él, pero antes de salir de la habitación cojo la lámpara de la mesita de noche. Corro para lograr alcanzarlo, está cruzando la sala y va directo a la salida. A partir de allí es cuando todo ocurre demasiado rápido.

—¡JiMin, cuidado!

Si algo he aprendido de películas de villanos y persecusiones es que puedes frustrar un escape gritándole a la otra persona que tenga cuidado. Eso le hará dudar, lo confundirá o en otros casos se detendrá. Cualquier cosa es buena para ganar tiempo, y eso es exactamente lo que JiMin ha hecho. El pelinegro bajó la velocidad y se giró hacia mí confundido, buscando el peligro. Entonces, aproveché su desconcierto para lanzar aquella lámpara. La que por desgracia impactó en su cabeza, haciendo que por el golpe recibido JiMin cayera al suelo inconsciente.

—¡Santa mierda! Lo que faltaba —me acerco a él con nerviosismo, tiene una pequeña herida en su ceja izquierda. Espero que no le quede una marca, joder. —Hiciste algo muy estúpido.

Empleando toda mí fuerza, logro acomodarlo sobre el sofá de la sala. Le llevé un poco de hielo en una bolsa Ziploc para bajar la hinchazón de su cabeza. Estoy segura que dolerá como mil demonios, pero vamos, no tenía otra opción.

Esto me tomó por sorpresa, se suponía que hoy comenzaría otra etapa del plan pero haciéndome enfadar de está manera estoy a punto de idear un buen castigo para él. Se lo merece, por supuesto.

Ya ha pasado una hora cuando Jimin despierta. Apenas lo hace se oyen sus quejidos de dolor, y como decidí seguir este día como lo había planeado, comienzo con mí teatro.

—¡JiMin! Oh por dios, he estado tan preocupada —me acomodo a su lado en el sofá, el permanece recostado aún en su confusión.

—¿Que ha pasado? —era una posibilidad que no recordara nada después de la contusión que ha sufrido y es por eso que he pensando en una mentira.

—Querias escapar... Pero has chocado con aquel mueble —señalo un estante que he colocado en una posición convincente cerca de la salida—y te ha caído esto en la cabeza —le muestro una pieza decorativa se madera pesada que tenía por allí. Estoy segura que no tiene idea que este objeto estaba en la casa. JiMin frunce el ceño, estoy inquieta al pensar que me ha salido el tiro por la culata y en realidad recuerda que yo lo he golpeado. —Te he puesto hielo para bajar la hinchazón.

—Gra-gracias —suspiro aliviada. Intenta levantarse pero un dolor en su cabeza lo detiene y vuelve a recostarse.

—Oh JiMin, no te muevas. Te traeré tu desayuno —él me mira con sospecha. A pesar de ello acomodo una bandeja con alimentos en la pequeña mesita de la sala. Arroz, tostadas con huevo y tocino, también mermelada que encontré en su heladera. —Traje tu jugo de fresa, bébelo porque ahora mismo necesitas azúcares en tu organismo.

—¿Me estás cuidando? —pregunta incrédulo.

—Por supuesto.

—Otra manera de cuidarme es dejándome ir —sonrío.

—Muy bien, esperaré a que termines así te acompaño a la habitación.

Y con una última mirada llena de dudas, comienza a comer sentado en su sofá.

En la cocina suspiró aliviada de manera disimulada, no sé cómo he podido safar de esta. El día de hoy trataré a JiMin como cristal, para así esta noche poder culminar con algo que llevo esperando hacer desde hace mucho tiempo.





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THE PLAN 计划 - Park JiMin (pjm) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora