𝑽𝑰𝑰𝑰

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꧁Joaquín꧂

– Buenas tardes, he venido para hablar con el director de relaciones internacionales

– claro... motivo – la secretaria frente mío comenzó a teclear

– un malentendido, un libro decomisado a media clase... – sonreí tímido

– muy bien... – volvió a teclear y luego se levantó del asiento – acompáñeme – asentí siguiéndole los pasos a la mujer castaña de lentes y llegamos a una puerta con el escrito "Relaciones internacionales" en el vidrio de esta.

Cuando la mujer me permitió el paso, entonces levanté la mirada hacia el hombre de cabellos grises que escribía en una libreta.

– buenas tardes, director... eh...

– señor Bondoni – cerró la libreta y se acomodó en la silla

– m-me conoce...

– así es, príncipe Bondoni, su madre nos informó a toda la autoridad de la universidad que su hijo vendría a estudiar por un año a nuestro instituto. ¿A qué debo su visita? – la mirada seria del imponente hombre sólo causó un pequeño escalofrío en mi espina

– bueno... supongo que está enterado que a Emilio Osorio le retiraron un libro que leía en clase...

– usted vino por ese libro, ¿no es así? – interrumpió

– b-bueno... sí – se rascó la nuca

– tenga, dígale a su novio que tenga más cuidado con sus clases – me sonrojé ante la palabra y asentí rápidamente para levantarme

– g-gracias...

– señor Bondoni – me llamó y levanté la mirada hacia él – proteja a Emilio... he intentado todo para que sus demandas contra el chico que lo acosa sean tomadas en cuenta pero el director de esta universidad simplemente lo ignora. Protéjalo.

Asentí nuevamente y, con un leve agradecimiento, me fui de esa oficina para buscar al rizado.

Caminé por el pasillo y me despedí agradeciéndole a la mujer castaña para salir del lugar. Estuve esperando frente al salón donde estaba tomando clases Emilio y cuando los demás comenzaron a salir, me detuve para jalar el brazo del chico que me traía loco.

– hola precioso, ¿cómo va tu día? – pregunté acariciando su espalda

– Joaquín me asustas – se rió – todo bien pero... ¿qué traes en la mano y por que lo escondes? – preguntó curioso

– una pequeña sorpresa – saqué la mano detrás de mi espalda sosteniendo el libro de poemas que le había dado

– ¡Joaco, lo conseguiste! – se cubrió la boca en asombro

– sip, todo tuyo – lo entregué y él lo tomó, la sorpresa invadió mi rostro cuando plantó un beso en mi mejilla de forma suave y lenta

– gracias – suspiró y yo lo abracé

– Dios, deja de hacer eso porque me vuelves loco cada vez más – reí escondido en el hueco entre su cuello y su hombro

– dejen de ser tan cursis, por Dios, me hacen sentir sola – Fera se quejó haciendo reír a Grecia que estaba a su lado y a nosotros también.

Todos vimos salir a Laura ignorándonos aún cuando teníamos nuestra mirada fija en ella.

– ¿pasó algo con Laura? – pregunté preocupado

– en realidad no, sólo encontró otras personas con las cuales se llevó mejor – Emilio me respondió y asentí comprendiendo

– bueno, si ella está bien con eso entonces todo bien – hablé

– deberíamos ir a comer algo – propuso Grecia y todos asentimos comenzando a caminar.

Entonces tomé la mano de Emilio entrelazando sus dedos con los míos. Se giró a verme y sonrió tiernamente mientras apretaba más nuestras manos y comenzábamos a seguir a nuestras amigas.

Cuando llegamos a la cafetería mi celular comenzó a sonar, el identificador mostraba el nombre de mi madre por lo que me separé un poco.

– chicos debo contestar una llamada, pidan mientras – hablé

– ¿te pido algo? – preguntó mi chico

– no, hermoso, no te preocupes – sonreí

– te pediré algo, no me interesa – reí mientras asentía y salí de la cafetería contestando

– ¿hola mamá?

– Joaquín... perdón que te llame a medio semestre pero deberás volver a España por unos días, debemos ver algo del congreso y creo que te interesará

– ¿están tomando en cuenta la propuesta de poder tomar poder sin casarme? – pregunté entusiasmado

– parece que sí, hijo, pero tendrás que venir unos tres días – pidió

– bueno, acomodaré mis días e iré en fin de semana.

– me parece perfecto, también debemos ver otras cosas más pero eso es lo de menos

– oye quería preguntarte por qué le dijiste a las autoridades de la universidad que soy el príncipe de España.

– ¿eres un príncipe? – me congelé ante la voz conocida.

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Buenoooo, sé que han esperado por mucho tiempo una actualización, probablemente la siguiente sea un maratón de 3 capítulos. Discúlpenme la desaparición pero he estado tan ocupada con la universidad que sólo quiero descansar. En fin, disfrútenlo, ya publicaré algo en I love you pronto. Los amo, besos xx.

royalty: the prince; emiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora