Suga

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Sus ojos me analizaban y la expresión de los mismos había cambiado, ahora había dibujado dulzura en los mismos.

- Tn -pronuncié tras tocar su rostro.

- ¿Cómo pude olvidarte? -sus ojos se llenaron de lágrimas y antes de que pudiera decir o hacer algo más, comenzó a reír.

- ¿Recordaste? -sonreí

- Te recuerdo, mi rey -tocó mi mano con gentileza y me abrazó con fuerza-. Tenía miedo de no poder volver a verte.

- Eso jamás pasará. Te lo prometí, dije que regresaría a por ti

- Pero ellos también, regresaron. Ser una carmesí es un lastre. Podrías convertirme

- No, ya hablamos de eso en el pasado. No quiero que dejes de ser humana.

- Pero... Entonces ellos volverán a por mi y....

- ¿Y? - me incorporé y ayudé a levantarse.

- Esa chica, la que murió a causa de nuestro descuido, la he visto antes.

- ¿Qué? ¿Dónde? - preguntó

- En la mente de Junkook.

- Así que ellos ya estaban aquí desde ese momento. Me preguntó si ha sido coincidencia

- No lo sé, pero era su enamoradada.

- Entonces, no hay mucho que hacer, debes guardarlo en secreto.

- Está bien

- No te atrevas a pensar en otro hombre -dije tras saber que se lo estaba planteando y por ende estaba pensando en jk.

La tomé con gentileza pero no pude evitar dirigirme hacia su cuello. Mis labios besaban el mismo con gentileza, sin embargo, una parte de mí deseaba beber su sangre.

- Me haces cosquillas - rio

- Sigues siendo igual de pura que en aquel entonces. ¿Acaso alguien como yo puede merecerte?

Tomó mi rostro y lo acarició con gentileza como si fuera alguien preciado para ella.

- Ser vampiro es solo un estado, una especie de otras tantas existentes. Siempre me importó tu corazón - vino hacia a mí y me besó con dulzura.

- Aléjate de mi hermana - sentí como alguien la arrebatan a de mí, con tan mala suerte de que rasgué su labio y un poco de su sangre entró en mi boca, provocando que enloqueceria.

La sangre carmesí estaba actuando y estaba provocando que me volviera loco, que dejará mi parte más humana para alimentarme de ella y si eso pasaba, todo mi ser estaría envenenado hasta el punto de que moriría.

- Maldito vampiro - mis ojos fueron hacia ella, sus palpitaciones estaban altas, y su sangre se movía a gran velocidad

- Suga - dijo ella mientras que intentaba llegar hasta a mi.

- Hermana - namjoon se quedó sorprendido ante la forma de actuar de su hermana, sin embargo sólo podía pensar en que la tendría a mi merced listo para tomar su sangre.

-Tae - gritó Jimin tras abalanzarse sobre TN y arrebatarmela.

- Jimin- dijo ella mientras que Tae me llevaba al interior de la casa, más concretamente al sótano.

-¿Dónde está la sangre carmesí? - grité.

- Ella está arriba a salvo de tus garras. Primero tranquilizate y después podrás ver a Tn. Ha recuperado sus memorias, ¿sabes lo que ha hecho?

- ¿El qué?

-Ha arrancado una de mis flores y me ha dicho. Buen día, Jimin. Maldita niña, la debí poner en vereda hace unos cuantos años atrás.

En ese momento reí ante su comportamiento y debía de admitir que estaba volviendo a mis cabales, pero aún, no podía verla por esa razón estaría bajo esas rejas. Al menos, por esa noche no podía verla.

No sabía el tiempo que había pasado desde qje estaba encerrado, pero deseaba verla y saber que estaba pasando en la casa, y sobre todo si ese jk se había acercado a él.

Escuché la puerta del sótano, por lo que me incorporé y miré hacia esa dirección.

- Tn, ¿qué haces aquí?

- He venido a verte. Jimin sigue dejando las llaves en el mismo lugar.

Tenía miedo de que se acercará a mí, pero cuando tocó mi rostro, supe que no la haría daño.

- Lo siento. Encima que irrumpimos en tu casa. Eres tú el que acaba herido.

-Por ti, es lo menos que puedo hacer.

- Entonces, me quedaré a tu lado hasta que el miedo de hacerme daño, cese. - se sentó al otro lado de la verja, apoyo su espalda en la pared, por lo que la imité.

Posó su mano en el suelo, por lo que sin pensarlo, acabé tomando su mano y ella, no tardó en entrelazar sus dedos con los míos.

-Suga, quiero saber más de ti. Quiero saber esas cosas que de niña no me contabas.

- No hay nada que debas saber.

- Hay algo, que implica realmente ser una carmesí. Soy el deseo de todo vampiro y un arma para los lobos.

- No es tan así, solo eres un arma si vas en contra de mí, pero para que eso funcione, tendría que beber tu sangre

- ¿Qué pasa si la tomas?

- Jamás tomé sangre de una carmesí, es por eso que las dábamos caza. Lo único que sé es que es como el veneno y que podría morir. Esa es la razón por la que es tan dulce, tanto como el néctar.

- Entonces, bajo ninguna circunstancia puedes tomar mi sangre, jamás.

- Tampoco deseo tomarla.

- Mejor porque ni iba a dártela. Es lo único que no puedes tener de mí. ¿Lo entiendes?

-Lo entiendo - no pude evitar sonreír ante sus palabras, ya que sin darse cuenta, se había confesado.

Dejando en claro que podría tener absolutamente todo de ella, su cuerpo, su alma, pero jamás su sangre y la realidad era que me parecía un trato justo porque como humano, jamás deseé tener la sangre de nadie, mientras que ahora era todo cuanto deseaba, por lo que por un segundo me hizo volver a recordar esos momentos.

- Sé que deberías irte pero deseo que te quedes por esta noche a mi lado.

- Me quedaré, incluso si después soy regañada por Tae.

- ¿Que hay de Jimin?

- Me castigó. Por una semana tengo que encargarme del jardín.

- De nuevo esos castigos - reí

-Es como si no hubiera pasado el tiempo. Me alegra haber regresado a tu lado.

Acaricié su mano con gentileza mientras que hablábamos de un montón de cosas y mientras que me ponía al día de su vida, sin embargo, en el transcurro de la noche, se quedó dormida, así que simplemente esperé el alma y a que despertara mientras que mi mano seguía aferrada a ella, porque esta vez, no estaba dispuesto a soltarla

El poder de las tinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora