Capítulo 8

1.6K 227 151
                                    

POV Hyunjin

El sol ardía a través de la ventana cuando abrí un ojo e hice una mueca. Joder, mi cabeza me estaba matando... otra vez.

¿Qué diablos pasó anoche?

Cerrando mis ojos otra vez, traté de pescar recuerdos a través de mi niebla inducida por el Jack Daniels.

...Al entrar en el bar, la polla me dolía hasta el punto de que pensé que podría desmayarme. La causa, un rubio peregrino. Un rubio peregrino que solo me dedicó una sonrisa ganadora, una genuina sonrisa, succionando todo el aire de mis pulmones y casi tirándome de culo.

El puto me había matado ayer. ¡Joder! Su rostro, la forma en que me vio a través de esas largas pestañas, con esos ojos de pollito todos inocentes. Su cara cuando vio el centro de Seúl por primera vez. Su nariz arrugada y pequeña cuando había debatido acerca de probar el café. Y esa mirada de pura jodida felicidad al ver esa iglesia, con malditas lágrimas en los ojos al oír el coro de góspel cantar.

Joder, lo deseaba. Más de lo que nunca había deseado a un puto antes. Felix nunca supo lo que estaba haciéndome todo el maldito día, pero minuto a minuto, él se arrastraba bajo mi piel, haciendo que mi jodido pecho doliera enloquecido de necesidad por protegerlo. Demonios, ni siquiera se había dado cuenta que había sido abusado durante toda su vida. Pero lo que malditamente terminó de matarme fue cuando nos detuvimos en la entrada del apartamento de Changbin y me pidió que lo llevara afuera de nuevo mañana... jodidamente me convertí en polvo.

Mierda. Y había aceptado. El marica estúpido que yo era estuvo de acuerdo. Aun sabiendo que tenía prohibido tocarlo, pero como una polilla a una puta llama, no podía mantenerme alejado. Cerré los puños con fuerza recordando cómo tomó toda la fuerza de voluntad que tenía dentro de mí para no agarrar sus mejillas, morder esos jodidos labios chupapollas y besar su boca fuertemente sólo para probar su sabor.

Hice una mueca de dolor, al sentir mi polla endurecerse. Joder. Tenía que controlarme.

Caminé a través del bar con mala cara y vi a Changbin, Chanyeol, Mark y Minsoo sentados alrededor de una mesa. Changbin me vio venir y se levantó inmediatamente.

Has estado fuera todo el día —dijo con señas.

—Sí —le dije.

Sus cejas oscuras se fruncieron.

¿Dónde has estado?

—Con Felix.

¿Todo este tiempo? —dijo con señas, su rostro receloso.

—Sí, todo este tiempo. Lo llevé a desayunar, luego alrededor de la ciudad, y lo traje de regreso —le expliqué al ver una mirada de sorpresa en el rostro de mi hermano.

Él ladeó su cabeza.

¿Y él estuvo de acuerdo? ¿Nunca te aterró?

Me encogí de hombros.

—No me gustó al principio, luego lo superé y malditamente lidié con ello. Me sorprendió bastante, en realidad.

Changbin dejó escapar un largo suspiro, y luego cerró sus ojos.

Gracias, hermano —dijo con señas, abriendo de vuelta sus ojos.

—No hay problema —le dije— Lo haremos de nuevo mañana.

La expresión tranquila de Changbin pronto se endureció.

¿Por qué?

Con la mandíbula apretada, respondí:

El Hades de Hwang Hyunjin (HyunLix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora