Hoseok

381 38 2
                                    

"Vampiro" una palabra odiada, una palabra que solo deseaba escuchar en libros, en televisión o en historietas antiguas, pero aquello no era más que un deseo, pues la realidad, es que yo era ese ser, esa criatura macabra que mataba o más bien que sentía la necesidad de matar por un poco de sangre.

Sin duda me gustaría ser como ese vampiro resplandeciente que se intentaba quitar la vida o tal vez ese vampiro que se seca hasta la muerte, pero no podía, quería seguir viviendo y aunque sentía culpa por matar, para mi mente matar a un animal no era un pecado tan atroz como el de matar a un ser humano, aquella especie de la que provine y de la que jamás deseé dejar de pertenecer. 

Había regresado al pueblo, tal vez, solo quería pasear normal como todas aquellas personas, pero sin pensarlo, mis ojos se desviaron hacia una casa. Una chica estaba metiendo cosas dentro de la casa y cerca de ella había un chico, por lo que podía escuchar no eran pareja, por lo que apostaba que eran familia, aunque no tuvieran demasiado parecido entre sí. 

Por un segundo miré a aquella chica, y por alguna razón mi hambre apareció, ni siquiera sabía porque mi sed de sangre estaba reaccionando a ella, porque en mi pensamiento apareció la idea de matarla y de saciarme con aquella sangre que parecía exquisita.

- Tengo que irme. - agaché la cabeza al sentir que mis colmillos se habían asomado, fue ahí cuando vi a un pequeño conejo blanco, sin duda era mi salvación, pues aquel animalillo me saciaría aquella sed irrefrenable.

Al ver que se acercaba a la calzada, me moví rápidamente hacia él, lo agarré entre mis manos y rápidamente me sacié con su sangre, sin duda lo sentía por él, pero debía hacerlo, pues de no hacerlo, mi víctima sería un humano y aquello era algo que no podía permitirme, pues no deseaba ser como mi hermano Jin, no deseaba terminar con su cabeza entre mis manos.

Dejé a aquel animal allí al ver que alguien se aproximaba por lo que hui rápidamente de allí, me adentré en el bosque y después fui hacia la casa.

- ¿Qué tal estuvieron hoy las ratas? No me digas, conseguiste algo más fuerte. ¿Un conejo? - 

- Cállate. - sin duda estaba cabreado, pues por alguna razón me había descontrolado y había cobrado la vida de aquel conejo, sin duda era algo de lo que me alimentaría después, pero no en plena calle, no como un animal salvaje. 

- Venga vamos, nos acabamos de reunir después de tanto tiempo, al menos dejarme divertirme un rato.

- Esto no es divertido. - desde luego que no lo era, para mi era una tortura, pero para él entendía que fuera de aquella manera, pues podía manejarlo, pues podía decidir si quería seguir bebiendo sangre de su víctima, si deseaba matarla o dejarla con vida, mientras que nosotros no podíamos hacer aquella elección. 

- Disfruta la vida, porque solo es una y eso que nosotros tenemos más tiempo.

- ¿Por que no te vas a ligar con una chica del pueblo? - no quería verlo, o tenerlo cerca en ese momento por lo que básicamente le invité a marcharse.

- Debería, me apetece tomar sangre. 

- Jin, ¿Te apuntas? - mostró una mueca cuando lo rechazó de lleno.

- Solo me alimento de bolsas.

- Por favor, sois la deshonra del mundo sobrenatural. - después de aquellas palabras se marchó de la casa, por lo que miré a Jin.

- Lo sé, no hace falta que digas nada.

- Realmente me gustaría que estas cosas no pasaran. - pronuncié tras tomar un poco de alcohol.

- Es raro verte tomar desde la mañana. ¿Pasó algo? 

- Casi me descontrolo, una humana... por alguna razón, su aroma era espléndido y casi me decido a matarla.

- Sin duda eso es algo que Jungkook jamás entenderá. - pronunció tras mirarme.

- Claro que no, él tiene todo lo bueno. No siente culpa y para colmo incluso puede tener relaciones. Hace cuanto que nosotros no nos permitimos acercarnos a humanos de esa manera y para que hablar de enamorarnos. 

- Hace demasiado tiempo hermano, pero no podemos culparle de nada, porque no es su culpa, es la nuestra por no saber controlarnos, por no poder ser lo que somos.

- Lo sé, pero por primera vez quisiera que alguien aceptará lo que soy.

- ¿No deberías de aceptarlo tu primero? - aquella pregunta me hizo darme cuenta de que tenía razón, si yo mismo me odiaba... ¿Cómo iba a amarme alguna humana?

- Lo has hecho buena, hermano. -  en ese momento ambos miramos a Jungkook. 

- ¿Qué se supone que he hecho? - pregunté.

- Ni siquiera te fijaste en que ese animalito, ese conejo que te comiste, tenía dueño y ahora esta en el bosque enterrándolo y llorando. Qué cruel, al menos yo me hubiera alimentado de ella, porque para  que engañarme, presiento que su sangre es deliciosa.

En ese momento pensé nuevamente en aquella humana, en la misma por la que me había sentido tentado y sin duda, me estaba sintiendo culpable por matar a su mascota. 

- No lo sabía. 

- Venga ya. ¿Vas a ponerte triste por un conejo? Eres un vampiro, un depredador, un asesino. Maldita sea. - después de aquello se marchó a la planta de arriaba.

- ¿A dónde vas? - preguntó Jin.

- A hacer algo con esta culpa, ella es la humana de la que te hablé. - me marché rápidamente, pero antes agarré algunas flores del bosque, las até y después me dirigí hacia su casa. 

- Hola. - en ese momento alcé mis ojos hacia aquella chica, no solo su aroma era tentador, sino que era realmente hermosa.

- Hola, esto me llamo J-hope. 

- Soy Tn y este es mi hermano Nam. - se giró por lo que vi a su hermano. - ¿Qué haces aquí? 

- Te espero dentro, no tardes que me muero de hambre.

- Ibais a comer. - pronuncié tras pensar aún en aquel conejo.

- No te preocupes, ¿Para quién son esas flores? - preguntó antes de mirarme a los ojos.

- Bueno, son para ti. La verdad es que me enteré que alguien venía al pueblo, por lo que pensé en darte la bienvenida. - no me atreví a decir algo al respecto por lo que me inventé aquella excusa barata.

- Ya veo, en realidad no somos nuevos en el pueblo, nos mudamos hará unos siete años. - expresé.

- Nosotros llegamos hace tres, así que supongo que es nuestra primera vez viéndonos.

- Supongo que sí. - sin duda era bastante agradable y por alguna razón quería acercarme a ella, era como si hubiera algo más allá de la sed de sangre.

- Bueno, solo quería saludar. - le tendí y después me fui rápidamente pues pude sentir como estaba llegando a mi límite y sin duda aquel límite era uno al que no deseaba tentar.

- ¿Fuiste a verla? - preguntó Jin tras verme en el salón.

- Sí y realmente siento algo extraño. - pronuncié.

- ¿Extraño como qué? - preguntó al instante.

- No sé porque, pero por alguna razón quiero acercarme a ella, pese al hambre y la sed que tengo cuando la veo, hay algo que me dice que no me aleje, sino que me acerque.

Gracias por leer, espero que os esté gustando💜💜💜







El poder de las tinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora