1

9.2K 556 55
                                    

-¡Hola chicos! -saludó Tori a sus amigos que se encontraban sentados en unas de las escaleras de la escuela como de costumbre, esperando que su primera clase del día comenzara.

-Qué hay morenaza -contestó André

-Holiiis -fue la respuesta de Cat

-Oigan, ustedes saben si... -comenzó a hablar la morena hasta que fue interrumpida por Jade.

-No, y no me interesa. -contestó lléndose del lugar y dejando a todos un poco confundidos. Si bien sabían que la pelinegra solía ser un poco brusca con todas las personas en general, también sabían que últimamente había ido dejando su lado agresivo con Tori poco a poco. Incluso se podría decir que ambas estaban comenzando a tener una especie de "amistad" después de tantos esfuerzos por parte de la morena para que eso sucediera.

-¿Alguien sabe qué le sucede a Jade? -preguntó Tori con extrañeza y un poco dolida por lo que acababa de suceder.

-Últimamente se ha estado comportando de una manera muy extraña. -dijo la pequeña Cat con su mirada inocente mientras jugueteaba con la jirafa morada de peluche que tenía en su regazo.

-Creo que iré a hablar con ella. -interfirió Beck levantándose para tomar la ruta que había tomado su novia minutos atrás. -Los veo luego.

Justo segundos después sonó la campana que indicaba el inicio de las clases, obligando al grupo de amigos a levantarse de donde estaban para dirigirse al salón de Sikowitz, donde el maestro ya se encontraba sentado en una silla esperando a que todos sus alumnos llegaran.

-El día de hoy aprenderemos cómo saber a aprender la verdadera razón del conocimiento que obtenemos diariamente aquí... Cuando nos decidimos a aprender. -dijo reflexivamente una vez que todos se sentaron en sus respectivas bancas, dejando a más de uno confundido por lo que acababa de decir.

-Explícate mejor hermano, no te entiendo. -dijo Rex desde una silla en la esquina del salón, haciendo que Robbie lo callara con un "shhh" y ganándose las sonrisas de otros cuantos.

-Lo que trato de decir es que... ¿De qué les estaba hablando?

Tori intentó contestar la pregunta de su maestro preferido, o al menos regalarle una sonrisa, pero por alguna razón no se sentía de humor para hacerlo.

Sólo se podía preguntar a sí misma en dónde estarían Beck y Jade en ese momento. Rara vez solían saltarse clases por lo que se imaginaba que algo había sucedido.

Al igual que Cat y el resto de sus amigos, Tori había notado que el comportamiento de la pelinegra era un poco más agresivo de lo normal y que últimamente había estado más irritable que el resto de los días y no sabía por qué, pero no tenía un buen presentimiento sobre aquello.

-Y como les decía, el día de hoy nuestra queridísima compañera Tori nos dirá qué piensa al respecto.

-Perdón, ¿yo qué? -preguntó la morena con sorpresa saliendo por fin de sus pensamientos.

-Sikowitz pregunta que qué piensas sobre lo que acaba de contarnos. -contestó Robbie tranquilamente.

-Ehh... yo-yo...

-¿Estás bien Tori? -preguntó André notando la distracción de su mejor amiga en ese día.

-Sí, sí, sólo que...

-Ya estamos aquí, perdón por la tardanza. -dijo Beck entrando por la puerta del salón, seguido de Jade rodando los ojos.

-¡Vaya! Al fin llega el par de tórtolos. Pero ya conocen las reglas, los quiero aquí siempre puntuales. Es la última vez que llegan tarde.

Sí, sí, como sea. Pensó Jade sin la suficiente energía para decirlo en voz alta, sentándose al lado de su novio.

Y luego de más distracciones e interrupciones como era de costumbre en su materia, Sikowitz continuó hablando hasta que el tiempo de la clase terminó, provocando alivio en todos los alumnos que al fin tendrían un descanso antes de sus siguiente clase.

*****

Jade, ¿podrías pasarme la sal, por favor? -preguntó Tori con el tono más amable que pudo, cosa que le provocaba náuseas a la pelinegra. Odiaba cuando Tori se comportaba como un ser inocente, o una princesita amable que solo veía por el bien de todos. Lo odiaba porque ella sabía que Tori no era así. Lo sabía más que nadie.

El grupo de amigos se encontraba en la mesa que solían usar en sus tiempos de descanso cuando salían a comer al café asfalto. Todos estaban aparentemente tranquilos pero el ambiente se sentía tenso entre ellos y nadie sabía por qué. Y Jade ignorando la petición de Tori como si no la hubiera escuchado sólo empeoró las cosas.

-Jade... -continuó la morena con la calma que la caracterizaba, pero como respuesta solo recibió un golpe con el salero que le fue lanzado bruscamente. -Okay, suficiente. ¡Estoy harta de esto! No entiendo qué te hice para que me trates así. Incluso creí que podíamos llegar a ser amigas en algún momento, pero justo cuando las cosas parecen ir bien entre nosotras sólo te esmeras en hacerme sentir mal y que quiera alejarme de ti una y otra vez.

-Pues creíste mal Vega, ¡No me agradas! Y lo sabes. Nadie te pide que seas amable conmigo así que no vengas a hacerte la víctima.

-¡Suficiente! -las detuvo Beck, perdiendo la paciencia que siempre trataba de mantener a pesar de las circunstancias. Pero la situación lograba rebasarlo por mucho en ese momento. -¿Podrían dejar de pelear por un momento? Y Jade, sabes que te amo pero también sabes que no puedes andar por el mundo siendo grosera con la gente que no te agrada aún cuando no te han hecho nada, así que cálmense de una buena vez, por favor. Las dos.

Por un momento en el que parecía que las cosas por fin se habían calmado todos se quedaron en silencio, pero segundos más tarde volvió a hablar Jade, con una mirada en sus ojos que nadie recordaba haber visto en el pasado: Llena de dolor y decepción.

-Tú no sabes nada. -y sin más tomó sus cosas y se fue de ahí, dejando a todos más confundidos que en un principio.

¿Me recuerdas? (Jori)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora