C-15 Epílogo

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Era un día atareado, al menos para él. Tenía que sacarle fotos a las esculturas de el museo de la cuidad en la que era nuevo. Borja era estudiante de fotografía, se había mudado hace algunas semanas hasta un pequeño pueblo lejos de su antiguo hogar porque la mejor universidad de dicho pueblo le había ofrecido una beca completa por su maravilloso trabajo como fotógrafo. Se emocionó al oír que la cuidad tenía un museo lleno de esculturas de los dioses y de muchas otras historias que bien conocía, como la de ángeles caídos o la del baile del día y la noche. Le resultaba curioso, por algún motivo.

Quería sacarle algunas fotos artísticas a las esculturas y basarse en eso para un proyecto personal que quría realizar, por ello tenía que ir si o si a esa exhibición. Tomó el metro, pues aunque tenía ganas de llegar rápido, tampoco tenía prisa ni estaba ansioso, se sentó en uno de los asientos disponibles y observó bien el panorama, no hubo nada que llamase su atención hasta que puso sus ojos en la gorra verde pasto con una pequeña insignia dorada que marcaba la letra "W". Quién la cargaba puesta tenía un gran periódico cubriendo su rostro, se quedó mirándole con la esperanza de que descubriera su cara, pero no lo hizo y el tren ya se había detenido. Era hora de seguir su trayecto.

Caminaba por las calles de la cuidad con un folleto en sus manos, deseando no haberse equivocado de camino, eso sería un tragedia para él y para su cámara. Aumentó la velocidad en el paso, las calles y las tiendas se le hacían tan familiares, tenía viviendo solo algunas semanas aquí, pero desde que llegó se sintió como si hubiera estado allí antes.

Todos sus pensamientos se disolvieron al notar la gran edificación de estilo arquitectónico neoclásico. Quedó sin aire al presenciar la magnitud del edificio, era enorme, nunca había visto un museo así de grande, ni el las ciudades grandes y lujosas en las que había estado por trabajo. Alguien pasó por su lado captando su atención, era un chico de vestimentas verdes, cabellos blancos y...la gorra verde de antes, al verlo sus latidos fueron más rápidos y sintió calor en el rostro sin explicación.

Entró finalmente al edificio observando cada detalle de este, desde las pinturas, hasta las esculturas y las cosas raras que mostraban en el arte moderno. Había tanto por ver, pero hoy su día se centraba en ver las esculturas que tanto deseaba detallar. Caminó a paso calmado por el pasillo que daba hasta la sección de exhibición de esculturas, y cuando llegó quedó perplejo al ver tantas obras esculpidas algunas en yeso y otras en basalto, algunas otras en mármol blanco, otras en cuarzo.

La primera que captó su atención, fue la que reconoció inmediatamente como baile del día y la noche. Esa historia hacía que su pecho se contrajera y sus ojos se llenasen de lágrimas, pero no sabía si era por la melancolía de la historia o por la injusticia de la misma. Al ver más allá de las esculturas talladas en yeso blanco y basalto negro, pudo ver a un chico alto de cabellos blancos, era el de la gorra verde, que vestía con camiseta amarilla y una chaqueta verde, con jeans y tenis. Era atractivo, pensó.

Le restó importancia, y fue hasta la escultura que ansiaba ver, la escultura de los ángeles caídos, la cual trataba de una figura tallada en mármol blanco de un ángel con la piel agrietada, su expresión reflejaba el dolor y sus dedos estaban rosando con los de otra figura, también era un ángel; el ángel caído, el cual lo tallaron con basalto negro, y con las alas rotas y una flecha atravesando su corazón. La historia contaba que al igual que la escultura del baile del día y la noche, estas dos entes también tuvieron un amor prohibido, pero cuando estaban por castigarlos a los dos, el demonio mitad ángel protegió a su ángel amado, salvandole de la muerte por condena.


Hoy quería estar calmado, había tenido problemas para conciliar el sueño desde hace unas semanas, algo lo mantenía inquieto, algo lo llamaba, pero no sabía el qué. Deseaba despejarse, buscar inspiración para nuevas obras, o alguna luz que pudiera darle una idea. Oyó de algunas personas del pueblo que habría una exhibición de esculturas e historias sobre los dioses, le gustaban mucho esas historias, las tantas historias sobre los ángeles le llamaban mucho la atención, en particular la de el ángel caído o ángel de alas negras, era su favorita.

Salió de su departamento decidido a ir al museo del pueblo, ya había ido algunas veces, también tenía una obra en la exhibición de arte contemporáneo de la cual estaba orgulloso. Guillermo era un artista promedio, poco reconocido pero con mucho talento y toda una carrera artística por delante si se esmeraba más.
Tomó el metro, no tenía prisa y así también podía leer el periódico que había comprado de camino. Al sentarse en dicho transporte sintió como su ritmo cardíaco se incrementó notablemente, no comprendía muy bien lo que pasaba, su estado físico era bueno y no había hecho ningún movimiento brusco, era extraño, pero lo ignoró y se dedicó a leer se periódico.

Al cabo de unos minutos sintió una mirada, pero no sé atrevió a bajar el periódico y mirar si alguien lo estaba viendo, ya que podría ser cualquiera y luego no vería a ese alguien otra vez. El tren se detuvo dando fin a su viaje y rápidamente salió yendo direccionado hasta el gran museo de Karmaland. Una vez llegó pudo divisar como una figura masculina apreciaba el entorno que envolvía la edificación, le pareció curioso y le pareció aún más que su corazón volviera a latir rápidamente mientras el calor subía a su rostro. Negó rápidamente y pasó por un lado de susodicho para poder entrar al edificio.

Buscó por el pasillo la sección de exhibición de esculturas y cuando dió con ella, sonrió en grande y se emocionó al ver tantas obras esculpidas en tan diversos materiales. Caminó entre estas prestando suma atención, y se detuvo en la escultura llamada "Baile del día y la noche" La escultura tallada en yeso blanco le daba forma a la hermosa mujer angelical que sostenía al demonio tallado en basalto del hombro y de la mano, como si estuvieran realizando una pieza de baile. Willy había leído sobre ellos, decían que era un amor prohibido entre una ángel y un demonio, que resultó en caos y dolor.

De reojo vio cómo algunas personas entraban a la sección de exhibición, entre esas personas vio al que reconoció como el chico que estaba parado sin hacer nada en la entrada del museo, cargaba una cámara sostenida con una cinta al rededor de su cuello, tenía cabello castaño lacio y vestía con un hoodie negro y jeans casuales. Es atractivo, pensó el albino con un leve rubor sobre sus mejillas y otra vez con el corazón latiendo fuerte. Rápidamente apartó la mirada y fue hasta otra escultura, su favorita; Ángeles caídos.

—¿Sabías que a Luzu le decían ángel de alas negras y no demonio, por salvar a su ángel amado?—Preguntó el desconocido que estaba parado junto a él, pero sin mirarlo, pues tenía sus ojos en la escultura—Soy Borja, por cierto.

—G-guillermo—tartamudeó en un intento de presentarse. El castaño lo miró con sus ojos bicolores, uno de color avellana y el otro de un celeste claro, y quedó paralizado al ver las hermosas esmeraldas del contrarío.

Ambos se quedaron observándose por largos ratos, hasta que una lágrima se hizo presente en los ojos del ojiesmeralda, haciendo que el castaño también soltara alguna y se preocupara por el desconocido.

"Te encontré, mi pequeño ángel"

•••

HolaAAaA. ¿Que si lloré? Pff, obvio. ¿A ustedes qué tal?

Espero les haya gustado, es cortito, pero es trabajo lindo que me sale del corasao.

Ojalá leernos en otra ocasión! UwU

Demons N' Angels [Luzurex]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora