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Ya en la ducha, estaba tratando de tranquilizarme y relajarme un poco. Habían pasado muchas cosas y necesitaba pensar bien lo que haría después. Estaba furioso y estresado por todo, y saber que a Agus también le gusta Karol me hace enojar aún más.

Estaba lavando mi cabello, cuando siento unas manitos pequeñas en mi espalda. Rápidamente me volteé y vi a una Karol sonriente. Estaba totalmente desnuda y tenía una sonrisita tierna. Un tanto contagiosa, pero trate de disimular.

— ¿Qué haces aquí? - Mirándola enojado -

— Es obvió, me estoy bañando - Mordiendo su labio inferior -

— Si, pero uno normalmente se baña cuando la otra persona sale. Eso se llama privacidad. Ahora te pido por favor que te vayas.

— ¿No quieres bañarte conmigo Ruggerito? - Hablando como bebé y haciendo puchero -

Estaba enojado, cansado, con poca paciencia y estresado. Ahora ella se quiere hacer la graciosa y no estoy de humor para eso. Esta agotando la poca paciencia que tengo ahora mismo.

Ella seguía insistiendo e insistiendo, hasta que me arte. La tomé de ambas muñecas y la estampe contra la pared. Gracias al impacto y a la fria pared, soltó un pequeño gemido de dolor. Ella se río insistentemente y luego mordió su labio inferior.

— ¿Te enojarte Ruggerito? - Sonriendo -

— Si sigues así, voy a pretender que ya no existes. Creo que te lo dejé muy claro en el pasillo.

Entonces, sus sonrisa desapareció. Su cabecita de apoco fue bajando, estaba temblando y parecía que estaba llorando. Solte con cuidado sus muñecas y ella se acercó a mi. Sin darme cuenta, ella ya me estaba abrazando.

— Solo por este día, ¿Si? - Susurro apenas audible -

— Esta bien. Pero esta será la última vez que hacemos esto y no quiero que se lo digas a nadie, ¿Okey? - Ella sonrió y asintió con la cabeza -

Como yo ya estaba limpio, me dispuse a bañarla a ella. Empecé a limpiar su cabello, el cual era extremadamente suave y sedoso. En algunos momentos se me enredaba en los dedos, pero luego lo desenredaba con delicadeza.

Con cuidado fui bajando hasta su cintura, limpiando cada parte de ella. Al principio era raro, pero luego lo empezaba a disfrutar, al igual que ella. En algunos momentos, se le escapaba uno que otro gemido de parte de ella. Cuando ya había terminado, entre ambos empezamos a mojarnos, debajo de la ducha.

Con sus pequeñas manos, tomó mi rostro y lo hacerco al suyo. Sus mejillas estaban totalmente rojas y sus labios estaban mojados por culpa de la ducha. Puse mis manos en su cintura y la pegue a mi cuerpo. De apoco fuimos juntando nuestros labios, besando nos una y otra vez entrecortado.

Sentir sus labios mojados contra los míos, me hacían desearla aún más. El odio que antes le tenía, parecía que había desvanecido, haciendo que el amor manejara la situación. Siendo honesto extraño besarla, abrazarla y tocar cada parte de su cuerpo.

De apoco mis besos fueron bajando hasta su cuello, depositando besos húmedos y chupetones marcados. Sus manos se posaron en mis rulos, enredando los entre sus dedos. Podía oír sus pequeños y susurrantes gemidos, que me hacían estremecer.

Quería seguir, pero los recuerdos empezaron a surgir. Recordé todo lo que me había dicho aquel día en su cuarto, encerrados. A la vez era culpa de Karol, por ilusionarme y romper la confianza que tenía en ella. Pero a la vez, era culpa mía, yo había cerrado la puerta con traba, yo había insistido y yo le había creído. Fue culpa de ambos y eso no lo negaré.

Eramos muy jóvenes en ese momento para saber que era el amor. Eramos pequeños e idiotas, pero todo lo que sentía por Karol, era cierto. Yo me había enamorado locamente de ella, de su sonrisa, de sus ojos, de su torpeza y de su locura. Yo me había enamorado de aquella niña que ahora era toda una mujer y que no ha cambiado durante estos ocho largos años.

♡𝗠𝕀 𝗡𝕀𝗡𝔸 𝗟𝕆𝗖𝔸 𝗘 𝕀𝗡𝕊𝗢ℙ𝗢ℝ𝗧𝔸𝗕𝕃𝗘♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora