Aquella semana, las componentes del Club de las Cinco Amigas se habían reunido alrededor de la mesa de la cocina de Ali, como cada lunes.Julie había vuelto de Denver para establecerse allí y abrió su propio bufete, Kelley estaba al frente del restaurante de Tony en Winding River y Sydney era muy feliz en su matrimonio con Dom, por lo que aprovechaban para reunirse en cualquier sitio cada semana y hablar de sus vidas. Alex se les unía siempre que podía, lo que cada vez, iba siendo más frecuente.
Incluso cuando no estaba en la ciudad, le daba la sensación de que era el principal tema de la conversación. Sus amigas estaban muy preocupadas por ella. Era la única que todavía no se había mudado a Winding River desde que la reunión de antiguos alumnos la hizo regresar.
También era la única que no estaba ni felizmente casada ni comprometida. Tal vez si se hubiera mostrado muy entusiasmada sobre su vida en Los Ángeles, ellas no estarían tan preocupadas. Sin embargo, Alex no había podido ocultar su descontento.
Ni siquiera ella misma se podía explicar la razón por la que todavía no había podido tomar la decisión de regresar a Winding River, cuando, para todo el mundo, estaba claro que Los Ángeles ya no la atraía tanto como lo había hecho en el pasado.
Permaneció durante un momento en los escalones del porche trasero del rancho Harris, escuchando la conversación que se estaba produciendo en el interior.
Aquel rancho se había convertido en su casa en Winding River. Allí había comprendido que aquel era el único lugar en el que se sentía totalmente en paz. Durante los últimos meses, había empezado a encontrarse de nuevo. Lo único que tenía que hacer era reconciliar lo que estaba descubriendo con la vida que llevaba desde hacía diez años.
Oyó su nombre, lo que la hizo prestar atención a la conversación.
—Les digo que le ocurre algo. Alex no es feliz. Sé que quiere regresar aquí —decía Ali— Tenemos que hacer algo.
Alex suspiró y llamó a la puerta.
Entonces, entró sin esperar a que fueran a abrirla.
—¿Ya están otra vez hablando de mí a mis espaldas? —preguntó jocosamente mientras tomaba una silla y se sentaba con ellas— ¿O es que sabían que estaba ahí fuera?
—Sabes que te diría lo mismo a la cara —replicó Ali—De hecho, lo he estado diciendo tan a menudo que hasta yo estoy cansada de escuchar lo mismo.
—Entonces, ¿por qué no dejas el tema? —le preguntó Alex, con una ligera tensión en la voz.
Aquella presión no la estaba ayudando a tomar una decisión. De hecho, parecía complicarla, dado que no hacía más que preguntarse si querría volver a casa por sus amigas o por ella misma.
—No lo dejaré porque sé que no eres feliz —dijo Ali, frunciendo el ceño—Y no entiendo por qué no haces algo para solucionarlo.
—¿Tiene razón Ali? —quiso saber Julie—¿Quieres regresar aquí? Todas llevamos meses sospechándolo. Si es así, ¿qué te lo impide? Déjate llevar. Hazlo si es eso lo que realmente quieres.
—De todos modos, estás aquí la mitad del tiempo —señaló Syd— ¿Por qué no lo haces oficial?
Tenían razón. Si aquello era lo que quería, era el momento de actuar.
Una a una, sus amigas habían ido regresando a Winding River y eran felices allí. Habían encontrado lo que les faltaba en sus vidas y las envidiaba por ello.
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Estrella Oculta (Cinco Amigas 04)
Fanfiction¿Quién demonios se creía que era? La domadora de caballos Tobin Heath trataba a Alex Morgan como si fuera una intrusa que estuviera pavoneándose por su territorio, lo que hizo que ella se pusiera furiosa. Y no era de las que se daban por vencida...