Hoseok

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- ¿Que se supone que debenls hacer ahora? Sabe todo de nosotros. - expresó mi hermano Jin

- Algo lógico cuando él, es el rey de los vampiros. - añadió Nam

- ¿Desde cuando tenemos algo coml rey de los demonio? - interrumpí

- No te preocupes tanto cazador. Te salvaré cuando estés en peligro. - en ese momento mi hermano dibujó una pequeña mueca en su semblante.

- ¿Crees que esto es una broma? Quiero salvar a mi hermana. - gritó. Sin duda, era normal aquel enfado.

- Así que tu hermana. - en ese momento Jin sacó un papel, uno que dejaba entrever, que él, no tenía hermanas y que Tn, no pertenecía a su familia.

- ¿Cómo has conseguido eso? - parecía un tanto asustado ante aquello, ante la posibilidad de que Tn quedara expuesta ante nosotros, unos vampiros.

- Tengo mis contactos, pero eso, no Importa. Quieres protegerla y nosotros también. Además, tengo a dos idiotas que quieren involucrarse con ella y para colmo uno de ellos está vinculado como ya dije una vez. Así que quiero protegerla, pero entonces cuéntanos toda la verdad. ¿Quién es Tn?

- Es cierto que no es mi hermana, pero ella sí se crío en este lugar. Mi familia y yo, nos mudamos hace mucho tiempo y cuando lo hicimos, nos encontramos con una niña, alguien perdida, pero la realidad era muy diferente.

- ¿Qué pasó? - interrumpí

- Su familia, había sido masacrada por vampiros y ella se quedó sola.

- ¿Suga? - añadió Jin

- No lo sé, ella jamás dijo algo negativo sobre él, de hecho, decía que ese tal Suga era su amigo, que no le haría daño. Por eso, no puedo asegurarte que no fuera él, pero lo único que puedo decir es que ella no lo odiaba.

- Eso si que es raro. - expresé

- No tanto, él habló como si tuvieran algo, una historia del pasado. - añadió Jin.

- Esta es la historia, pero desconozco lo que pasó. Lo único de lo que estoy seguro es de que ese chico la hizo regresar. ¿Cómo? Lo desconozco.

- Existe algo llamado persuasión, cazador.

- Lo sé, pero algo me dice que no la obligó a volver y tampoco le hizo olvidar su existencia o al menos no del todo. Debió de ser otra cosa.

- Supongo que solo ella tiene esa respuesta. Por ahora solo vayamos a casa. Prometo cuidarte bien, cazador. - tocó su cuello con suavidad cuando él reaccionó un tanto agresivo.

- No tengo tiempo para tus juegos.

- Venga, no seas tan arisco. Dicen que de vez en cuando hay que desestresarme y yo te ofrezco un método totalmente eficaz.

- Me voy antes de que me den ganas de vomitar de solo veros tan acaramelados.

- Hermano dilo bien, quieres asegurarte de que nuestro hermano no te robe a tu chica. Además, del hecho de que eres el único que no tiene pretendiente. ¿Es eso lo que te molesta? - mostró una pequeña mueca por lo que me molesté.

- ¿De verdad crees que me puede molestar eso? - en ese momento pensé  en ella, en mi persona amada del pasado, en

Ni siquiera me paré a llevarme el coche, simplemente corrí por aquellas calles, me introduje en el bosque y después corrí rápidamente hacia la casa. Todo era silencio, pero tras escuchar un ruido en mibcueñarto subí rápidamente cuando la vi a Tn, paralizada, en shock por algo.

- ¿Que haces? - expresó mi hermano, Jk tras sentir mis manos en su ropa y a su vez, tras golpearlo contra el armario.

- ¿Qué la has hecho? - expresé furioso.

- Nada.

- Se quedó como en trance. - expresé

- Lo sé, la llevo un rato observando, pero es como digo. No sé qué la pasa.
TN. - fui hacia ella cuando sus ojos me miraron, fieros pero a la vez, podía leer un sentimiento nuevo, añoranza tal vez o tal vez era otra cosa.

Desde luego, no lograba descifrar aquel sentimiento, no al menos hasta que de sus ojos se deslizó una lágrima.

- Dijiste que no la habías hecho nada.

- Suga y yo....

- ¿Suga y tú? - preguntó Jk tras ir hacia ella, de hecho, fue tan rápido que me costaba creer que pudiera reaccionar de esa manera, tan preocupado, tan indefenso.

- Nos conocimos cuando era una niña. Él y yo somos amigos, bueno no.... En realidad tenemos una promesa.

- ¿De qué estás hablando? - Jk parecía estar molesto por aquel hecho, mientras que yo solo podía pensar en que aquello era lo menos que podía pasar realmente y mucho más después de saber parte de la historia.

- Una promesa que hice cuando era niña. Una, que tal vez, deba cumplir.

- Ahora estás vinculada a mí. No necesitas cumplir ninguna promesa. Tú.... Tú eres mía. - en ese momento su rostro cambió completamente.

- ¿Tuya? Ni siquiera preguntaste cuando hiciste aquel vínculo. Y si... Y si yo quiero estar con él. ¿Lo has pensado? - gritó.

- No, y tampoco quiero pensarlo, porque no dejaré que te acerques a él, pude verlo, él no te quiere para algo limpio.

- ¿Y tú? ¿Tú me quieres para algo bueno? No confío en ti, en tus intenciones, en tu persona.... Pues todo lo que vi de ti, fue muerte. 

Hola, siento no haber escrito tanto en esta historia. Muchas gracias por leerlo y espero que os guste ❤️❤️

El poder de las tinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora