Una visión

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Ahsoka se despertó al notar el sol en su cara ¿Como podía atravesar la tienda con tanta claridad? Se preguntaba aun con los ojos cerrados demasiado cansada como para comprobar el motivo.

La togruta se giró en su sitio extendiendo un brazo esperando encontrar al capitán clon, pero en su lugar pudo notar arena bajo sus dedos.

¿Arena?

La togruta abrió los ojos alerta mientras se sentaba rápidamente.
La joven comprobó asustada que no se encontraba en la tienda de campaña, ni siquiera estaba en aquella Luna deshabitada.

El lugar estaba cubierto de arena y a la distancia podía ver dos soles gemelos emergiendo.

¿Donde estaba? Se preguntó mientras se ponía en pie. La chica al hacerlo pudo notar que en su cinturón descansaban dos sables de luz, ¿pero como? Ella los había dejado junto a los clones ¿Como era posible que los volviera a tener?
La chica examinó el lugar y se decidió a tomar un camino al azar. Caminó y caminó hasta que vio una silueta parada en mitad del desierto.

Ahsoka se paró en seco y juntó los ojos para ver con más claridad al sujeto, el cual estaba oculto bajo una capa.
La chica emprendió nuevamente la marcha hasta esa persona, quien no se movía de su lugar, ni siquiera parecía darse cuenta de su presencia.

Cuando ambos estaban a pocos metros el hombre movió sus manos hasta la capucha de la capa mientras era observado atentamente por la togruta.

Él cogió la prenda y tiró de ella hacia atrás.

-Obi-Wan-Nombró Ahsoka en un susurro impresionada.

Fue entonces cuando una espada se iluminó a espaldas del Jedi, una roja.

-¡Obi-Wan! -Gritó con desesperación la togruta mientras veía al otro encapuchado caminar hacia el maestro, quien se mantenía calmado.

-¡Obi-Wan!-Volvió a gritar al ver cómo la persona tras de él elevaba el sable con malas intenciones. La togruta entonces tomó sus sables lista para pelear, el encapuchado iba a golpear a Obi-Wan, quien ni siquiera parecía reparar en alguno de ellos.

-Ahsoka-Llamó otra voz, pero ella no le hizo caso, debía salvar al maestro Kenobi.

-¡Obi-Wan! -Volvió a gritar con dolor. Ella no podía moverse de su sitio y el jedi seguía sin darse cuenta de aquella amenaza.

-¡Ahsoka!

La togruta abrió los ojos de golpe encontrándose con el rostro preocupado de Rex, quien no paraba de acariciar su rostro para relajarla.

Ahsoka comenzó a calmarse mientras controlaba su respiración. Cuando ya estuvo mejor observó su alrededor, volvía a estar en la tienda.

-Ahsoka-Volvió a nombrar Rex con más suavidad.

-Está vivo-Soltó ella impresionada- Está vivo-Repitió sin poder creérselo.

-¿Quién está vivo? -Preguntó Rex interesado.

-El maestro Kenobi-Respondió la togruta sin poder creérselo-Lo he visto, él está en Tatooine-Indicó tras pensar en su visión, el lugar era arenoso y poseía dos soles, tenía que ser Tatooine-Y corre peligro.

-¿Estás segura? -Dijo Rex con duda- No me mal entiendas, confiaría mi vida en ti, Ahsoka, pero quizás solo haya sido un mal sueño causado por la preocupación.

-No es eso, Rex-Contestó Ahsoka juntando ambas marcas blancas- Estoy segura de que está vivo y de que necesita nuestra ayuda.

-No creo que sea buena idea-Dijo sinceramente el clon, odiaba tener que decir aquello, pero no podían arriesgarse por algo que quizás no fuera verídico.

-Se que temes que no encontremos nada, pero yo no puedo quedarme de brazos cruzados sin saber si esto es real o no-Dijo Ahsoka lo más calmada que pudo, comprendía que Rex no creyera en esas visiones como ella, él no podía verlas, era normal que no se fiara mucho, pero Ahsoka si sabía de lo que iba aquello por lo que necesitaba comprobar eso, solo así podría estar tranquila.

-No quiero que nada malo te pase-Dijo él en un tono más bajo, sabía que aquello era egoísta, no podía retenerla consigo evitando todo peligro, no era su estilo de vida, ni tampoco el de él. Ahsoka era una persona amable y valiente, quedarse de brazos cruzados era impensable para ella, puede que ahora estuvieran escondidos, pero tan solo era cuestión de tiempo que saliera afuera y comenzase a ayudar a todo el que lo necesitase.

-No ocurrirá-Prometió ella perdiéndose en los ojos del capitán-Confía en mi-Susurró tomando la mano del soldado.

Ambos se quedaron en silencio mientras se miraban fijamente.
Rex aún mantenía su mano derecha acariciando el rostro de la chica, quien parecía agusto con eso.

El soldado soltó un suspiro negando levemente la cabeza, no podía creer lo que iba a decir.

-Vayamos a Tatooine-Dijo con cierto pesar notando la amplia sonrisa de la chica, quien se tiró sobre él en un abrazo.

Rex intentó mantenerse serio, pero fue simplemente imposible al verla tan contenta con la noticia.
Ahsoka sonrió mientras repartía varios besos por la cara del soldado. Ella sabía que aquel viaje no le entusiasmaba, que tan solo lo hacía por ella, a si que se encargaría de agradecerle por todo eso.

-Gracias-Repetía la togruta mientras pasaba a besar sus labios.

Ahsoka se elevó sobre sus rodillas y se posicionó sobre el regazo del capitán para estar más cómoda para besarle. Rex rodeó la cintura de la chica apretandola entre sus manos mientras que notaba las manos de la chica atraerle más hacia ella desde su nuca.

-Será mejor que nos preparemos-Dijo ella con la respiración algo agitada tras separarse, ella seguiría con lo que estaban haciendo, se sentía increíblemente bien, pero no quería apresurar las cosas ni obviar la visión, Obi-Wan podía estar en peligro en esos momentos, ellos ya tendrían tiempo tras investigar.

Rex asintió mientras dejaba un beso el dorso de la mano de la chica, quien sonrió divertida ante el gesto, sin duda el soldado era encantador.

Cuando ella se levantó y salió de la tienda, Rex, se dejó caer en aquella cama improvisada que habían hecho los dos el día anterior, sin duda su estadía en aquella Luna había sido más breve de lo imaginado, pero debería acostumbrarse, si algo había aprendido de su general era que los jedi eran impredecibles, nunca dejarían de sorprenderle.

Rex sonrió ante el recuerdo de su general, era un gran amigo y le dolía pensar que ya no estaba.

¿Qué pensaría de él ahora? ¿Le molestaría que hubiese besado a su padawan? ¿Le hubiese permitido estar con ella? Anakin era muy protector con la togruta, realmente la quería como una hermana, el día que ella se había ido él lo había pasado muy mal, todavía recordaba las misiones tras su partida, el general no era él mismo, estaba más serio y apenas bromeaba con los clones, tan sólo se centraba en la misión, parecía que eso le ayudaba a olvidarla. Eso y Padme.
Rex sabía sobre el matrimonio, al igual que sabía que no podía llamarla desde su comunicador en las misiones, por eso había ofrecido el comunicador de su casco, el cual no poseía registro, ahí sería más seguro.

Anakin había mejorado con eso, poder hablar con su esposa le ayudaba recuperarse de la pérdida hasta el punto de volver a ser el de siempre, o casi el de siempre. Rex sabía que siempre echaría de menos a su padawan, al igual que sus apuestas, pero ninguno podía culparle, la 501 también notaba aquello más triste sin la comandante.

Rex suspiró mientras pasaba sus manos por la cara, necesitaba despejarse, sobre todo ahora que debían volver a la acción, el maestro Kenobi les necesitaba, o por lo menos eso esperaba, debían encontrar al jedi, él les podría contar más en profundidad todo lo ocurrido, seguramente el lo supiera. En aquellos momentos tan solo lo conocido era seguro.

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