Capítulo 2

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POV Felix

Soy un maldecido

— ¡Jeongin! ¡No puedo soportarlo más! ¡Esa... esa... música! Es obra del diablo, te lo digo. ¡El diablo! ¿Has escuchado las letras? ¡Son pecadoras, viles, hedonistas! ¡Y mis oídos! ¡Mis oídos están sangrando debido al ridículo volumen!

Moví mis ojos hacia un Jeongin silencioso y pensativo que estaba sentado en su cama, con los brazos envueltos alrededor de sus piernas enrolladas mientras evitaba mirarme pasear por el piso oscuro de madera dura.

— ¿Dónde está Jisung? ¡Tengo que hablar con él de una vez!

Jeongin suspiró con exasperación y miró con nostalgia por la única ventana de nuestro pequeño departamento, el que nunca dejábamos excepto para ir a hacer nuestras oraciones diarias en el río, siempre escoltados por Jisung. El departamento de Changbin estaba arriba de este llamado "club motociclista" en el cual estábamos recluidos, su nombre era Los Hades Hangmen, lo que sea en la Tierra que eso fuera.

Lo que sí sabía, era que nos encontrábamos viviendo en un infierno al que habíamos sido obligados a existir después de ser arrancados de nuestro hogar, arrancados de todo lo que conocíamos: La Comuna. La Orden. EL profeta del Señor. Nosotros pertenecíamos con los Elegidos de Dios. Esa era la única manera de reclamar nuestra salvación por haber nacido del diablo, por haber nacido como seductores pecaminosos. Pero en su lugar, habíamos sido arrancados de nuestra gente y botados en esta guarida del mal. No sabíamos lo que había pasado con nuestra gente después de que estos hombres llamados Hangmen les habían disparado matando a todos los discípulos, hermanos y hermanas. Y no solo eso ¡Habían matado a nuestro profeta! A quien nos guiaría al paraíso. Todo eso hace solo unas pocas semanas.

Odiaba este lugar. Odiaba cada cosa de él: los actos pecaminosos diarios de libertinaje que tenían lugar en la planta baja en ese bar libertino, la violencia que presencié, las armas, y sobre todo los hombres. Especialmente... él. Hyunjin. El puto de los Hangmen de Hades. El hombre que me sonreía cuando estaba cerca, lamiéndose los labios de esa manera absurdamente lasciva.

Él hacía que mi piel temblara. Podía ser hermoso por fuera con su cabello rubio y ojos marrones intensos, pero tenía un alma corrompida.

No se podía confiar en él... en ninguno de ellos se podía confiar.

—Él está con Changbin. Siempre está con Changbin, Felix —dijo Jeongin cansado, alejándome de mis pensamientos sobre ese perdido y obstinado vividor.

Pisando fuerte hacia mi cama, me dejé caer en el colchón y me tiré hacia atrás hasta que todo mi cuerpo yacía en la manta negra de seda.

— ¿Por qué él acepta esta vida, Jeongin? ¿Por qué sonríe, ríe y se une carnalmente con su Changbin, mientras que todo lo que nosotros podemos hacer es sentir una completa desesperación por nuestra situación? ¿Por qué estamos perdidos aquí, encerrados en esta celda llamada habitación, día tras día tras día? ¡Estamos condenados al infierno, aquí, Jeongin... al infierno!

Jeongin poco a poco llevó su mirada hacia mí y apoyó su mejilla en su rodilla. Observándome con una expresión melancólica.

—Porque se ha enamorado, Felix. Ha encontrado la pieza que faltaba dentro de su alma con Changbin.

Suspirando y dándome una sonrisa llorosa, añadió

—Todos debemos pedirle al Señor ser igual de bendecidos para encontrar a alguien que nos ame por completo y nos proteja de cualquier daño. Desde niños nos llamaron maldecidos odiándonos por ser hijos del demonio y obligándonos a estar con hombres que no amábamos. Luego de haber vivido todo eso ¿No le darías la bienvenida al afecto de un hombre que tú elegiste? ¿Un hombre que te querría para algo más que una unión celestial, una unión que te hace daño?

El Hades de Hwang Hyunjin (HyunLix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora