Suga

110 17 2
                                    

Mis ojos estaban aún puestos en ella y no podía negar el hecho de que cada cosa que recordaba era un halo de esperanza que aparecía.

- Es una buena pregunta pero tu misma deberías de obtener la respuesta. Te estaré esperando. - mis ojos se posaron en Jungkook por un segundo y después me marché de allí.

- Hermano. - Jimin se había acercado rápidamente. Lo miré y después seguí caminando hacia mi cuarto.

- Ella regresará

- No estoy seguro. Tiene a ese chico enlazado a ella. ¿Cómo pudo hacer algo como eso? - expresé furioso.

- Será su propia perdición. - añadió Tae.

- No estoy tan seguro de eso. Conozco a Tn y posiblemente perdone absoltamente cada uno de sus pecados. Maldita sea, ella debía de regresar a mi. - golpeé algo de mala gana y chocó contra la pared del cuarto.

- Ella lo hará, no puede olvidar todo lo que vivió aquí.

- ¿Olvidas que borramos parte de ellos? Pero jamás pensé que con eso borraría mi esencia de ella. La quiero de vuelta, ella es mía.

- Hermano, ¿Piensas matarla ahora que ya no es una niña? - a veces me preguntaba si de verdad entendía algo de lo que realmente hice con Tn.

- ¿Matarla? Dime hermano, ¿Debería de matarte a ti? Pues lo mismo va para ella. - expresé.

- ¿Crees que ese tal Jungkook tiene un plan con ella? - preguntó Jimin

- Lo desconozco pero si quieres averiguarlo entonces no te separes de ella. Quiero estar al tanto de todo y ahora salir de aquí. Quiero estar solo. - salieron rápidamente cuando apoyé mi mano en aquel escritorio.

- "Suga. Suga. - una pequeña niña de apenas seis años estaba golpeándome con gentileza.

- Cállate y piérdete por ahí. - expresé molesto.

- Quiero jugar contigo. Venga es de día.

- Odio el día. El sol nos hace daño a los ojos y nos hace más débiles. ¿Cuántas veces tengo que decírtelo? Ve a jugar sola por ahí.

- Tn, quiere jugar con Suga. - en ese momento sacó una flor detrás de ella y después me la tendió, era del jardín. Una orquídea, por lo que simplemente la agarre y la observé.

- Se de alguien que te va a matar, pero ¿Por qué me regalas esto? - pregunté.

- Significa gracias por salvarme y recogerme.

- Pequeña sangre carmesí. Eres consciente de que nosotros matamos a tu familia y que no somos humanos. ¿Verdad?

- ¿Quién arrancó una de mis bellas orquídeas? - Jimin entró furioso por lo que rápidamente comencé a reír ante la actuación de Tn.

Había agarrado la flor y después la había escondido detrás de nosotros, mientras que llevaba su dedo índice a sus labios y ese día me di cuenta de que no quería dejarla marchar, porque pese a saber que era la reencarnación carmesí, había algo en mi que pedía que la protegiera y tal vez, debía de dar gracias a esa sangre, pues no deseaba beberla, no deseaba hacerla daño.

Aunque se suponía que en un origen fue creada para atraerme y para matarme pues para el resto de los vampiros su sangre era como una droga, pero para mí era mi propia muerte y destrucción, era veneno.

- No lo sé. ¿Qué haces en mi cuarto? - en ese momento sus ojos de dirigieron hacia Tn, quien permanecía en silencio.

- Tú, mocosa. ¿No sabes nada? - preguntó.

- Fue ese vampiro malo, Tae. Seguro que es un asesino de flores también. - en ese momento comencé a reír.

- Mocosa, como te atreves a incriminate de un crimen que no cometí. - me preguntaba si era consciente de que le habíamos arrebato a su familia o aún no lo había logrado procesar.

- Suga. - se movió rápidamente hacia a mí. Me abrazó, dejando al descubierto la orquídea.

- Así que la ladrona eras tú. - Tae agarró aquella flor, dispuesto a romperla.

- Es mi regalo para Suga. - al ver que la iba a romper se precipitó a él, cuando Jimin vino rápidamente.

- La próxima vez regálale algo tuyo. - expreso furioso.

- Venga, ni siquiera es consciente de que somos vampiros. Dejarla en paz.

- Estás realmente raro, hermano. - expresó Tae

- Hablemos después. Tn, quería enseñarme algo. - y claro que lo estaba pero no podía más que protegerla, ¿Por qué? Un misterio que aún no había logrado resolver.

- Suga, Suga. Vamos. - corría por el jardín con libertad y por un segundo sentí que no era tan malo. Que en ese mundo en el que siempre había estado lleno de destrucción y caos, podía haber alguien como ella.

- Tn. Acércate. - pronuncié, por lo que rápidamente se acercó. - ¿Por qué quieres enseñarme todo eso? Es mi casa y la conozco.

- Pero Suga siempre sale de noche y se pierde lo maravilloso del día.

- Somos vampiros. ¿Sabes lo que significa eso? - pregunté

- Hmm... Escuché a papá y mamá hablar de ellos.

- ¿Y que decían?

- Que no podía acercarme. Que eran peligrosos.

- Entonces, ¿Por qué desobedeces a tus padres? - pregunté

- Suga es diferente.

- ¿Por qué?

- Porque me salvó y me cuido. Papá y mamá ya no pueden hacerlo. Así que, Tn, se quedará cerca de Suga para siempre.

- ¿Para siempre? - reí.

- Para siempre. - sonrió por lo que por un segundo sentí que había atrapado aquella soledad que habitaba en mí "

El poder de las tinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora