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- ¿Estoy loco por extrañarlo?

Jeongin llevaba toda una semana oyendo los lamentos de su mejor amigo, y a pesar de que ya estuviese un poco harto, no podía hacer nada más que escuchar atentamente.

Jisung había hecho lo mismo por él, más veces de las que le gustaría admitir, por lo que no tenía otra opción que soportarlo.

- Claro que no Sunggie - Palmeó sus muslos, indicándole al mayor que se recostara en ellos. - Estuvieron juntos por demasiado tiempo, es normal que lo extrañes, pero...

- Pero...

- ¿Solo lo extrañas, o quieres volver con él?

La pregunta lo dejo mudo.

Si le fuese preguntado si aún lo amaba, respondería sin dudar que sí, pero ¿Volver con él?, No está seguro si podría. - Yo... solo quisiera que no lo hubiese hecho.

• • •

Changbin nunca había visto a Minho así, su estado era peor que lamentable.

Desde que entró a la gran casa, aún si fuera de dos plantas, podía percibir el olor a alcohol que venía desde el piso de arriba.

Subió lentamente, haciéndose una idea de la imagen con la que se encontraría.

Respiro aliviado cuando vio que su amigo aun estaba vivo.

La barba de varios días lo hacían ver aún más descuidado y se preguntó cuándo fue la última vez que había tomado un baño decente.

Se acercó al cuerpo dormido y lo acomodó mejor en la cama. Después, pacientemente comenzó a recoger las botellas vacías regadas por la habitación, y busco una escoba para recoger los cristales de alguna de ellas que quizá terminó contra la pared.

No fue hasta casi las cuatro de la tarde, que Lee dió señales de vida.

Solo un boxer cubría su cuerpo cuando entro a la cocina, con la única intención de conseguir alguna cerveza o cualquier cosa que contuviera alcohol.

- ¿Hace cuánto estás aquí?

- Hey, estoy exelente, gracias por preguntar amigo - Habló sarcástico el pelinegro, mientras terminaba de servir dos platos de ramen. - No digas nada, es lo único que se preparar.

- Es instantáneo, ya está preparado.

- Cállate Lee - Bufó con fingida molestia.

El mayor obedeció, sin ánimos de contradecir a su amigo y se sentó frente al humeante tazón.

Comieron en silencio, con el sonido de los palillos llenando el lugar.

Seo fue el primero en terminar, y vió su oportunidad para darle el recado que su esposo, o más bien, futuro exesposo le había enviado. - Ehh... Tú...ya sabes... cómo...¿Cómo estás llevándolo?

- ¿De verdad lo preguntas?, Creo que mi habitación te dió una idea, y por cierto, gracias por limpiar todo, no debías hacerlo - Sonrió leve.

- No hay problema, solo espero que hagas lo mismo por mi si algún día Lix me deja - Le resto importancia, y tomo una larga respiración, armandose de valor para decirle aquello. - Yo...yo ví a Jisung ayer - Susurró con la mirada fija en el florero en medio de la mesa.

Un silencio sepulcral se instalo en el comedor. Levantó la vista, y Minho tenía el puño cerrado con los palillos entre sus palmas, la mirada fija en él y la respiración acelerada.

7 things | MinSung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora