Cap 48 (Ante-Último Capitulo).

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Dos días después de que me enteré de la enfermedad de Alex, tuvo problemas para respirar en la noche. En el hospital dijeron que era la primera pero no sería la última vez que eso pasara. Recomendaron dejarlo internado para que lo supervisaran y ayudaran en caso de que fuera muy grave la próxima vez pero él se negó en redondo. Volvimos a casa al día siguiente.

—¿Estas bien?— me preocupé al verlo agitarse con sólo subir las escaleras. Cualquier esfuerzo le costaba el doble ahora...

—Si, si, estoy bien, no te preocupes por mí...— hizo gestos con la mano para que siguiera caminando, cosa que no hice. Lo ayudé a llegar a la habitación y lo acosté en la cama.— No era necesario, yo podía solo.— se cruzó de brazos como niño retobado y le dirigí una mirada reprensiva.— Okay, no podía. — dijo finalmente mientras rodaba los ojos.

—¿Necesitas algo?— me senté a su lado en la cama.

—A ti y tus besables labios.— me agarró de la cintura y me colocó sobre él. Reí un poco ya que su tacto me hizo cosquillas pero finalmente él me calló con un beso.

Bueno, lo que pasó luego no es apto para todo público c; ...

—Si mi último mes pasa así, no me molesta estar muriendo.— Alex acariciaba mi espalda dibujando círculos en ella con sus dedos. Sonreí y lo miré. Estaba abrazada a él, enredando nuestras piernas y con la cabeza sobre su pecho.

—Deja de recordarme que te estás muriendo, ¿quieres? A ninguna chica le gusta que le digan que a su novio le queda un sólo puto mes de vida. Un mes no es nada...— suspiré.

—Novio...suena bien.— dijo divertido. Reí y me abracé aún más a él.— Oye...¿cómo será esto? ¿Tendrás que pasar lo último en el hospital?

—Creí que no querías recordar que estoy muriendo.

—Sólo quiero estar preparada.— dije y asintió.

—Creo que debo ir el último día...lo sabremos porque me dará un pequeño infarto, me recuperare de eso y luego estaré quizá unas horas antes de que mi corazón deje de latir...— explicó.— Pero no voy a pasar mis ultimas horas en un hospital, ¿oiste? No iremos.

—¿Qué?— lo miré.

—Sabes que odio los hospitales, dejame morir feliz.

Sonreí.

—Eres un tonto, ¿lo sabías?

—Si, me lo has dicho varias veces.— reímos.

—Espera...si tendrás un pequeño infarto...¿como haremos? Es decir, no quieres ir al hospital pero sólo ellos saben tratarlo.

Suspiró y se lo pensó.

—Bien, iremos.— sonreí victoriosa.— Pero...— ay no.— cuando hayan tratado el infarto nos escapamos.— esta vez era él quien sonreía victorioso. Rodé los ojos.

—Como sea, saltamontes.

El timbre de la casa comenzó a sonar.

—Aagh ¡¿por qué mundo cruel?!— refunfuñe. No quería moverme...

Me levanté, enrollando las sábanas a mi cuerpo y comencé a buscar mi ropa que, se suponía, se encontraba desparramada por el piso.

—¡¿Donde tiraste mi ropa?!— me puse a dar vueltas en círculo.

—¿Si sabes que lo he visto todo, verdad? No necesitas cubrirte.— habló Alex. Me puse totalmente roja y él rió.

Me vestí rápidamente mientras el timbre sonaba una y otra vez. Me coloqué ropa interior y la remera enorme de Alex... cubría lo suficiente.

Ultimas esperanzas (screamau y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora