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La puerta de la base se abrió dejando ver a María Hill, totalmente abrigada y con unas bolsas en sus manos.
Afuera estaba nevando un poco, por lo que su abrigo y gorro tenían rastros de la nieve.
Al entrar suspiró pues la temperatura era perfecta, cálida y sin duda podía andar cómoda sin tanto abrigo encima.
Caminó hasta la sala sin ver a nadie y dejó las bolsas en el sofá para quitarse el abrigo y el gorro quedando asi con un suéter ligero pero abrigador. Tomó las bolsas de nuevo y las llevó hasta la mesa pues contenían comida, la cual planeaba compartir con Sam, aprovechando que por fín tendría tiempo libre para pasarlo con él.Le extrañó no ver a nadie y que todo estuviese en silencio. Siempre había aunque sea una persona en la base, un minimo ruido, lo que fuese.
—Agente Hill —Visión habló a sus espaldas, lo cuál la sorprendió haciéndola saltar ligeramente en su sitio.
Se giró para mirarle de frente y alzó una mano para saludarle.
—Visión, me tomaste por sorpresa —comentó ella.
—Lo siento —se disculpó el androide.
—No te preocupes —miró a los lados. —¿Está Sam?
—El joven Wilson no se encuentra, viajó a Wakanda para traer de vuelta al señor Barnes —caminó tranquilamente hasta un pequeño banco y tomó asiento.
María hizo una mueca al oír eso. Genial, pensó ella, no se habían visto mucho últimamente y ahora que tenía tiempo, él no estaba. No lo culpaba, cada quien tiene sus vidas y ocupaciones, solo había sido decepcionante, debió llamar antes talvez.
—Según mis cálculos no deben tardar —Visión miró su reloj y posteriormente tomó un libro.
—Bien, lo esperare, si no te molesta —la agente tomó asiento en una silla cercana.
—Adelante, después de todo, este también es su hogar —el androide habló sin despegar la mirada del libro.
—Gracias, Vis —suspiró. —¿No hay nadie más?
—Pietro, esta en su habitación.
María asintió y guardó silencio. No tenía nada que hacer, esperaba que Sam no tardase tanto, le extrañaba, además tenía hambre y conociéndose a si mísma pronto se aburriría.
Recargó su cabeza entre sus brazos sobre la mesa y cerró los ojos unos instantes, relajándose. Había estado tanto bajo presión y estrés que ese silencio que reinaba por el momento le llenó de calma y tranquilidad.
Unos murmullos la hicieron levantar la cabeza y vio a Wanda entrar junto a Bucky, se enderezó y justo en ese momento el moreno entró detrás de ellos quitándose el abrigo.Sam dejó el abrigo en una silla y miró al frente, su mirada se encontró con la hermosa chica que había robado su corazón y sonrió con emoción. La había extrañado y deseaba verla, por fin estaba frente a él nuevamente.