cuarenta y siete

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31 de octubre de 2010, flashback:

"No estaba planeando en disfrazarme, no" murmuró Harry en el teléfono "Estoy en tercero, ¿no soy demasiado mayor?"

"Harry Styles, estoy un último curso y me voy a disfrazar, idiota"

Harry se animó.

"¿De qué te vas a disfrazar?"

"Bueno, gracias por preguntar" su voz era tranquila "Voy a ser un plátano"

Harry se echó a reír.

"¿Enserio?"

"Sí. Y sabía que no ibas a comprarte un disfraz, así que me he encargado yo de comprarte uno"

Harry podía sentir la emoción en su pecho al pensar en Louis eligiendo un disfraz para él. Se preguntó qué sería.

"Estoy asustado" sonrió, agarrando el teléfono con más fuerza.

"Adiós Harry" Harry prácticamente podía escuchar a Louis sonreír, o tal vez hacer su sonrisa de sol.

Harry colgó el teléfono, lo bloqueó y se lo metió en el bolsillo. Estaba fuera, sentado en su porche delantero.

Era un día inusualmente cálido. Las hojas otoñales se arremolinaban a su alrededor en manchas de color naranja, rojo y marrón. Había un cuenco de semillas de calabaza junto a él, y luego otro cuenco de maíz dulce. Harry estaba feliz de que hiciera un día tan bueno ese Halloween.

Extendió la mano y le dio la vuelta a la calabaza que había tallado para que estuviera frente a él. Le encantaba lo que había hecho. Tenía dos ojos triangulares y una sonrisa torcida, junto con una nariz triangular. Había una pequeña vela encendida en su interior, lo que hacía que brillara en la noche cada vez más oscura. Aún no estaba del todo oscuro, todavía había un poco de luz y podía ver a los niños salir corriendo de sus casas, preparándose para una emocionante noche de truco o trato.

Olía a Halloween, y Harry inhaló. Su pantalón de chándal gris y su camiseta blanca le proporcionaban el calor suficiente para que se sintiera cómodo, por lo que estaba agradecido. Tenía que admitir que estaba un poco ansioso, esperando a que Louis viniera. Louis afirmó que pedir dulces cuando todavía había algo de luz era infantil y cobarde, así que dijo que iba a llegar más tarde. Le dijo a Harry que le guardara un puñado de dulces.

Harry esperaba que los niños escucharan su regla de una sola pieza por persona.

Sonrió suavemente cuando vio a un niño y una niña, probablemente hermano y hermana, que estaban corriendo. La niña iba de princesa y el niño tenía una sábana sobre la cabeza con dos agujeros para los ojos.

"¡Truco o trato!" gritaron al unísono, sosteniendo sus pequeñas bolsas de calabaza. Harry saludó a ambos y puso una barra de chocolate en cada una de sus bolsas abiertas.

"Divertíos" les gritó, viéndoles salir corriendo y suplicar en la casa de al lado.

Harry pensaba que Halloween era una fiesta rara, originalmente era una fiesta para adorar a diablos y demonios y cosas aterradoras que solo veía en películas de terror. Ahora, era solo una oportunidad para que los niños se vistieran como sus personajes favoritos de películas y consiguieran dulces gratis.

Se acordaba de cuando era pequeño, y siempre insistía en disfrazarse de Scooby Doo. Su madre se quejaba y le decía que tenía que probar algo nuevo, algo que no requiriera que usara el viejo y andrajoso disfraz que se dejaba en el ático todos los años. Pero no le hacía caso, solo se ponía el traje gastado y se ponía la nariz de Scooby Doo en la cabeza, que estaba a punto de caerse.

i sleep naked (l.s) españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora