Alex se tomó la mañana libre para ir a Winding River. Después de la conversación que había tenido con Tobin, quería hablar con Julie. Aunque todas sus amigas eran muy sensatas, Julie era la menos romántica.Alex la había llamado al amanecer, dado que la abogada seguía madrugando mucho, y habían acordado reunirse para desayunar en el restaurante de Mia.
Cuando Julie entró, Alex ya la estaba esperando. Mía ya le había preparado un café y le había dejado su habitual desayuno de cereales y un plátano.
—¿Tan previsible soy? —le preguntó a Alex.
—Creo que todas lo somos —respondió, postrándole un bol de fresas—Creo que después de todos estos años, si tratáramos de cambiar, probablemente daríamos un susto tan fuerte a mía que se tendría que retirar.
—Bueno, al menos es saludable —dijo Julie, tomando la cuchara— Bueno, no creo que me hayas llamado a las seis solo para disfrutar de mi maravillosa compañía. Ayer estabas bien cuando te vi, así que, evidentemente, ha ocurrido algo. Cuéntamelo.
—Eso es lo que me gusta sobre ti. Eres tan compasiva.
—No me has llamado para que te dé compasión, sino para que te dé consejo, ¿me equivoco?
—No.
—Y no puedo dártelo si no me cuentas el problema.
—De acuerdo, de acuerdo. Tal vez haya cometido un terrible error con Tobin y no sepa cómo arreglarlo.
—¿Qué clase de error? No te estará maltratando, ¿verdad?
—Por supuesto que no —replicó, aunque sabía que aquel era el mayor temor de Julie por todos los casos de violencia doméstica a los que se había enfrentado—En realidad, es algo que hice yo. O que no hice, más bien.
—No te entiendo.
—Le he ocultado cosas. Ya te dije antes que nunca le hablé sobre mi carrera cinematográfica en Hollywood. Aparentemente, no le gustan las películas, así que sigue sin tener ni idea de a lo que me dedicaba cuando vivía en California.
—¿Y crees que se va a poner furiosa cuando se dé cuenta de que la has engañado? Seguramente tienes razón.
—Gracias. Eso es precisamente lo que necesitaba escuchar.
—Me has pedido mi opinión. Te dije hace mucho tiempo que no era buena idea guardar esa clase de secretos.
—Es solo que estoy tan cansada de ser Alex Morgan, la superestrella. Ali y yo pensamos que sería buena idea que yo le ocultara mi verdadera identidad al principio, para que Tobin pudiera conocerme a mí. No se enteró de mi apellido hasta anoche.
—¿Te estabas acostando con una mujer que ni siquiera sabía tu apellido? —preguntó Julie, incrédula.
—Ya sabes cómo son las cosas. Al principio no se lo dije porque temía que le hiciera reaccionar. Resulta que se lo digo y sigue sin tener ni idea. Si se lo digo ahora, con la opinión que tiene sobre el dinero y el poder, me temo que se terminará todo.
—De acuerdo, creo que ya has tenido tiempo de asegurarte que no va tras de ti por tu dinero. Tienes que decirle la verdad, Alex. Y cuanto antes mejor. No me puedo creer que no se haya enterado aún.
—Probablemente porque ustedes saben que quiero dejar Hollywood y la gente que vive aquí se ha acostumbrado a recordarme tal y como era, sin los aires de grandeza de las personas famosas.
—Sé que eso es cierto, pero sigues siendo tú. ¿Cómo es que nadie de afuera te ha reconocido y te ha pedido un autógrafo mientras Tobin estaba delante?
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Estrella Oculta (Cinco Amigas 04)
Fanfiction¿Quién demonios se creía que era? La domadora de caballos Tobin Heath trataba a Alex Morgan como si fuera una intrusa que estuviera pavoneándose por su territorio, lo que hizo que ella se pusiera furiosa. Y no era de las que se daban por vencida...