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Lila, sus hermanos y Pietro estaban esperando pacientemente a que todos llegaran a los autos. La chica estaba sentada en el cofre de uno de los vehículos, Cooper estaba recargado en otro y Nathaniel por su parte estaba jugando divertido con Pietro, caminando sobre uno de los autos con ayuda del sokoviano. A Tony le daría un infarto cuando los viera.
—Nathaniel baja de ahí y ven a abrigarte —ordenó la madre del niño cargando el gorro y guantes del pequeño.
—No tengo frio —se detuvo y la miró.
—No te pregunté, ven aquí —Laura agitó las prendas haciendo una seña para que se acercara.
Pietro cargó a Nathaniel hasta dejarlo en el piso frente a Laura quien se arrodilló frente a él para colocarle el gorro y los guantes, tal vez no tenía frío pero afuera seguía helando asi que no iba a arriesgarse a que pescaran algún resfriado.
—Olvidaste tu abrigo —Wanda le lanzó un abrigo a su hermano dándole en la cara.
Pietro se quejó y lo tomó para después ponérselo.
Natasha dio un rápido vistazo a los autos y corrió al mejor de todos, justo al mismo tiempo que Tony.—¡Mio! —Tony se lanzó al auto y cayó sobre el cofre.
Natasha lo empujó haciendolo caer al piso y abrió la puerta del piloto entrando en el auto para después cerrarla con seguro.
—¡Natasha ese es mi auto! —se levantó como pudo y se pegó a la ventana.
—Te jodes es mio ahora.
Tony hizo una rabieta y caminó hacía otro coche mientras maldecía. Por su parte la pelirroja estaba sonriendo triunfante y quitó los seguros de las puertas para que asi pudiesen entrar al auto.
La mejorada subió en el asiento del co-piloto mientras que Melina, Laura, Maria y Yelena subieron atrás.
En el segundo auto subieron Tony, Pepper con él para evitar que hiciera tonterías, Bruce y Visión. Steve se encargó de manejar el tercer auto, con Bucky como co-piloto, Sam, Pietro y Alexei detrás. Clint se fue con sus hijos en otro auto aparte.Tony fue el primero en ponerse en marcha puesto que él los guiaría hasta el sitio donde podrían adquirir el dichoso árbol. El resto de autos lo siguieron.
El camino era algo largo y tardado puesto que la nieve obstruía el paso y además debían ser cuidadosos para no tener algún accidente.
En el auto que era manejado por el capitán América todos iban en silencio hasta que Sam habló.—Juguemos yo nunca.
Steve lo miró a través del retrovisor, Bucky lo miró raro, Pietro asintió emocionado y Alexei negó.