Acompañada

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Quería hablar pero no podía, en su mente quedó claro, si ella seguía callada hasta su casa sus padres evitarían que tocase la biblioteca por un mes mínimamente y ella ya no podía soportarlo, su pasión, su alivio, su alegría, todo estaba en esos libros y aunque no tenía la fuerza para describir o expresar sus sentimientos.

En un momento ella comenzó a correr bajo la lluvia en un momento en los que sus padres parecían despedirse de los maestros ella fue dando pasos tranquilos hasta que no pudieran verla y apenas supo que no la veían comenzó a correr cuanto más rápido mejor dando vueltas en las esquinas de cada calle para poder despistarlos, iba a toda velocidad.

Aún así el frío de la lluvia y el helado viento que la acompañaba sólo desgastaba a la muchacha, aún así corría como si lo hiciera con todo su ser.

En un momento ella sintió como el paso que dio no la dejo en un lugar firme, vio al suelo notando un desnivel en la vereda, al haber hecho un mal pasó perdió el equilibrio.

Ella no era lenta se dio cuenta de ello Y trato de evitar caer pero eso sólo logró que cayera de espaldas y antes del impacto cerró sus ojos.

Sentía dolor en su espalda pero también le dolía su cabeza, había sido una buena caída y estaba completamente aturdida aunque lo único que pasaba en su mente era el deseo de que se hubiese alejado suficiente para que nadie la siguiera y por suerte así parecia, aún no se recuperaba ni encontraba la fuerza para eso más allá de comenzar a llorar porque se sentía sola y desamparada, no tenía a nadie y estaba tirada en el suelo mientras las lágrimas caían por sus mejillas combinandose con las gotas de la lluvia.

El cielo era oscuro y sólo veía como las gotas se dirigían al suelo hasta que algo distinto se presentó ante ella, una cabeza de una persona que se había aproximado a ella, la extraña figura que la chica llena de lágrimas en los ojos apenas podía reconocer dejo salir una voz tranquila y algo nerviosa que dijo.

- ¿Estas bien?

La extraña chica luego vio a la figura elevarse para extenderle la mano, parecía que el chico se había puesto de rodillas para verla y apenas ella lo vio se puso indecisa, ¿Quién era esa persona? ¿Quería algo de ella? esas preguntas parecían dejarla incapaz de hacer nada.

Así paso medio minuto y el chico pensó que quizás estaba tan helada que apenas se podía mover, movió su mano hasta la de ella y comenzó a jalarla para levantarla, ella al sentir esto sintió como se elevaba y pensando que quizás podría caerse de nuevo reaccionó nerviosamente apoyandose de la mano del chico para levantarse.

Ambos quedaron frente a frente, era un joven de unos 20 años, no poseia ningún rasgo interesante en su rostro era simple y llevaba una vestimenta de una camisa de color azul, una chamarra de cuero negro, jeans azul oscuro, unos zapatos negros y cargaba una mochila que parecía quizás un poco grande.

Mientras veía esto ella sintió como la lluvia paro de golpear su cabeza de repente pero la lluvia seguía en curso, miró hacia arriba y noto como su cabeza estaba cubierta por un paraguas que el chico sostenía con su otra mano.

Ella no sabía qué decir pero algo le nació de su corazón  y fue una palabra simple.

- Gracias...

Lo dijo con un tono lento como si quisiera evitar cometer un error, eso nacido de su falta de experiencia y su excesiva imaginación que no controlaba y le hacía pensar en tanto cosas muy buenas como malas aunque últimamente la segunda habito más en su mente y pensamientos.

- De nada.

La voz del chico era tranquila y tenía un tono algo alegre entonces el chico repentinamente le entregó el paraguas.

DDLC (Proyecto Libitina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora