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A la salida de la universidad, el grupo de amigos se encaminó hacia el departamento de Jimena y Fernanda para poder hablar de todo.

Joaquín les había contado todo lo que a Emilio ya le había dicho por lo que fue una plática sencilla con unas cuantas dudas. Para el resto de la tarde se la pasaron viendo películas y comiendo.

Emilio había quedado dormido sobre el pecho del castaño mientras lo abrazaba fuertemente por la cintura. Junto a Joaquín se encontraba Fera observando como el príncipe miraba con ojos brillantes a su mejor amigo.

– cuídalo – susurró

– con mi vida – devolvió de la misma forma el mayor

– de verdad, Joaquín, cuídalo. Sé que tienes demasiadas responsabilidades con tu país pero no abandones a Emilio, está comenzando a enamorarse de ti y me dolería tanto verlo sufrir.

– yo también me estoy enamorando de él, no te imaginas lo mucho que mi corazón se acelera cada vez que lo veo. Cuando me mira me da esa fuerza para seguir luchando por cambiar esa absurda Ley monárquica – el castaño acarició los suaves rizos del contrario

– ¿qué pasará si no puedes cambiarla? Me refiero... si todo sale mal y no regresas a México por él, ¿qué harás? – Fera en realidad estaba demasiado nerviosa

– dejaré España. Sé que no es lo ideal pero he encontrado a mi persona, no pienso dejarlo ir por nada.

Fernanda asintió con más tranquilidad y pudo recostarse en el sillón quedándose casi inmediatamente dormida. Joaquín suspiró con miedo, era verdad que buscaría a Emilio en caso de que todo saliera mal pero no podía evitar sentirse aterrado ante la idea de que lo obligasen a casarse y no poder volver a ver a su chico rizado.

Todos en la sala cayeron dormidos, Joaquín rodeando de forma protectora el cuerpo de Emilio y el último con la cara enterrada en el cuello del mayor.

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Para la mañana siguiente, ambos jóvenes se encontraban intentando despedirse con pequeños besos en los labios. No querían separarse pero tenían que ir a clases.

Al final Fernanda y Grecia terminaron separándolos para llevarlos a sus respectivas clases. Sus amigas simplemente se morían de ternura al verles ser tan cariñosos pero no podían dejar las responsabilidades de lado.

El teléfono del príncipe sonó antes de que pudiera entrar a clase y respondió inmediatamente al ver a su madre en el identificador.

– ¿si madre?

– cariño, hola, sólo quería saber si ya estabas listo para el viaje, mañana deberás salir temprano para llegar al anochecer – comentó

– sí, ya está todo listo – suspiró

– oye... todo saldrá bien – alentó la mujer y Joaquín asintió dudoso

– entraré a clase, te amo madre – se despidió y cuando su madre dijo un último adiós, cortó la llamada.

Toda la mañana no dejó de practicar las palabras con las que intentaría convencer al congreso, definitivamente no quería abandonar el puesto como único heredero pero tampoco quería separarse de la persona que comenzaba a convertirse en alguien esencial en su vida.

Quizás estaban yendo demasiado rápido pero no se sentía así cuando se miraban y sus corazones latían con fuerza, como si ya se hubieran conocido y estuvieran reencontrándose después de tanto tiempo.

Joaquín suspiró con cansancio pensando en todo lo que podía ganar o todo lo que perdería. No podía rendirse ahora, necesitaba buscar más información para convencer al congreso. Se dirigió a la biblioteca intentando buscar la sección de sociales. Una vez ahí se encargó de revistar cada título hasta encontrar lo que lo ayudaría a tener mejores argumentos.

"Historia de la comunidad lgbt"

Se prepararía con todo para poder cambiar aquellas mentes cerradas que creían que podían tratar a su comunidad como si fueran extraterrestres. Eran personas y como tal merecían respeto y un trato igualitario.

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– te voy a extrañar, ¿sabes? – Emilio se encontraba colgado del cuerpo de Joaquín, ambos en el departamento del último

– yo también, mucho pero me iré a intentar cambiar las cosas – una suave caricia en la mejilla del rizado fue suficiente para estremecerlo

– vas a ser un excelente rey.

Joaquín sonrió y se acercó para besarlo suavemente mientras ambos corazones volvían a acelerárseles. Sin duda esto lo haría intentar dar todo por cambiar las cosas.

Ambos acomodaron la maleta de Joaquín y, sin que el castaño se diera cuenta, Emilio había puesto una pequeña nota dentro de esta.

Se recostaron para ver unas cuantas películas antes de despedirse al día siguiente alrededor de las cinco de la mañana.
Emilio fue dejado en su casa mientras veía la camioneta negra y lujosa dirigirse al aeropuerto.

Joaquín bajó la maleta y comenzó a caminar junto a su guardia hacia una salida donde el avión privado enviado desde España lo esperaba. Se despidió del hombre que lo había dirigido y entró rápidamente hacia la puerta.

Una vez en el avión no pudo evitar sentirse aún más nervioso y ansioso por la situación. Seguía repasando sus palabras, los conocimientos obtenidos por aquél libro y también había encontrado un pequeño grupo en apoyo a la comunidad lgbt en esa universidad que le habló acerca de los derechos por los que luchaban. Se sentía listo pero esa sensación de miedo aún no se retiraba de su corazón y cuerpo.

Intentó dormir durante el vuelo pero cada vez que cerraba los ojos observaba el bello rostro del chico que lo tenía babeando. Simplemente Emilio estaba a todas horas en su cabeza, sonriendo y mostrando esos dientitos de conejo que tanta ternura le daban. Quería simplemente besarlo, pedirle que fuera su novio y vivir como una pareja normal viviría su amor. Luego se daba cuenta que fantaseaba con una vida que jamás tendría, no podía quitarse la sangre real con la que había nacido, simplemente cumplir con su cargo.

Cuando aterrizaron en España, después de muchas horas de vuelo, eran alrededor de las once de la noche. Fue extraño regresar a su país después de meses de haber vivido en México pues sentía que se encontraba en su hogar y España sería solo una visita. Una camioneta lo recogió cuando hubo aterrizado y comenzó el viaje hacia el palacio donde vivía. Respiró hondo y se preparó para un debate que marcaría un antes y un después en su vida y en la vida de futuros gobernantes.

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Quiero disculparme con todes ustedes por no haber actualizado en mucho tiempo. Tuve mil bloqueos mentales y luego los profesores decidieron matarnos con tareas antes de entrar a vacaciones así que estuve muriendo terriblemente. Apenas ayer pude liberarme de algunas tareas pero aún me quedan, en fin, regresé e intentaré darles capítulos seguidos, se los prometo. Los amo, besos xx.

royalty: the prince; emiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora